El pernicioso efecto que ha tenido sobre la economía japonesa el conflicto con China

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Las cifras de crecimiento en Japón correspondientes al tercer trimestre del año dibujan un panorama muy sombrío para la fortaleza económica del país, la peor desde que el terremoto y posterior tsunami que arrasara la costa este del país en el primer trimestre de 2011. El PIB se contrajo entre julio y septiembre un 3,5% con respecto al mismo periodo del año anterior y el Gobierno no descarta la posibilidad de que el país haya entrado en recesión. Si no lo ha hecho ya, algunas gestoras como Nordea afirman que "la economía nipona está al borde de la recesión”.

En un artículo, la firma reconoce que la contracción sufrida por su economía fue más abultada de lo esperada tanto por la gestora (-3,2%) como por el consenso (-3,4%). Japón ha sido el país más afectado por la caída de la demanda externa, con unas exportaciones netas que han añadido -2,9 puntos al crecimiento. Según la entidad, “a los ya de por sí frágiles datos de exportación japoneses y lo que supone la fortaleza del yen, hay que añadir el efecto que han tenido sobre su economía los incidentes con China por la soberanía de las islas Senkaku”, algo que en opinión de la entidad “ha contribuido a agravar aún más la situación”. La relación comercial entre ambos  países se calcula en 350.000 millones de dólares.

Quizás el dato más significativo que evidencia el daño que habría provocado en Japón este conflicto sería el fuerte descenso de ventas registradas en China por los grandes fabricantes de automóviles japoneses, caída que en septiembre y octubre se situó en torno al 50%. Esto habría afectado a las cuentas de resultados de las empresas niponas, lo que a su vez tendría un impacto en la actividad nacional. En este aspecto, cabe recordar que China es el primer mercado automovilístico del mundo por volumen, lo que lo convierte en el más importante para los fabricantes japoneses.

“Actualmente, existen pocos argumentos que hagan prever un crecimiento del PIB nipón en el cuarto trimestre. Esto ha hecho que el Gobierno haya intensificado la presión sobre el Banco de Japón para que acelere los estímulos monetarios, incluso después de que la autoridad monetaria haya ampliado su programa de compra de activos por segundo mes consecutivo”, afirman desde la gestora. Por ahora, sin embargo, el inversor tendrá que esperar para conocer en qué consistiría –si finalmente se aprueba- el nuevo paquete de medidas, ya que la próxima reunión del banco central no está prevista hasta mediados de diciembre.