La gestora americana incorporará las nuevas capacidades a su división de renta fija.
Franklin Templeton Investments continua con su política de adquisición de firmas pequeñas, pero muy especializadas y estratégicas para hacer evolucionar su negocio. La última compra en esta línea es Random Forest Capital, una firma de inversión que tiene a las fintech como campo de estudio, con experiencia en análisis de datos y préstamos no bancarios.
Lo interesante de la operación es que se incorporarán las capacidades de Random Forest Capital a la división de renta fija de Franklin Templeton. La compañía comprada, una start-up californiana, cuenta con una plantilla de científicos de datos que desarrollan modelos de aprendizaje automático (machine learning) y algoritmos estadísticos que aplican para calcular las ganancias esperadas en inversiones financieras. Random Forest también ha creado una infraestructura a escala en la nube que les permite procesar enormes cantidades de datos no estructurados para obtener información clave y extraer de ellos modelos predictivos.
“El equipo de Random Forest complementará nuestro análisis fundamental de renta fija con su experiencia en préstamos privados, y nos proporcionará capacidades para apoyar las capacidades más amplias de la firma en tecnologías de la información y ciencia de datos”, ha comentado sobre la operación Jenny Johnson, presidenta y directora de operaciones de Franklin Templeton. Chris Molumphy, director de inversiones de Franklin Templeton Fixed Income Group, añade que “el ritmo avanzado de la disrupción tecnológica está impactando el entorno tradicional de inversiones, proporcionando nuevas maneras de identificar y originar oportunidades de inversión que generen valor para los inversores”. En este sentido, Molumphy alaba el conjunto de herramientas creadas por Random Forest, al considerar que permitirá a Franklin Templeton adaptarse a las condiciones cambiantes para invertir en renta fija.
Franklin Templeton lleva tiempo observando cómo la tecnología está teniendo efectos disruptivos que se reflejan no sólo en la valoración de las acciones de las empresas cotizadas, sino también sobre la inversión en sus bonos. Roger Bayston, director de renta fija de Franklin Templeton Investments y gestor del Franklin U.S. Low Duration Fund, ponía el año pasado como ejemplo de ese efecto disruptor la preferencia de los inversores por bonos de General Motors con vencimientos menores a cinco años.
La razón detrás de esta preferencia es que el fabricante de automóviles había anunciado que el principal objetivo de su plan de negocio a cinco años vista sería transformar la fuente de ingresos de su negocio, de manera que ya no fuera la fabricación de automóviles, sino el desarrollo de software y otras tecnologías inteligentes para esos automóviles. “Estos rápidos cambios están afectando a la deuda viva de las compañías, creando una suerte de distorsión de la duración”, afirmaba el experto (leer más).