El 10 años americano ha pasado de un rendimiento del 3,6% a mediados de septiembre de 2024 a rozar el 4,7%. La curva de tipos de ha inclinado con un bear steepening. ¿Que implicaciones podría haber?
El mercado del Tesoro estadounidense está experimentando importantes turbulencias a medida que los rendimientos continúan su trayectoria alcista, con el rendimiento del Tesoro a 10 años alcanzando el 4,69% y el rendimiento a 30 años escalando hasta el 4,93%, en medio de una sustancial subasta de bonos del Tesoro a 10 años de 119.000 millones de dólares el martes y que registró el rendimiento más alto desde 2007.
A pesar de los tres recortes de tipos por parte de la Reserva Federal que ha llevado a la tasa de referencia hasta el 4,5%, todo apunta que hay algunos factores que están incidiendo en dicho repunte y con consecuencia en los mercados.
Factores detrás del repunte
La política fiscal desempeña un papel crucial. El creciente déficit presupuestario del gobierno de EE.UU. requiere una importante emisión de bonos del Tesoro para financiar el gasto. Este aumento de la oferta puede ejercer una presión al alza sobre los rendimientos, ya que el mercado exige mayores rendimientos para absorber la deuda adicional.
Desde la Crisis Financiera Global (GFC) ha escalado dramáticamente, pasando del 35% del PIB al 97,3% a finales de 2023, según señalan Eric Winograd, economista, y Christopher Brigham, analista sénior, en AllianceBernstein. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) proyecta que esta tendencia continuará, llegando al 122% del PIB en 2034 y al 166% en 2054, lo que plantea serias dudas sobre la sostenibilidad fiscal.
La política monetaria de la Reserva Federal. A pesar de los recientes recortes de los tipos de interés por un total de 75 puntos básicos, los rendimientos del Tesoro a más largo plazo han subido. Esto sugiere que los inversores pueden estar anticipando una mayor inflación en el futuro o un aumento del endeudamiento público, lo que les lleva a exigir una mayor rentabilidad de los bonos a largo plazo. Según señala Steven Bell, economista jefe para EMEA - Columbia Threadneedle Investments, "parece que la inflación se mantendrá por encima del objetivo en 2025, pero sólo marginalmente, y el mercado solo espera modestos recortes de los tipos de interés, pudiendo llevarse alguna sorpresa", apunta.
Los sólidos indicadores económicos, como los datos de empleo y el positivo comportamiento del ISM han generado expectativas de crecimiento económico sostenido, pero también incertidumbre sobre la inflación. Según señala Erick Muller, director de estrategia de mercados de Muzinich & Co., existen varios factores locales que pueden hacer que la inflación subyacente sea más resistente. El experto menciona la escasez de viviendas, la posibilidad de grandes deportaciones de inmigrantes ilegales puede crear un choque en la oferta de mano de obra, la agenda de reducción de impuestos de la nueva administración estadounidense impulsará la demanda interna, mientras que los aranceles sobre las importaciones pueden aumentar la inflación de los bienes, al menos temporalmente.
Repercusiones
Fitch señala que las fluctuaciones de los rendimientos del Tesoro influyen en los costes de endeudamiento, tanto a los préstamos al consumo, las hipotecas y los costes de financiación, pudiendo ralentizar la actividad económica.
En este sentido, los inversores exigen una mayor prima por plazo para almacenar el riesgo de duración en los bonos a largo plazo, con lo que, cuánto más volátil sea el entorno macro, mayor será la prima, y de ahí que los activos de riesgo tengan una volatilidad mayor. El aumento del coste de financiación es un factor negativo para la renta variable, como se ha visto en estos días, con las bolsas en general en números rojos.
Según se extrae del último Bond Vigilantes de Pimco, la gestora está adoptando un enfoque más prudente en sus inversiones en deuda estadounidense, priorizando vencimientos más cortos, diversificación internacional y alta calidad crediticia, en respuesta a las crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal y las implicaciones económicas de los déficits en aumento. Apunta a emisores soberanos de alta calidad con posiciones fiscales más sólidas, como el Reino Unido y Australia, así como bonos de alta calidad crediticia, tanto en mercados públicos como privados.
Robert Burrows, gestor de fondos de renta fija en M&G Investments, augura que si Trump presiona introduciendo más recortes fiscales sin reducir los gastos es probable que los rendimientos de los bonos del Tesoro aumenten, particularmente en el tramo largo de la curva, ya que el Tesoro necesitará emitir más deuda para cubrir un mayor déficit. Esto, aunado a políticas proteccionistas, podría conducir en última instancia a presiones inflacionistas, un menor crecimiento, y también a un dólar más débil en el tiempo. De ahí, que haya una cierta cautela por parte de los inversores, mientras que los gestores de renta fija siguen aumentado duración de forma pausada.