El FMI alerta: los monetarios estadounidenses pueden transmitir la crisis europea a EEUU

En su último informe de estabilidad global financiera, el FMI dedica un capítulo a los fondos monetarios estadounidenses y al riesgo que pueden suponer como transmisores de la crisis europea hacia Estados Unidos debido a la elevada exposición que tienen en sus carteras a deuda europea. Este tipo de fondos cuenta con un patrimonio total de 2,7 billones de dólares y son, en opinión del FMI, "instituciones sistémicamente importantes".

 

Según los datos del FMI, durante los últimos años se ha reducido la oferta de instrumentos del mercado monetario denominados en dólares, pasando de 12 billones de dólares en 2008 a 9,1 billones disponibles actualmente. Las causas de esta reducción son diversas. Entre ellas, el colapso del papel comercial titulizado, los asset backed commercial papers (ABCP), y la reducción de emisiones del papel comercial emitido por las compañías no financieras estadounidenses que han preferido aumentar sus posiciones de liquidez. Ante esta situación, muchos fondos monetarios han aumentado su exposición a deuda extranjera denominada en dólares y a los llamados "yankee bonds", esto es emisiones en dólares en Estados Unidos de compañías extranjeras, especialmente de bancos europeos que han buscado en esas emisiones ampliar sus activos denominados en dólares.

 

Así, con datos a junio de este año, los productos monetarios estadounidenses tienen un 23% de su patrimonio invertido en deuda de bancos europeos, especialmente de Francia (12,2%) y Holanda (5,5%). La exposición a bancos españoles es del 0,3%, según los datos del FMI. "Cualquier cambio en el deseo de los fondos monetarios de tener deuda de bancos europeos puede afectar el coste y la capacidad de financiarse en dólares", asegura el informe.

 

"El colchón de reservas generado por las unidades estadounidenses de los bancos europeos ayuda a comprar tiempo, pero ese colchón está en peligro de esfumarse si una retirada de activos de los fondos monetarios está acompañada por un aumento de la aversión al riesgo de otros prestamistas. Esto podría llevar a mayores presiones en la financiación de los bancos", apunta el informe.