Distribución paneuropea de fondos: ni fácil, ni rápida, ni barata

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Celso Flores, Flickr, Creative Commons

1,5 millones de euros. Es lo que le costaría a una gestora domiciliada en el Reino Unido comercializar y distribuir sus fondos en los otros 27 países de la Unión Europea más Suiza. Y eso solo representa los costes regulatorios y administrativos de entrada: los costes recurrentes de la distribución transnacional sumarían otros 1,4 millones de euros.

“Para las gestoras de inversiones y, en especial, para las boutiques, la carga regulatoria impuesta por la UE (AIFMD, MiFID II, etc.) es tan costosa y pesada que la regulación pasa a ser en sí misma una barrera para el desarrollo del sector”, argumenta Dominic Johnson, presidente de New City Initiative (NCI), think tank que reúne a 49 gestoras independientes con presencia en Europa (principalmente, Reino  Unido y Francia) entre las que se encuentran viejos conocidos como Carmignac, firmas como Sycomore Asset Management, Comgest o Kairos, que han desembarcado en el mercado español en el último año y otras como Brown Advisory, que distribuye sus fondos en nuestro país a través de MCH Investment Strategies.

El informe Asset management in Europe: The case for reform, elaborado en colaboración con Open Europe, denuncia que “pese a la introducción de un ‘pasaporte’ que debería permitir que las gestoras de activos autorizadas por un Estado miembro puedan desarrollar su negocio en toda la UE –al menos en el caso de los fondos UCITS y AIFMD– siguen existiendo barreras regulatorias y administrativas a nivel nacional que hacen difícil aprovechar al máximo las ventajas del mercado único”.

Estos costes añadidos, que varían considerablemente entre jurisdicciones, abarcan conceptos como el pago de tasas por el procesamiento del pasaporte comunitario, la designación de agentes de pago locales, la traducción de la documentación de los fondos o los costes legales. El informe destaca que en ciertos países, como Alemania y Austria, el cumplimiento de los estrictos requisitos fiscales resulta particularmente oneroso.

Menos cargas

Ante esta situación, los autores reclaman la eliminación de las barreras nacionales a la distribución de fondos domiciliados en otros Estados miembro “porque van en contra del espíritu del mercado único y la propia idea del pasaporte paneuropeo” y afirman que “las gestoras pertenecientes a la UE estarían más dispuestas a cargar con los costes regulatorios si con ello se garantizasen un acceso total y ágil a los 28 Estados miembros”.

Así, aportan tres recomendaciones que, en su opinión, mejorarían la competitividad de la industria paneuropea de fondos. Para empezar, “los fondos UCITS dirigidos únicamente a inversores profesionales deberían estar exentos de la obligación de designar a un agente de pago local y de traducir la documentación del fondo al idioma de los países en los que se distribuyan”, así como estar sometidos a requisitos de información menos estrictos.

En segundo lugar, el informe defiende que las gestoras pertenecientes a la UE que no comercializan sus fondos en otros países de la UE deberían estar sujetas a un régimen regulatorio menos estricto, ya que no hacen uso del pasaporte.

Por último, en relación a la directiva europea de gestores de fondos alternativos, propone elevar el patrimonio gestionado mínimo que obliga a cumplir con los requisitos de AIFMD de los actuales 100 millones de euros a 500 millones, ya que “el impacto de las gestoras más pequeñas en la estabilidad financiera mundial es más bien poco, o nada” pero, sin embargo, se ven obligadas a cumplir con los mismos requisitos que las gestoras con patrimonios más grandes.