“Hay mucho dinero invertido confiando en que los tipos se mantengan bajos mucho tiempo”

Ben_Boucher-Ferte-Ruffer
Benjamin Boucher, director de Inversiones de Ruffer

Ruffer Investment Managers (1994) nació con el objetivo de dar servicio a clientes en un tiempo en el que la industria les veía simplemente como a gente a la que vender productos. Es una casa que predica con el ejemplo: en manos privadas y de sus empleados, sin bonus basados en rendimientos a corto plazo, sin comisiones sobre rentabilidad, y cuyos gestores invierten en los fondos que gestionan. Dos décadas después, perdura la meta de ser ese alguien en quien los inversores confían para cuidar su patrimonio.

Es una filosofía marcada en su buque insignia, el Ruffer SICAV Ruffer Total Return International, fondo con Sello Funds People por su calificación de Blockbuster que en España, Italia y Portugal se distribuye de la mano de MCH Investment Strategies.

Al igual que todos los retornos absolutos, su objetivo es “dar una rentabilidad mejor que 0”, como lo explica Benjamin Boucher, director de Inversiones. Esto es, generar un retorno positivo en un periodo de 12 meses. “Invertimos intentando minimizar las pérdidas, lo que significa que habrá periodos en los que parezca que estamos equivocados”, reconoce el experto. Es el precio a pagar por seguir una filosofía disciplinada basada en los fundamentales y una visión a largo plazo.

Pero su mandato de retorno absoluto no limita el apetito por riesgo de los gestores. “No tememos ser contrarian, posicionarnos muy diferentes al consenso”, reconoce Boucher. Y en estos tiempos de estímulos monetarios, nadar contracorriente puede ser doloroso. El escenario central que reflejan los mercados es que el dólar americano seguirá fuerte y que la inflación no asomará la cabeza en un rato. “Hay mucho dinero invertido confiando en que los tipos se mantengan bajos mucho tiempo”, defiende el gestor. De ahí el buen momentum en crédito y valores growth. En su opinión, los tipos bajos han redefinido el concepto de riesgo, y los mercados de crédito no están preocupados por la salud de los corporativos.

Frente al consenso, en Ruffer no creen que la inflación haya pasado a mejor vida. Y destacan dos argumentos. Primero, que las tasas de desempleo son muy bajas a nivel global y en algunos países incluso se asoma la presión salarial. Segundo, que los bancos centrales están presionando por ver estímulos fiscales a la vez que instituciones como la Fed reconocen que dejarían que la inflación se moviese por encima del 2% un tiempo para compensar los años anteriores. En cartera eso se refleja con un posicionamiento contrarian en bonos ligados a la inflación, mineras globales y renta variable “barata”, esto es, en value y cíclicos.

Pero toda posición contrarian debe acompañarse con una capa de protección. Una parte de la cartera “por si estamos equivocados”, explica Boucher. En la práctica se compone principalmente de crédito y CDS de emisiones con grado de inversión.

Las oportunidades británicas tras sobrevivir al Brexit

Ruffer es una casa británica y como tal se comprende ese ligero sesgo de la cartera hacia activos británicos tanto en renta fija como renta variable. Pero más allá de eso, el equipo gestor ve ahora un interesante punto de entrada en acciones de Reino Unido tras el Brexit, concretamente aquellas ligadas a la situación doméstica.

El nuevo gobierno tiene un claro mandato para elevar el gasto, especialmente en el norte de Inglaterra. “En parte es una medida comprensible en un gobierno que ha abanderado el Brexit. Tiene sentido impulsar el crecimiento e intentar compensar el impacto negativo de la salida de la Unión Europea”, explica Othmane Rachedi, gestor en Ruffer.

Por eso ven valor en bancos domésticos británicos como Royal Bank of Scotland o Lloyds Banking Group, así como en la renta variable británica en general, donde aún cotiza la prima del Brexit. Además de las valoraciones atractivas, los gestores se sienten respaldados por los fundamentales y el sentimiento. “Las empresas británicas ya están hablando de reactivar su inversión en capex. Por mucho Brexit duro, al final sigue siendo mayor claridad política”, sentencia Rachedi.