Cómo ha adaptado su cartera el fondo soberano de Noruega a la recuperación pos COVID-19

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halfrain, flickr, creative commons

Cada presentación de resultados del Fondo soberano noruego, el segundo mayor del mundo con 1,17 millones de euros en activos bajo gestión, es seguida por miles de inversores de todo el mundo. No en vano, este fondo puede presumir de haber conseguido rentabilidades positivas en casi cualquier entorno de mercado ya que ha cerrado con alzas 17 años de los 22 que tiene.

Hace unos días publicó sus resultados correspondientes al primer semestre de 2021, un periodo marcado por la recuperación económica global gracias a esa vuelta a la normalidad que se vislumbra con la llegada de las vacunas a gran parte de la población. Durante este periodo el fondo consiguió una rentabilidad del 9,4%, lo que supone añadir unos 95.000 millones de euros a su ya enorme patrimonio.

Si hay un activo que les ha permitido cerrar el primer semestre del año con esta buena cifra ese es la renta variable. Supone el 72,4% de la cartera y generó una rentabilidad para el fondo del 13,7%.

"Las inversiones en renta variable fueron las que más contribuyeron a la rentabilidad en el primer semestre, y especialmente las inversiones en los sectores de la energía y las finanzas. Las inversiones en empresas energéticas han tenido una rentabilidad del 19,5%", afirma el director general de Norges Bank Investment Management, Nicolai Tangen.

No fue el único activo que dejó alegrías. También lo hizo el sector de bienes inmuebles no cotizados, que aportó a la cartera el 4,6% de rentabilidad y que pesa un 2,4% en la misma. El buen comportamiento de estos activos permitió compensar el mal resultado por otros como el de la renta fija, que restó un 2% de rentabilidad al fondo o la recién estrenada posición en infraestructuras de energías renovables no cotizadas, cuyo rendimiento fue del -1,9%.

Más infraestructuras

De hecho, cuando se analiza la cartera del fondo al cierre del primer semestre de 2021 y se compara con la que tenía al despedir el fatídico 2020 se ve cómo el gran cambio ha sido precisamente esa apuesta por las infraestructuras no cotizadas de energías renovables. En concreto, el fondo sigue destinando el 72% de su cartera a renta variable, el 25,1% en renta fija (algo más del 24,7% que destinaba a finales de 2020), el 2,4% en bienes inmuebles no cotizados, y la novedad es ese 0,1% que ahora destina a infraestructuras de energías renovables no cotizadas.

Cambios sectoriales

No obstante, sí ha habido cambios significativos en lo que se refiere a cómo distribuye por sectores su cartera de renta variable. Por ejemplo, una de las más significativas es la reducción de peso que supone el sector financiero en su cartera. Si a finales de 2020 suponía el 20% de toda su cartera de renta variable siendo por tanto el sector con más peso, ahora es un 14,5%. Esto deja  a la tecnología como el sector con más peso, con un 19,8% del total invertido en acciones. El segundo sector con más presencia es el del consumo discrecional, uno de los que está llamado a beneficiarse más en tiempos de recuperación económica. Su peso es del 15,4% del total de renta variable. En la otra cara de la moneda, el sector de utilities es el que tiene menos peso, un 2,4% cuando en 2020 el último puesto de la lista lo ocupaba el sector de las telecomunicaciones.

Estas variaciones por sectores han traído también cambios en lo que al top ten de posiciones en renta variable se refiere. Si bien Apple sigue siendo la mayor posición de la cartera y Microsoft la segunda, ahora el tercer valor con más peso es Alphabet, la acción que más ha contribuido a la buena rentabilidad del fondo en este primer semestre, desbancando así  a Amazon, que pasa a una cuarta posición.

Menos deuda gubernamental

En cuanto a la renta fija, también se aprecian cambios relevantes. Uno de ellos es la reducción del peso de los bonos gubernamentales. Hoy suponen el 50% de la cartera en renta fija cuando en 2020 pesaban el 56%. También se ha reducido ligeramente el peso de los bonos corporativos al pasar de suponer el 26,1% al 24,9%. En cuanto a regiones, EE.UU. sigue siendo la región en la que más invierten, seguida de Japón y Reino Unido, que sustituye a Alemania en el top tres. España, por su parte ha pasado de ser el sexto país con más presencia en la cartera de renta fija al séptimo.