Por primera vez desde la pandemia, son mayoría los analistas de Fidelity que piensan que la inflación de los costes de las empresas descenderá durante el próximo año. Los analistas prevén una mejoría en la mayor parte de los sectores durante los próximos 12 meses.
Como cada año, Fidelity International ha tomado la temperatura a sus analistas en todo el mundo para sondear su conocimiento de las empresas y sectores que cubren. Los analistas de Fidelity celebran más de 20.000 reuniones con empresas al año. Dicho de otro modo, cada día laborable uno de sus analistas está hablando con la dirección de una empresa cada 10 minutos. Y de esas conversaciones han detectado dos tendencias clave: que las empresas dirijan su mirada hacia la expansión y que Japón se perfila como el faro económico del mundo en 2024.
Y otro cambio llamativo. Por primera vez desde la pandemia, son mayoría los analistas de Fidelity que piensan que la inflación de los costes de las empresas descenderá durante el próximo año. “Según nuestros analistas de Norteamérica, nadie habla ya de inflación. Los salarios eran la última complicación, pero estos parecen estar normalizándose con rapidez también”, señaló Gita Bal, responsable global de análisis de Renta Fija de Fidelity International.
Previsiones por sectores: el crudo y gas, el punto negativo
En cuanto al rumbo económico, en la mayoría de los sectores, los analistas que los cubren esperan que muestren una mejoría este año. En este sentido, el porcentaje que afirma que su sector se encuentra en expansión pasa del 52% actualmente al 61% que espera que esa sea la situación dentro de 12 meses.
Sin embargo, hay un puñado de sectores donde las respuestas sugieren que las condiciones podrían empeorar conforme avance el año. Los analistas que cubren empresas petroleras y gasistas de Norteamérica aducen que la caída de los precios de las materias primas es un lastre para el sector energético. El sector financiero también vivirá la otra cara del descenso de los tipos de interés.
2024: el año de Japón
Como hay adelantábamos, la previsión de los analistas de Fidelity es que Japón va a convertirse en el faro económico del mundo en 2024. Las expectativas de crecimiento de los ingresos y los beneficios en 2024 en Japón son más altas que en cualquier otra región. Los analistas que cubren Japón también son los más optimistas en relación con la ampliación de los márgenes de beneficios. Así, Japón se sitúa en cabeza en lo que respecta a las expectativas de inversión empresarial, rentabilidad sobre el capital, capacidad para repercutir los costes a los consumidores y si sus empresas van a estar o no en una fase de expansión dentro del ciclo el próximo año por estas fechas. Por eso el 88% de los analistas de Japón de Fidelity espera que sus sectores se encuentren en fase de expansión dentro de 12 meses.
“Existe una explicación sencilla para gran parte de este optimismo. La economía japonesa por fin ha dejado atrás más de dos décadas de recesiones y estancamiento y se observan señales alentadoras de aumentos generalizados de los precios. Aunque la inflación ha supuesto un gran dolor de cabeza para gran parte del mundo durante los últimos años, ahora es un problema bienvenido en Japón”, explica Bal.
¿Cisnes grises?
¿Qué podría frenar este escenario positivo? Van a celebrarse gran cantidad de elecciones este año 2024 y tendrá que acudir a las urnas el mayor número de personas de la historia, lo que suscita el riesgo de perturbaciones. No obstante, una de las conclusiones más sorprendentes de la encuesta es que la mayoría de los analistas (65%) indica que las empresas que cubren no mencionan en absoluto las elecciones.
Las que sí lo hacen están divididas a la hora de hablar del riesgo relacionado con las elecciones. Todo se reduce en gran parte a escenarios particulares en sectores concretos. Únicamente el 28% de todos los analistas de Fidelity afirma que el contexto geopolítico actual está coartando los planes de inversión, y este es el porcentaje más bajo de analistas que lo afirman desde que comenzamos a plantear esta pregunta en 2017.
“El fin de la era de los tipos de interés al cero siempre iba a provocar tensiones. Estamos ya en un periodo en el que las empresas se aprietan el cinturón, la demanda sufre más presiones y el poder de fijación de precios desciende, pero la encuesta de este año ofrece señales claras de que, con independencia de cómo se materialice la desaceleración, para la mayoría de las empresas el sistema se reiniciará y la próxima fase las aupará, en lugar de lastrarlas”, vaticina Bal.