Las commodities han vuelto a mostrar su baja correlación con el mercado así como su valor como cobertura en periodos de tensión geopolítica, pero… ¿cuál es la correlación exacta que han mantenido? Los tres gráficos de la verdad de J.P.Morgan AM.
Las materias primas no han sido una clase de activo muy popular en los últimos años, y con razón. En total, el índice Bloomberg/UBS Commodity perdió un 30% entre 2010 y 2013 porque la desaceleración de la economía mundial frenó la demanda tanto en el mundo desarrollado como en el emergente. Sin embargo, durante la primera mitad de 2014 el mismo índice ha sorprendido a la mayoría de los analistas con un avance del 7,1%, su mejor comienzo de año desde 2008. ¿Es momento de volver a invertir en esta clase de activo?
Tradicionalmente, las materias primas han aportado tres beneficios a cualquier cartera de inversión: diversificación, protección frente a la inflación y exposición al crecimiento mundial. Según J.P.Morgan AM, estos beneficios no han sido muy evidentes en los últimos años porque las materias primas han sufrido desde 2010. “No obstante, la clase de activo vuelve a mostrar su baja correlación tradicional con el mercado así como su valor como cobertura en periodos de tensión geopolítica”, aseguran desde la firma. Pero… ¿cuál es la correlación exacta que han mantenido las commodities con los mercados y en las crisis geopolíticas?
En un informe elaborado por Stephanie Flanders, estratega jefe de mercados (en la imagen), y Alex Dryden, analista de mercados, los expertos lo detallan. En primer lugar, ambos experto explican que las materias primas suelen resultar particularmente eficaces como cobertura en periodos de tensión geopolítica, al comportarse mejor que las acciones en periodos de inestabilidad política prolongada. “Mientras que el precio de las acciones suele caer en este tipo de entornos, el de las materias primas suele aumentar por el temor a que la cadena de suministro o el transporte de estos bienes puedan verse interrumpidos”, afirman (ver gráfico).
El valor de mercado de las empresas que extraen físicamente los minerales y los metales suele mostrar una fuerte correlación con el precio de la materia prima subyacente. “Cabe destacar que la inversión en acciones ligadas a materias primas sigue aportando ventajas de diversificación a la cartera de un inversor. Los productores de materias primas upstream muestran una correlación débil con el universo de renta variable. La mayoría de las empresas mineras registran una correlación de -0,41 con el índice MSCI All World a diez años”. El siguiente gráfico refleja las correlaciones a tres y diez años entre las empresas que operan en un sector concreto de materias primas y el precio del subyacente para ese sector.
En J.P.Morgan AM reconocen que la cotización de estos valores también puede subir o bajar con el precio de las materias primas pero no resulta tan volátil como los precios de las commodities, ya que estas empresas emplean sofisticados derivados y coberturas para proteger sus negocios y generar futuras fuentes de ingresos. Además, los productores de materias primas suelen estar expuestos a diversos minerales y materiales, lo que ofrece diversificación en diferentes áreas. “En vez de invertir directamente, nos parece que la mejor forma de ganar exposición a commodities es a través de una inversión diversificada en títulos ligados a materias primas, que muestran una elevada correlación con los precios del subyacente pero con una volatilidad diaria muy inferior”, señalan.
Teniendo en cuenta todas las ventajas que ofrecen, la pregunta es por qué la inversión en materias primas causa nerviosismo entre los inversores. “La respuesta está en la volatilidad”. Los expertos se apoyan en el siguiente gráfico, que muestra los elevados niveles de volatilidad de varias materias primas en comparación con bonos y acciones. “Esta volatilidad diaria puede causar estragos en una cartera porque responde a la oferta y la demanda de los mercados de commodities, que cambian constantemente. Incluso a los especialistas en materias primas les resulta difícil generar modelos o proyecciones fiables. Ante esta complejidad, muchos inversores prefieren no invertir, a pesar de las ventajas potenciales”.