Esta clase de activo parece tener un lugar preferente en las carteras ante el contexto de futuras bajadas de tipos... pero no es la único. Juan Nozal (Mapfre AM), Isabel Lamana (A&G), Carlos Rodríguez-López (Santander Private Banking) y Lorenzo Gallardo (Rothschild & Co) explican qué subsegmentos de la renta fija son más adecuados actualmente.
El investment grade se posiciona en todos los perfiles de inversión
Para el perfil conservador, en estos momentos es el grado de calidad con calificación elevada el producto de renta fija recomendado por la gestora de Mapfre AM. Juan Nozal, su gestor de Renta Fija especializado en Deuda Corporativa Investment Grade, detalla que les gusta la deuda de gobiernos de países desarrollados o semicore, como Bélgica. A nivel de duraciones pone foco en plazos cortos de 1-3 años dado que “las curvas siguen planas o incluso invertidas y es donde más se está pagando. Podemos conseguir rentabilidades superiores al 3% en activos de una calidad crediticia intermedia”.
Para perfiles moderados añade los covered bonds, que son bonos garantizados emitidos por entidades financieras que ofrecen una rentabilidad fija a largo plazo y que tienen como garantía préstamos hipotecarios concedidos por el banco emisor, lo que “en cierta medida le da una mayor seguridad al inversor de recuperar su inversión” y que, además, “están cotizando con spreads positivos respecto a un emisor doble A o elevada calidad crediticia”.
A nivel de sectores, se muestra positivo en telecomunicaciones, salud y consumo básico, donde los ingresos son más recurrentes o estables y tienen capacidad de fijación de precios, lo que da “una mayor consistencia de beneficios en periodos económicos más complejos”.
En cuanto al perfil arriesgado, y poniendo el foco en el segundo semestre por la relajación en la política monetaria, destaca deuda pública periférica, cuyos crecimientos “están pivotando más, respecto a países como Alemania o Francia”. Dentro de investment grade, con calidades crediticias más intermedias, “que en un escenario de comprensión de spreads pueden tener más recorrido”, y coger posiciones tácticas en sectores beneficiados por la bajada de tipos de interés, como pueden ser tecnológico o el inmobiliario.
De modo general, indica que “la gestión activa pide ir alargando progresivamente plazos conforme avance el año e ir metiendo más riesgo no solo en duración, sino en cuando al mix de activos”.
1/4“Este año, el juego está en la duración”, afirma Isabel Lamana, del equipo de Selección de Fondos de Terceros de A&G Banca Privada. Argumenta que, el techo de tipos ha llegado y que los bancos centrales han marcado la línea de tendencia a la baja en los tipos. Es decir, se ha producido el esperado pivot, pero como no sabemos cuándo será, obliga a hacer una gestión activa en los distintos tramos de la curva “. Es un año donde habrá que ser selectivos, pues habrá sustos. Ser pacientes e ir viendo cuándo el mercado nos da oportunidades para ir tomando duración en las carteras”.
Para perfiles conservadores, la firma pone el foco en el crédito investment grade, “porque ante un escenario de una posible desaceleración económica, donde queremos estar invertidos es en empresas de balances saneados, en empresas fuertes, bien financiadas, con capacidad de generación de caja y poco endeudamiento”.
Para perfiles moderados, dentro de la renta fija no cree que, en un entorno de ralentización económica, el activo donde refugiarse sea el high yield. Afirma que en el actual contexto macro no se está poniendo en precio en este segmento, “y puede haber un riesgo de refinanciación”. Recuerda que en torno al 40% de la deuda de este tipo de compañías se va a tener que refinanciar en los próximos tres años. Por lo tanto, “creemos que en este producto puede haber mayor tensionamiento que, por rentabilidad, el mercado todavía no nos lo está pagando”.
Refiriéndose a los diferenciales de crédito de las compañías de grado de inversión, “tampoco creemos que el optimismo de mercado este reflejando el escenario recesivo al estar las compañías investment grade manteniendo diferenciales de crédito demasiado ajustados para esa realidad”. Espera a lo largo del año encontrar niveles más atractivos ante la posibilidad de un reajuste. Por ello, afirma “estamos positivos en gobiernos frente a corporativos”
Para perfiles más agresivos, destaca la deuda subordinada de los bancos. Explica que, tras la oleada de regulación y normativa después de la crisis financiera de 2008, el sector se encuentra bien capitalizado, los balances son “sólidos y con ratios de solvencia y liquidez altos”. Menciona también los híbridos corporativos en emisores investment grade, “que, pese a su subordinación, preferimos híbridos corporativos de compañías sólidas y de calidad”, y los AT1, “que gozan de atractivos datos de solvencia, con buenos resultados de banca y con el respaldo de los reguladores”.
2/4En su exposición, Carlos Rodríguez-López, responsable de Renta Fija de Santander Private Banking España, expone las recomendaciones según los distintos perfiles de riesgo teniendo en cuenta el movimiento de 3.000 millones de euros bajo gestión que se ha dirigido a la renta fija.
A partir de aquí, la fotografía inversora refleja que, para el cliente conservador, la firma se ve “cómoda” en monetarios.
Para el perfil moderado destaca los fondos a vencimiento, donde existe una rentabilidad objetivo y se tiene en cuenta el perfil de inversor y el horizonte temporal de la inversión. “Vemos valor agregado de la mano de la gestión activa”, comenta. Pone de relieve que sigue estando muy latente toda la parte de deuda con buen rating sobres distintos sectores como el financiero, aviación y automóvil.
Por su parte, para perfiles más agresivos, pone el foco en duraciones más largas con productos más sofisticados, bajando el orden de prelación hacia vehículos que están teniendo un buen comportamiento, como los híbridos y AT1 de entidades bancarias y aseguradoras y sector telecomunicaciones.
3/4“Seguir el mercado de cerca con una postura defensiva va a añadir mucho valor a las carteras”, apunta Lorenzo Gallardo, country head de España, Rothschild & Co AM. La firma trabaja en la estrategia principal con el mandato de mantener una duración controlada, siempre en entornos de 3,2-4,5, años. Este año, la firma se muestra cauta, empezando el ejercicio en el entorno de los 3,5 años de duración. No obstante, opera también con otros mandatos institucionales que contemplan distintos requerimientos de plazos.
A nivel de crédito, también es positiva en investment grade en detrimento del segmento high yield. “En un entorno en el que la traslación de las condiciones financieras por parte de los bancos al sector privado se va a empezar a notar y las empresas van a sufrir más en el momento de la refinanciación de su deuda, por lo que hay que tener cuidado, pues puede haber más de un susto”.
Por otra parte, apunta que, si nos fijamos en las probabilidades de default en los próximos cinco años en los distintos segmentos de calidad crediticia, la probabilidad de impago en triple A es cero, pero si bajamos en el orden de prelación de la calidad crediticia, el doble A muestra un 0,1% de probabilidad y el A, 0,15%. Dicho de otra manera, “triple B nos enseña unas probabilidades de default muy marginales y, sin embargo, si nos situamos en triple B el spread al que accedemos es mucho mayor que si nos posicionamos en triple o doble A”.Es decir, “esa capacidad de posicionamiento bien seleccionada en empresas sólidas, buenos balances, cash flows regulares y bajo endeudamiento es muy relevante”.
Por sectores, la firma se inclina a favor del segmento financiero, en el que “accedes a un spread mayor que en el crédito puro, con lo cual, por el mismo riesgo tienes mayor valor”. Asimismo, huye de los cíclicos, donde “el valor en relación con los sectores no cíclicos es casi prácticamente nulo o no compensa por el riesgo asumido”.
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