Movimiento contrario el que se observa en los bonos soberanos chinos. Mientras en algunos ha habido repunte de rendimiento, el bono a 30 años chino cayó por debajo de sus homólogos japoneses, y se encienden las alertas de una japonización de la economía China.
Hemos comentado acerca del aumento del rendimiento de los Treasuries así como de los Gilts, y lo que ello nos dice sobre la economía de esos países. Sin embargo, los bonos soberanos chinos han experimentado un comportamiento opuesto, captando la atención de inversores y analistas globales.
La caída del rendimiento de los bonos chinos refleja una profunda preocupación por el futuro económico del país. Las intervenciones del PBOC demuestran un enfoque proactivo, aunque persisten importantes incertidumbres. El paralelismo con Japón pone de relieve los riesgos de deflación y estancamiento prolongados.
A pesar de estos retos, Cary Yeung, gestor en Pictet AM, destaca que el mercado chino de renta fija, valorado en 21 billones de dólares, es demasiado grande para ser ignorado. Su baja correlación con otros activos y menor volatilidad lo hacen único. En 2024, los bonos en RMB lideraron el mercado de renta fija global. Según Stephen Li Jen, CEO de Eurizon SLJ Capital, los bonos en RMB registraron los mejores resultados del mercado de renta fija mundial en 2024:

Perspectivas de rendimiento y movimiento contrario
Jenny Zeng, CIO de APAC Fixed Income, y Ze Yi Ang, gestor de renta fija en Allianz Global Investors, destacan factores clave de los retornos totales de los Bonos del Gobierno Chino (CGB): la evolución de los rendimientos, el carry y el tipo de cambio. En 2024, los CGB tuvieron un retorno total en USD del 5.1%, superando ampliamente a los bonos G7. Por ejemplo, los US Treasuries alcanzaron solo un 0.6%, mientras que los bonos europeos y japoneses registraron pérdidas de -4.7% y -13.1%, respectivamente. La resistencia del RMB también fue crucial, con una depreciación del 2.8% frente al USD, superando al euro (-6.2%) y al yen (-11.5%).
El descenso del rendimiento de los bonos a largo plazo refleja problemas más profundos en el entorno económico de China. Según señala DWS en su Chart of the Week, "tras alcanzar mínimos de varios años, recientemente se ha producido un ligero movimiento en sentido contrario, pero los gráficos siguen hablando por sí solos y preocupando a los mercados de renta fija". Añade que en los plazos más largos el movimiento es más llamativo, donde el rendimiento de la deuda pública china 30 años cayó por debajo de sus homólogos japoneses. Los temores no se han hecho esperara y se teme que China se encamine hacia una forma de japonización, es decir, un periodo de débil crecimiento y deflación.

Actualmente, los rendimientos japoneses siguen estando muy por debajo de los chinos en vencimientos de hasta diez años. Pero incluso aquí, la tendencia parece ser hacia una mayor convergencia.
Tendencias clave
Payden & Rygel destacaron en su informe Flash de Mercado que los rendimientos de los bonos sirven a menudo como barómetro del sentimiento del mercado sobre las condiciones económicas presentes y futuras de un país. En particular, los rendimientos más altos de Japón reflejan una posible recuperación tras dos décadas de deflación, mientras que los rendimientos a la baja de China sugieren crecientes riesgos deflacionistas.
Según las perspectivas para 2025 de Eurizon, el índice de precios al consumo de China lleva más de 18 meses rondando el 0%, lo que hace temer una posible espiral deflacionista. La desaceleración del mercado inmobiliario ha agravado los problemas económicos, frenando las perspectivas de crecimiento y alimentando el pesimismo de los inversores. "La desaceleración del sector inmobiliario está arrastrando a la economía", señala Li Jen, “y podría reflejar el estancamiento económico de Japón a finales de los años 80 y 90", señala el informe.
Respuestas políticas y lecciones de Japón
El Banco Popular de China (PBOC) ha gestionado activamente la situación. Para estabilizar los rendimientos y evitar nuevos descensos, el PBOC ha suspendido intermitentemente las compras de deuda pública. El objetivo de esta estrategia es frenar las presiones deflacionistas y mantener estable el tipo de cambio del yuan.
Según Amundi Investment Institute, las recientes medidas del PBOC significan una intención estratégica de estabilizar los rendimientos de los bonos y mitigar los riesgos financieros. Sin embargo, estas políticas presentan un delicado equilibrio entre el apoyo a la relajación monetaria y el mantenimiento de la estabilidad del yuan. El Instituto señala que unos rendimientos más bajos brindan al gobierno la oportunidad de emitir deuda a largo plazo a un coste reducido, lo que podría aliviar las presiones fiscales.
La situación actual de China ha suscitado comparaciones con la Década Perdida de Japón. La experiencia de Japón con la deflación y el estancamiento económico constituye un cuento con moraleja. Sin embargo, las dos economías difieren significativamente en términos de demografía, estructura industrial y dinámica del comercio internacional. El PIB real per cápita de China sigue siendo significativamente inferior al de Japón, tanto en la actualidad como durante la década de 1990. Esta disparidad subraya los posibles retos económicos a largo plazo a los que puede enfrentarse China si persisten las tendencias deflacionistas.
Jenny Zeng y Ze Yi Ang añaden que la ventaja exportadora de China también marca una diferencia. Mientras Japón careció de cadenas de suministro integradas, China mantiene una estructura competitiva en precios y amplitud de productos. Estas fortalezas han impulsado su balanza comercial, evitando la sobrecapacidad observada en Japón.
Cambios políticos estratégicos
Los dirigentes han pasado de un enfoque pasivo a abogar por políticas no convencionales, como la relajación monetaria y la expansión fiscal. Según Amundi, se espera que estas medidas incluyan un recorte de 50 puntos básicos en los tipos de interés oficiales para mediados de 2025 y un aumento del déficit fiscal hasta el 10% del PIB. En particular, el 1% del gasto adicional se centrará en impulsar el consumo a través de programas como el canje de bienes de consumo y las ayudas a la natalidad para familias con más de un hijo.
También están en marcha reformas estructurales encaminadas a diversificar la economía y abordar los retos 3D (demografía, deuda y desacoplamiento). Sin embargo, los analistas de Amundi advierten de que estas políticas podrían no compensar totalmente los lastres estructurales existentes y los efectos de las tensiones comerciales mundiales.
Potenciales medidas en marzo
Según Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, se esperan medidas de estímulo en marzo, a los que habrá que estar atentos y que pudieran generar un fuerte repunte de los mercados, pero también una pérdida total de confianza si vuelven a decepcionar, incrementando una falta de confianza ya existente. "Si los responsables políticos consiguen aprovechar el entorno actual para impulsar reformas fundamentales, las perspectivas de crecimiento a largo plazo del país podrían mejorar significativamente, incluso con vientos en contra a corto plazo".
Desde Allianz GI, señalan que aunque el PBOC mantiene condiciones de liquidez holgadas, la recuperación requerirá tiempo, aunque reconocen que los CGB seguirán ofreciendo oportunidades únicas, y anticipan una fase estructural alcista, impulsada por descensos en los rendimientos y beneficios de diversificación. "China tiene la capacidad de gestionar la volatilidad del FX gracias a sus altas reservas", concluyen.