¿Cuál es el vehículo más eficiente para entrar en deuda pública?

“Dada la alta liquidez de la deuda pública, la mayor parte de las operaciones las realizamos en compra directa y no a través de instrumentos como los ETFs, afirma el responsable de Renta Fija de Santander AM, Armando López.

Si bien, menciona otros instrumentos como los futuros, “que te permiten tomar posiciones cortas en bonos que no se tienen en compra directa”, opciones y bonos ligados a la inflación, “por si es más resistente de lo previsto y que, aunque probablemente se tenga menos recorrido a la baja, se va a sufrir menos al alza si las perspectivas de inflación se quedan cortas”, puntualiza.

Coincide ATL Capital en compra directa y futuros, pero, además, y en función del volumen y de la cartera, la entidad también se apoya en ETFs y fondos indexados. En opinión de su socio director, Félix López, estos últimos son un instrumento “muy cómodo por la diversidad que ofrece, con la que puedes implementar estrategias en duración o geográficas” de una manera “táctica”. En cuanto a la inversión vía fondos, menciona su uso para el largo plazo.

A la hora de identificar los bonos, los criterios de selección se apoyan en un doble factor: cualitativo y cuantitativo, siendo este último el que más pesa en deuda soberana. Dentro del primer elemento, el socio director de ATL Capital puntualiza que “normalmente nos aliamos con entidades con capacidad de gestión, análisis y equipo”.

Para Salvador Díaz, gestor de carteras y fondos de inversión de Afi Inversiones Globales, SGIIC, la elección de los instrumentos de inversión en deuda pública responde a una cuestión operativa.

Explica que, por tema de costes, prima la compra en directo; para posicionamiento rápido en duraciones emplea derivados y, en concreto, futuros; y para la Gestión Discrecional de Carteras se apoya en ETFs para coger duración.

Por su parte, Eurizon utiliza tanto vehículos de gestión activa como de pasiva, pero su director de Ventas sénior para Iberia, Jorge Díaz, aclara que no operan con ETFs, sino fondos indexados que, en su opinión, tienen ventajas sobre los anteriores. Menciona, por ejemplo, el atractivo fiscal o los fees.

Díaz explica que este vehículo se ajusta mejor en los tramos cortos y medios de la curva, aunque reconoce que “es más complicado generar alfa” en estas posiciones. Por ello considera que tiene más sentido apoyarse en un vehículo con unos costes más eficientes que la gestión activa.

“Desde el año pasado, observamos una tendencia clara y un apetito creciente en fondos índice porque ofrecen una diversidad de clases que se adecuan a las necesidades de una entidad”, afirma.

Ahora bien, para duraciones largas la gestora italiana apuesta por la gestión activa que, en su caso, cuenta con un track record de 17 años, 14 de los cuales han generado alfa.