España o Italia: cuatro gráficos para determinar qué país es más atractivo para los inversores de deuda pública

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GloriaGarcia, Flickr, Creative Commons

Las comparaciones a nivel económico entre España e Italia han estado a la orden del día desde que la crisis de la deuda soberana se desplazó desde países más pequeños (Grecia, Irlanda, Portugal) a dos de las naciones clave dentro de Europa. Ahora bien, aunque ambas han partido de una situación similar –repunte de la deuda soberana, necesidad de reformas estructurales- la evolución ha sido distinta y los inversores están empezando a cambiar sus percepciones. Es lo que llevan haciendo varios años muchos gestores de renta fija, jugando las curvas de España e Italia con apuestas de valor relativo. Bastien Drut, estratega y analista de Amundi, analiza la situación económica de Italia y España y aporta gráficos con los que demuestra cuál de las dos muestra mayor atractivo desde un punto de vista inversor. 

Para empezar, el experto comenta que “la trayectoria de la deuda sobre PIB es preocupante en Italia”. “A pesar del impresionante equilibrio primario, la diferencia entre el tipo de interés pagado por la deuda y el crecimiento del PIB nominal hace que la deuda pública crezca a un ritmo bastante rápido”, añade.

En cambio, indica que la situación en España es diferente: “Hay un déficit primario, pero los buenos datos de crecimiento (así como un stock de deuda inicial más bajo) ralentizan la progresión del ratio de deuda sobre PIB”. A pesar de esta divergencia, el experto advierte que, en términos generales, la deuda sobre el PIB está creciendo a un ritmo del 3% o el 4% en Italia, Francia y España, y que es precisamente en España donde se visualiza mejor esta subida. 

En segundo lugar, Drut cree que el programa de compra de deuda del BCE debería beneficiar más a España que a Italia, pues el Eurosistema comprará un stock mayor de deuda española que italiana. De hecho, tal y como se refleja en el gráfico a continuación, la deuda más comprada sería la alemana, seguida por la española, la francesa y, finalmente, la italiana. 

Drut analiza en último lugar el mix de inversores con exposición a ambas clases de activos. Concluye que la mayor parte de bonistas son extranjeros en el caso de la deuda española, frente a la italiana: en el país, sólo un tercio de toda la deuda viva está en manos extranjeras. Sin embargo, constata al mismo tiempo que los inversores internacionales han vuelto a interesarse por los bonos italianos en 2015, hasta el punto que han sido los mayores compradores de deuda italiana en lo que va de año.