Aunque no hay consenso sobre si una mayoría parlamentaria más holgada del gobierno de Theresa May significaría un Brexit duro o blando, las gestoras hacen sus análisis sobre el impacto que tendrá en los mercados la nueva cita electoral.
Aunque hace unas semanas había dicho lo contrario, Theresa May ha propuesto anticipar las elecciones generales al 8 de junio. La aceptación de la propuesta por parte de su principal oponente Jeremy Corbyn hace que sea más probable la celebración de dichas elecciones, que requiere la aprobación de dos tercios del Parlamento. “El país está unido, pero Westminster no”, llegó a asegurar la primera ministra británica para justificar su decisión. Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM, lo expresa en otras palabras. “Asumir el Brexit es una cosa; asumir la desintegración de Gran Bretaña es otra. Frente a una Europa que ahora parece relativamente determinante y unida, la débil cohesión dentro del Reino Unido puede hacer temer una desintegración del país y explica que May busque sentar su autoridad por una votación de adhesión del pueblo británico a su proyecto de Brexit duro”, afirma el experto.
En cambio, otras gestoras consideran que si los Tories logran en esta cita electoral ensanchar su mayoría en el Parlamento, la influencia que ejercerían dentro de su partido los partidarios de un ‘hard Brexit’ sería menor. Los conservadores cuentan actualmente con 330 parlamentarios de un total de 650, lo que hace que los 50 miembros de su partido defensores de una ruptura sin anestesia con la UE tengan un peso muy importante. Si la mayoría de May, más partidaria del pragmatismo, se amplía, esto le permitiría a la primera ministra hacer concesiones a Bruselas sin tener que enfrentarse a los parlamentarios más conservadores de su partido. La clave, por tanto, estará en si las elecciones harán más probable una postura más suave en las negociaciones del Brexit o si, por el contrario, reforzará la probabilidad de ver un Brexit duro. Aunque todavía no existe visibilidad sobre esto, lo que preocupa a los inversores son las consecuencias para los mercados del adelanto electoral.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los mercados están descontando un cambio mínimo en la posición del Reino Unido, tanto dentro del país como en las negociaciones del Artículo 50. Según David Stubbs, economista macroeconómico en J.P.Morgan AM, un gobierno más fuerte favorecería marginalmente los activos de riesgo de Reino Unido y la libra esterlina, dado el alto valor que los inversores atribuyen a la estabilidad. "A menos que la amplia ventaja del Partido Conservador en las encuestas se reduzca, probablemente los mercados descontarán la continuidad tanto en la política doméstica como en la postura de negociación del Brexit. Esto reducirá la volatilidad a medida que se aproxime el día de las elecciones. Pero si esta ventaja en los sondeos se estrecha, habrá que esperar una significativa volatilidad, especialmente de la libra esterlina", augura el experto.
Los movimientos de la divisa británica hay que monitorizarlos muy de cerca, ya que serán claves a la hora de construir expectativas. La libra esterlina cayó inicialmente cuando se iniciaron los preparativos para el discurso de May, pero rápidamente recuperó su posición e incluso se reforzó. La renta variable británica, que inició la jornada de ayer bajando, siguió cayendo. Si nos atenemos a lo que sucedió en el referéndum del Brexit, una libra más débil debería impulsar a las compañías del FTSE 100 por su carácter exportador y penalizar a las empresas del FTSE 250, más domésticas. "Ahora podría suceder lo mismo, pero al revés. El impulso que recibiría la libra beneficiaría a las empresas del FTSE 250 y penalizaría a las del FTSE 100. En otras palabras, significaría una reversión de la tendencia que hemos visto desde el Brexit", aseguran desde Martin Currie, boutique británica perteneciente a Legg Mason Global AM.
Los gestores esperan pescar en río revuelto y ya están con la caña preparada. "Esperamos volatilidad", reconoce David Page, economista jefe de AXA IM. El objetivo ahora es aprovechar esa volatilidad para sacar provecho. Reconocen estar en ese modo distintos gestores de firmas británicas como es el caso de Steven Andrew (M&G Investments) o David Docherty (Schroders). "Las elecciones y sus consecuencias traerán aparejadas incertidumbres para los inversores. Nuestro trabajo, como siempre, será el de buscar malformaciones de los precios que proporcionen puntos de inflexión para generar revalorización del capital y rentabilidades superiores. Si el comportamiento del mercado en torno a los acontecimientos políticos nos proporcionan alguna guía, las próximas semanas y meses deberían ofrecer muchas oportunidades", afirma Docherty, gestora de renta variable británica en Schroders. En los mercados de renta fija, por el momento reina la calma. Las tires de los bonos soberanos experimentaron pocos cambios, a pesar de cierta volatilidad.