Estudios académicos para desmontar falsas creencias sobre las empresas familiares

Familia
Sandy Millar, Unsplash

Las agencias de calificación evalúan la gobernanza con defectos sistemáticos. Aunque es común considerar que las empresas familiares tienen unas estructuras de gobernanza débiles, en realidad, en relación a otras compañías, su rentabilidad es mayor respecto al capital invertido, con menor apalancamiento financiero -deuda neta respecto a beneficio operativo- respecto el índice mundial MSCI AC World, una medida importante de la protección del capital.

El caso es que las agencias de calificación ASG (ambiental, social y de gobernanza) otorgan una menor puntuación a las empresas familiares en cuanto gobernanza en relación con el índice mundial MSCI World, pero menor exposición a controversias ambientales y sociales. “Probablemente se debe a que las familias protegen especialmente su marca -a menudo lleva su nombre- y hacen esfuerzos excepcionales por evitar incidentes”, afirma Cyril Benier, gestor del Pictet Family.

Lo que examinan las agencias de rating

En concreto, las agencias de calificación sostienen que para proteger los intereses de los accionistas minoritarios es crucial contar con un Consejo de Administración mayoritariamente independiente, con comités de remuneración y auditoría también independientes. Las agencias examinan cuatro características clave: estructura del Consejo, derechos de los accionistas, remuneración y auditoría y tienden a puntuar peor a las empresas familiares en las tres primeras.  Sólo en auditoría parece que se gestionan tan bien como las no familiares.

Sin embargo, esa falta de independencia del Consejo en el caso de las empresas familiares en realidad puede indicar estabilidad de la propiedad, lo que puede facilitar el liderazgo, la disciplina financiera y la preservación del capital a largo plazo. “Además, para la protección de los intereses y derechos de los accionistas minoritarios, más que la independencia del Consejo, es crucial la independencia de los comités de remuneración, auditoría y nombramientos”, subraya el experto. 

“Eso sí: hay que hacer un análisis profundo de las controversias, sobre todo las relacionadas con transacciones con terceros o remuneraciones injustificadas por la que los accionistas dominantes pueden estar anteponiendo intereses familiares a los de la compañía. En cualquier caso, no existen pruebas de que las familias utilicen su ventaja en los Consejos para recompensarse excesivamente. Además, las agencias tienen dificultades para evaluar las estructuras familiares creadas para mantener el control, incluso cuando no implican una posición mayoritaria”. 

Puede tratase de vehículos especiales -sociedades anónimas, KGaA en Alemania, fundaciones o acciones de varias clases. Estas estructuras conllevan riesgos de que se extraigan beneficios privados, pero ventajas de estabilidad para un enfoque estratégico e inversiones a muy largo plazo.

Limitaciones de las agencias en sus calificaciones ASG

“Aparte de esto, las calificaciones ASG de las agencias muestran limitaciones significativas. En primer lugar, hay falta de coherencia entre los datos de las empresas, de manera que las más grandes y de mercados desarrollados reciben calificaciones más altas. Muchos datos son del pasado, a veces muy desactualizados y sus ponderaciones varían según la agencia, incluso cuando están estandarizados.  De hecho, un análisis de seis agencias encontró que la correlación promedio entre calificaciones era solo del 0,54, lo que indica demasiada variabilidad (Confusión agregada: La divergencia de calificaciones ESG, F. Berg, J. Kolbel y R. Rigobon).

Un 30% de independencia del Consejo es suficiente

Otra investigación (HSBC Global Research, Governance Uncut: Evidence, errors and evolution – what investors  need to know, Agosto de 2019) muestra que a nivel regional no hay correlación entre independencia del Consejo y el resultado de una empresa. Las diferencias se explican por variaciones en la forma en que se aplican los derechos de los accionistas en cada país. Sin embargo, en el sector de bienes de lujo son dominantes las participaciones sustanciales de familias y hay una correlación inversa entre independencia/gobernanza del Consejo y rentabilidad para los accionistas. 

Un grado menor de independencia generó de 2011 a 2020 mayor rentabilidad (fuente: ISS, Refinitiv, Exane, Pictet AM). “Ello puede atribuirse a la presencia de un accionista importante quien, por ser más conservador en la toma de decisiones, dado que su objetivo es el éxito de la compañía y no los objetivos trimestrales, favorece a los minoritarios a largo plazo.

Otra investigación, ésta sobre empresas familiares asiáticas (En-Te Chen y John Nowland, Optimal Board Monitoring in Family-Owned Companies: Evidence from Asia, Corporate Governance, An International Review, vol. 18, no.1, 2010), concluyó que un Consejo formado por independientes al 38% era óptimo para maximizar la rentabilidad para los accionistas, además de la separación del cargo de presidente y director ejecutivo y comités separados de auditoría y remuneración. “Por nuestra parte estimamos suficiente, siempre y cuando los comités sean independientes, que las empresas familiares tengan al menos un 30% de independientes en sus Consejos, en lugar del mínimo 50% exigido por las agencias”.