La inversión ASG ya se ha hecho un hueco entre los ETF de renta fija, pero el camino solo acaba de empezar. Su potencial de crecimiento en los próximos años es enorme, según ponen de manifiesto gestores y selectores de fondos, quienes analizan también la oferta existente y hacia dónde debe enfocarse la innovación; y cómo corroboran los intermediarios de estos productos cotizados.
La inversión ASG ya se ha hecho un hueco entre los ETF de renta fija, pero el camino solo acaba de empezar. Su potencial de crecimiento en los próximos años es enorme, según ponen de manifiesto las gestoras y selectores que han participado en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por Amundi, donde han analizado también la oferta existente y hacia dónde debe enfocarse la innovación.
La importancia de una adecuada oferta
Natalia Salcedo, portfolio manager en BBVA AM, asegura que la entidad está “comprometida al máximo con la sostenibilidad” y que fue pionera en el lanzamiento de productos sostenibles para satisfacer las necesidades de sus clientes. “En este sentido, dentro de nuestros fondos sostenibles los ETF de renta fija ESG tienen mucho potencial de crecimiento los próximos años y de hecho ya los estamos incorporando en nuestras carteras de forma paulatina”, apunta.
Para incorporar la sostenibilidad, Salcedo destaca que es importante disponer de una adecuada oferta, tanto de instrumentos artículo 8 como artículo 9, que son los que garantizan un grado de sostenibilidad suficiente. “Los fondos climáticos generan mucho interés por la importancia del cambio climático y su gran foco mediático. Los Climate Transition (CTB) y París-Aligned (PAB) se comprometen explícitamente a alinear sus carteras con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París y son los únicos instrumentos que disponen de un sello de la UE para tal fin, de ahí el gran interés que suscitan”, explica.
A medida que se desarrolle la normativa europea en materia de sostenibilidad, será necesario que la oferta existente se adapte a estas nuevas exigencias. “En el caso de ETF de gobiernos y ASG, por ejemplo, falta mucho por aclarar, empezando por decidir si pueden ser consideradas inversiones sostenibles o no, o si por el contrario sólo lo serán los bonos verdes o sociales. Y, en este sentido, la oferta es insuficiente por el bajo nivel de emisiones. En el caso del crédito, será necesaria una homogeneización de la oferta en ETF sostenibles, hasta que sea más comparable y elegible”, afirma Salcedo, para quien también es necesario cuantificar en qué grado se adaptan las inversiones de los diferentes productos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU o a los objetivos de la Cumbre del Clima COP26.
Un activo clave en las carteras
Marta Bretones, senior portfolio manager GMAS en Santander AM, considera que los ETF se han convertido en un activo clave dentro de las carteras. “Nosotros combinamos fondos más activos donde buscamos el alfa, con un porcentaje determinado en ETF porque proporcionan una liquidez necesaria en momentos clave de mercado, en los que necesitas tener una agilidad de respuesta ante una mayor volatilidad. Pero también ofrecen una mayor transparencia frente a fondos de terceros y son más baratos. Los utilizamos para movimientos más tácticos, frente a los movimientos más estructurales”, expone.
En todo el mercado, pero fundamentalmente en Europa, hay un proceso de transformación hacia una mayor sostenibilidad que irá a más con el tiempo, un camino en el que también está inmerso el Santander, y que, como explica Bretones, tiene un objetivo de un mínimo de patrimonio invertido en sostenibilidad de aquí a los próximos tres años. “Estamos comprometidos también con el Net Zero o Paris-Aligned, con lo que ya tenemos una oferta bastante buena tanto en fondos mixtos, como equity y renta fija, y continuarán saliendo nuevos productos y nuevas gamas”, agrega.
Para la senior portfolio manager GMAS en Santander AM, “la regulación está en desarrollo y queda mucho por definir y homogeneizar, pero necesitamos una mayor evolución de la oferta existente y de su granularidad. Hay pocos ETF sociales y temáticos y, en el medio y largo plazo, se necesitarán ETF climáticos que sean artículo 9 y otros que repliquen índices Paris-Aligned. Además, también necesitamos que aumente el volumen de todo tipo de activos dentro de la renta fija, desde euro crédito hasta high yield europeo y global”.
Más criterios ASG, menos riesgo
David Sánchez, responsable de Selección de Fondos en Santalucía AM, asegura que la compañía invierte cada vez más en ETF, tanto en producto mainstream artículo 6 como en producto artículo 8, pero siempre “recordando que tenemos un deber fiduciario con respecto al interés de nuestros clientes, nuestro objetivo debe ser maximizar el retorno ajustado al riesgo y esto no está reñido con la inversión ASG”.
“Desde el punto de vista de la rentabilidad, puede haber debate acerca de si la incorporación de los criterios ASG generan o no un extra, pero en lo que no hay duda es en lo que aportan desde la perspectiva del riesgo. Incluso en nuestros productos artículo 6 incorporamos ETF de renta fija y variable con criterios ASG para cubrir esos riesgos de cola que podemos tener en momentos de estrés. Lo vimos el año pasado, los bonos verdes se venden menos y padecen menos las caídas en estas ocasiones”, apunta.
Sánchez también asegura que hay mucho más interés en los fondos catalogados como artículo 8 que en los artículo 9 (el 80% de los flujos que van a productos ASG se dirigen hacia los primeros), tanto porque hay un mayor universo de productos disponibles, como por las diferencias con respecto a los índices convencionales. “Cuando todavía muchas inversiones se miden por benchmark convencionales que no tienen en cuenta la ASG, cuanto más verdes queramos ser, más tracking error meteremos en cartera y más estaremos reduciendo el universo de inversión porque estamos incluyendo más restricciones”, explica.
Respecto a la oferta, el responsable de Selección de Fondos en Santalucía AM cree que, en comparación con el crecimiento que se ha visto en productos vinculados a la renta variable, “todavía queda espacio para el desarrollo de productos mixtos y de renta fija, especialmente en todo lo que vaya más allá de los bonos corporativos con criterios ASG, y seguimos muy centrados en el clima, en la A de Ambientales, y poco en bono social, que es muy demandado”. Pero, además, Sánchez considera que la innovación no solo debe centrarse en la creación de nuevos productos, sino también en el reto pendiente de la industria, que es la estandarización de criterios y mediciones.
El impacto en el producto y en las estrategias
Para Juan San Pío, director comercial de ETF, Indexing & Smart Beta para Iberia & Latinoamérica de Amundi, lo dicho anteriormente es el reflejo real de una tendencia que comenzó hace unos años, sobre todo desde 2018, cuando apenas había 4.000 millones de euros gestionados en ETF de renta fija frente a los 32.000 millones de la actualidad. “Hace tres años suponían un 4% de la gama y ahora el 19%, la tendencia es exponencial. Entre medias se ha producido una pandemia que ha acelerado los procesos ASG y las adaptaciones de las gestoras a la sostenibilidad”, asegura.
En este sentido, San Pío afirma que “los proveedores de índices continúan con la estrategia de desarrollo ASG y cada vez hay más índices sostenibles y más grados de intensidad de color verde en los mismos, de modo que se van haciendo más líquidos y van teniendo mayor volumen. Además, se ha creado un cóctel perfecto porque el producto que va detrás del índice se está desarrollando a la misma velocidad y porque también hay demanda del cliente”. Por el momento, explica, se está focalizando más en productos artículo 8, pero espera que la tendencia en los próximos años se dirija y se centre en los artículo 9.
Por otro lado, el representante de Amundi señala que, en renta fija, “las gestoras de activos, como grandes inversores en bonos que son, están mostrando una mayor disposición a comunicarse directamente con las empresas y hacerlas rendir cuentas sobre cuestiones relacionadas con los asuntos ESG. Los emisores de bonos, a su vez, buscando atraer cada vez más inversores socialmente conscientes y ser incluidos en los principales índices, son ahora mucho más transparentes en el suministro de información”.
El mayor interés de los inversores institucionales
Pierre-Antoine Jaunatre, trader institucional ETF en Flow Traders, confirma que los inversores institucionales se interesan cada vez más por los ETF ASG y lo ilustra con cifras: “Este año los flujos que hemos operado con nuestras contrapartes europeas representan el 8% del total, frente al 4% de 2020, es decir, se han duplicado. El crecimiento tan rápido de esta cifra nos ha sorprendido”. Ahora, Flow Traders calcula que, en 2025, sus flujos de ETF ASG supondrán más de un tercio.
Jaunatre, además, ve disparidades bastante significativas en términos de flujos. En primer lugar, una geográfica. “Los inversores europeos fueron los primeros en preocuparse por invertir en productos ASG, a diferencia de lo que ocurre en otros países como EE.UU., Inglaterra o Suiza, por lo tanto, vemos mucho potencial de crecimiento en estas zonas”, explica.
En segundo lugar, también observa disparidades en términos de productos, porque “las restricciones ASG son tan diferentes de un emisor a otro que para una gestora puede ser difícil tomar una decisión de inversión. Se necesita tiempo para que las gestoras tengan su propia idea de lo que consideran ASG y que hagan su selección de fondos, que se ajuste a sus propias preocupaciones”.