Una vez más, Mario Draghi ha cumplido con las expectativas de los inversores. El presidente del Banco Central Europeo ha dado un mensaje con compromiso con la estabilidad del mercado. En esta reunión de junio ha confirmado que los tipos se mantendrán al nivel actual en Europa, al menos hasta la segunda mitad de 2020, y ha anunciado nuevas baterías de estímulos monetarios en forma de una nueva ronda de TLTRO. Tal y como vaticinaba el consenso de los analistas.
Y sin embargo, las gestoras internacionales también logran ver los matices negativos de este anuncio. “Es como intentar mantener a flote el Titanic con una cucharilla”, apunta Andrew Mulliner, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson. En su opinión, con los tipos ya en negativo y el QE en su fase final, la caja de herramientas del BCE está casi vacía.
Desde M&G también coinciden en ver puntos negativos. Wolfgang Bauer, gestor del M&G (Lux) Absolute Return, califica el anuncia de “poco sorprendente”. “La reciente caída abrupta de los rendimientos del bund sugiere que los mercados no se han mostrado preocupados por las subidas de tipos, sino más bien todo lo contrario. Otorgaban mayores probabilidades a una rebaja”, argumenta. Carsten Brzeski, economista de ING, opina igual: “Es simplemente alinear el forward guidance con las expectativas del mercado, no al revés”. El BCE sigue intentando dar un mensaje dovish sin llegar a tocar los tipos de interés. De hecho, al asegurar que los tipos se mantendrán a los niveles actuales no solo elimina la posibilidad de una subida de tipos… también de una bajada. Algo que bajaraba el mercado.
Una clave puede estar en que la entidad monetaria tiene una previsión menos pesimista con Europa. Como recuerdan desde Fidelity, Draghi incluso ha proclamado en la rueda de prensa que no hay probabilidad de deflación y muy baja de recesión. Tal es así que han revisado al alza las expectativas de crecimiento e inflación para este año, aunque sí los ha bajado para años posteriores. En verdad, la continuidad del estímulo chino y una política más laxa por parte de la Fed podrían estabilizar la demanda externa de Europa, lo que para Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity Internacional, podría significar que la zona euro se recupere más sólidamente hacia finales de año.
Más crítico se posiciona Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM. Un crecimiento del 1,4% para 2021 y una inflación del 1,6% no puede interpretarse como satisfactorio, insiste. “Eso significa que la zona euro no será capaz de absorber el shock externo. Y si aún tiene herramientas el BCE entonces su política monetaria actual es demasiado restrictiva”, sentencia.
TLTRO, sí, pero con barreras
Que el BCE anunciara el TLTRO III estaba descontado. Solo faltaba conocer los detalles, que ha generado sentimientos encontrados también. Los bancos podrán acceder a la financiación a largo plazo del BCE a tipos de interés de entre el 0,3% y el 0,1%. Esto es, 10 puntos básicos más caros que en el TLTRO II, recuerda Iannelli. La tasa real dependerá de cuánto expandan los bancos los préstamos netos a la economía real con el objetivo de reactivar el crédito. Los tipos variarán con los tipos clave de referencia del BCE.
“La puesta en marcha evidencia una vez más que el BCE es plenamente consciente de los obstáculos que afrontan los bancos europeos y se muestra dispuesto a mantener una postura sumamente acomodaticia en el futuro inmediato”, opina Bauer.
Pero esta nueva ronda de ayudas a la banca también tiene letra pequeña. Como bien señala Frederik Ducrozet, de Pictet WM, los bancos solo podrán pedir presados como máximo un 10% de su stock de préstamos elegibles en cada una de las siete operaciones. Y los bancos periféricos –como Italia o España- solo podrán pedir entre 20 y 40.000 millones de euros netos en financiación. Un total que se repartirá entre septiembre de 2019 y marzo de 2020.