Según Manuel Romera, director del Sector Financiero del IE Business School, el índice supera la rentabilidad de 8 de cada 10 gestores de fondos a 10 años. “Hasta el propio Warren Buffett ha obtenido menor rentabilidad en los últimos 5 años”.
El S&P 500 es el índice más seguido y quizá más conocido en las bolsas del todo el mundo. Representa los 500 valores bursátiles más importantes de EE.UU y, por tanto, de la Bolsa de Nueva York y del Nasdaq. Fue creado en el año 1957 y hoy su capitalización ocupa tres cuartas partes del total del mercado estadounidense. Para que una compañía entre a formar parte de este índice, tiene que ser seleccionada por un comité de expertos. “Ahí radica su éxito de rentabilidad histórica, ya que en sus más de 50 años de vida, por encima de 1.000 empresas han rotado en el índice y sólo quedan 80 de las 500 iniciales”, explica Manuel Romera Robles, director del Sector Financiero del IE Business School.
Tal y como indica el experto, el propio índice está integrado por lo mejor de las compañías posibles. De hecho, el S&P 500 se ha ido adaptando a los tipos de compañías por sectores que mejor han ido evolucionando según el compás de la historia, siendo mucho mayor el peso de las empresas vinculadas a las materias primas en los años 50 y 60, para posteriormente contar con una mayor ponderación las utilities en los años 70 y 80, teniendo en los años 90 un mayor peso el sector bancario, terminando en los últimos años con una mayor diversificación.
Este índice, que ya hace unos días superaba el record histórico de los 2.000 puntos y que en 2014 ya ha batido 30 veces su record histórico, es el referente más seguido como benchmark por el mercado y, según Romera, supera la rentabilidad de 8 de cada 10 gestores profesionales de fondos de inversión estadounidense a largo plazo (10 años). “Hasta el propio Warren Buffett, inversor bursátil y multimillonario norteamericano, ha obtenido menor rentabilidad en los últimos 5 años, ya que el índice S&P 500 se ha revalorizado un 100% mientras que Berkshire Hathaway, su vehículo de inversión, lo ha hecho en un 80%”.
Sin embargo, comparándolo con el índice, no a cinco años, sino desde su creación, el oráculo de Omaha ha conseguido una rentabilidad media anual del 19,7%, frente al 9,4% del S&P 500. “Para entenderlo, si hubiéramos invertido 6.000 dólares en el S&P 500 en 1957, ahora tendríamos poco más de cinco millones de dólares y si hubiese sido en Berkshire, tendríamos más de 42 millones de dólares”, señala. “Junto a Buffett tenemos nombres ilustres como William Ruane, Peter Lynch, Martin Whitman, Bill Miller, Robet Rodriguez o Bill Nygren, todos ellos englobados en la filosofía ‘value investing’, la más auditada, contrastada y eficiente del mundo y la única que ha demostrado que, bien gestionada, es capaz de batir al S&P 500 a largo plazo”, afirma Romera.
Los consejos de Warren Buffett
Warren Buffett, que en agosto cumplía 84 años y tiene testamento. Uno de los consejos que Buffett le da a su mujer sobre cómo gestionar su patrimonio cuando él ya no esté es apostar por la gestión pasiva. En concreto, le recomienda que invierta el 10% del efectivo que herede en deuda de corta duración y el otro 90% en un ETF que replique el S&P 500. El gurú considera que los retornos que puede conseguir este producto serían superiores a los de muchos inversores (institucionales o individuales) que hayan pagado por hacer ese trabajo a gestores que cobran altas comisiones.
El punto de vista de Buffett es que los fondos cotizados, al cobrar unas comisiones más bajas, son más adecuados para los inversores no profesionales porque estos no deberían centrarse tanto en la selección de valores ganadores sino en invertir en una cesta de acciones que pueden funcionar bien de forma agregada. Esta estrategia no es única de Warren Buffett, sino una tendencia secular que se está apreciando en Estados Unidos sobre la manera en la que son gestionadas las grandes fortunas (leer más).