Sell in may and go away: ¿en qué consiste este dicho? ¿tiene sentido en contexto actual?

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Firma: Lucas Favre (unsplash)

Cada vez que llega el mes de mayo, surge la pregunta ¿será este un año en el que haya que hacer caso al axioma bursátil del Sell in may and go away? En esta nueva entrada del glosario de FundsPeople explicamos de dónde viene esta famosa frase, qué justificación tiene y si tiene sentido aplicarla en un año como éste.

¿Qué es?

La frase de Sell in may and go away responde a una estrategia de inversión en acciones que se basa en la la teoría de que el mercado bursátil estadounidense consigue peores resultados en el periodo de seis meses comprendido entre mayo y octubre.

Según explican desde Welzia Management, la expresión "tuvo su origen en el distrito financiero de Londres, cuando los banqueros que querían escapar del calor veraniego vendían en mayo, se marchaban y volvían el día de St. Leger Stakes (una famosa carrera de caballos inglesa que se celebra a mediados de septiembre)". De hecho, el frase completa es Sell in May and go away, come back on St. Leger’s Day.

Sin embargo, cuando se popularizó este término fue en el siglo XX, con un equivalente en EE.UU de vender en el Memorial Day que se celebra en Mayo y volver al mercado en el Día del Trabajo en Septiembre.

Fue por tanto en Wall Street cuando se empezó a analizar el patrón histórico de la rentabilidad del S&P500 en ese periodo determinando que era de noviembre a abril cuando la evolución del índice resultaba más satisfactoria.

¿Qué dicen los datos?

Desde Welzia Management han analizado si es cierto que a lo largo de la historia se ha cumplido ese patrón estacional. Lo han hecho mirando qué ha hecho el mayor índice bursátil de EE.UU. en dos periodos, los que van de noviembre a abril y el que va de mayo a octubre desde el año 1950 hasta la actualidad.  

"Desde el año 1950 hasta 2022, la rentabilidad media de este semestre ha sido del 6,77%, en comparación con el 1,56% durante el período de mayo a octubre. En nuestro análisis observamos que los meses con mayores subidas en el S&P500 han sido noviembre (1,7% de subida media) y abril (1,5%); sin embargo, en los meses de mayo y junio las rentabilidades medias han sido prácticamente planas”, explican y lo ilustran con el siguiente gráfico.

Es decir, a priori no habría mucha justificación en dejarse llevar por solo por el dicho. Además, según recuerda Ignacio Cantos desde atl Capital, también ha habido excepciones. "Por ilustrarlo con un ejemplo reciente, el periodo noviembre 2019- abril 2020, recordar para los más despistado que incluye el inicio de la pandemia. En esta etapa, la bolsa cayó más de un 4% para recuperar un 12% en la parte más complicada del Covid y con una situación macro adversa", explica.

¿Qué hacer este año?

Todo depende de cada contexto ya que es cierto que a muchos inversores ha pillado por sorpresa el rally que se ha visto en la renta variable en los últimos meses. "En los últimos seis meses la rentabilidad obtenida por el S&P500 ha sido superior al 6%. Un movimiento que parece contraintuitivo y contra toda lógica, con malas noticias acumulándose desde principios de año", xplican en Welzia. Citan como ejemplos las subidas de tipos, elevada inflación e incertidumbre ante una recesión, además del amago de crisis financiera.

Esas alzas no solo se han visto en EE.UU. En Europa, por ejemplo, y con el rescate de credit Suisse por medio, el Eurostox 50 se ha anotado un 19% de rentabilidad solo en lo que va de año, y el Stoxx 600 sube un 12% en seis meses. "En estos momentos la pregunta es si el 'rally' de estos últimos meses puede seguir sustentando un mercado alcista", se preguntan en la gestora.

Es, de hecho, la gran pregunta. Por una parte, se mantiene vigente la idea de que será en el segundo semestre del año cuando se produzca el esperado pivot point de la Fed. Ese que sirva de catalizador a la renta variable. Por otra sigue habiendo mucha incertidumbre en el horizonte sobre el efecto que la política restrictiva llevada a cabo por los bancos centrales tenga en la economía a nivel macro y en los beneficios empresariales a nivel micro. Y todo ello con unas valoraciones que no están precisamente baratas.  De ahí que haya un cierto consenso en invitar a la prudencia pero sin reducir de manera drástica el riesgo.

"La mayoría de los inversores recurren a la rotación sectorial en lugar de a una disminución general del riesgo de la renta variable. Los que esperan una caída de los rendimientos prefieren los sectores defensivos y los valores sustitutivos de la duración, como las grandes empresas tecnológicas", explica Álvaro Antón, country head de abrdn para Iberia. Y continúa: "Los que esperan un aterrizaje suave prefieren los sectores cíclicos. Los que buscan gangas pueden ver atractivo en el sector financiero",

"No hemos hecho una reducción del riesgo brutal. Empezamos el año ligeramente infraponderados y, actualmente, seguimos estando ligeramente infraponderados en esta clase de activo", afirma Lucía Gutiérrez  Mellado, directora de Estrategia de J.P.Morgan AM para España y Portugal.