El paquete de inversión en infraestructuras y defensa anunciado la semana pasada supone un impulso sin precedentes a sectores clave como la electrificación, la digitalización y la transición energética.
Europa se encuentra en un punto de inflexión histórico, impulsado por una oleada sin precedentes de inversión en infraestructura y defensa, especialmente en Alemania. Sin embargo, este impulso se enfrenta a desafíos derivados de la incertidumbre sobre políticas arancelarias estadounidenses. Estas podrían complicar el entorno comercial en los próximos meses.
Según Benoit Anne, Managing Director – Strategy and Insights Group en MFS Investment Management, este paquete representa una "baza fiscal sin precedentes" para Alemania y Europa. "Es exactamente lo que el doctor ordenó", señala Anne. Él destaca que este impulso busca corregir dos problemas estructurales: el rezago en el gasto en defensa y la falta de inversión pública tras años de austeridad. En su opinión, este programa fiscal es una clara “señal de riesgo a favor” para los activos europeos. Esto podría redefinir la asignación de capital global y fortalecer al euro frente al dólar.
El impacto de esta inversión se extiende más allá de Alemania, proyectando efectos multiplicadores en la demanda de bienes de capital en toda Europa, señalan desde HSBC. Se espera que las empresas del sector experimenten un incremento en la contratación de pedidos a medida que los proyectos comiencen a ejecutarse. Sin embargo, persisten desafíos administrativos y regulatorios que pueden generar retrasos en la aplicación efectiva del plan.

Consecuencias positivas y desafíos en la ejecución
El anuncio de este paquete de inversión ha tenido un impacto inmediato en la confianza del sector industrial. De acuerdo con HSBC, los pedidos del cuarto trimestre de 2024 han superado las expectativas, lo que respalda una visión optimista para 2025.
Las oportunidades más relevantes se concentran en sectores vinculados con infraestructura digital, electrificación y defensa. Sin embargo, se advierte que la ejecución efectiva de estos planes podría tomar tiempo. El retraso en la ejecución de proyectos de infraestructura es una preocupación clave, dado que la capacidad de absorción de inversión pública está condicionada por la burocracia. Además, la disponibilidad de materiales y la preparación de las empresas para ejecutar los proyectos también juegan un rol importante.
Además, el contexto internacional añade una capa de incertidumbre. Las tensiones comerciales, las políticas arancelarias y la fragmentación regulatoria pueden influir en la velocidad y efectividad de la inversión. Las empresas han respondido con estrategias de producción “local para local” para mitigar estos riesgos, asegurando una menor exposición a las fluctuaciones del comercio global.
En este sentido, Anne advierte que, aunque el entorno es favorable para los activos de riesgo en la eurozona, la subida de tipos de los Bunds alemanes ha sido "espectacular". Ha habido un incremento de 40 puntos básicos en solo una semana, el mayor desde 1990. Este repunte ha llevado a los inversores a reconsiderar su exposición a la deuda europea. Aunque el crédito corporativo sigue siendo atractivo con un rendimiento de 3,40% en promedio.
Megatendencias y perspectivas sectoriales
Uno de los sectores que más se beneficiará de la inversión en infraestructura es el de electrificación y transición energética. La tendencia hacia la electrificación se apoya en la necesidad de modernizar la infraestructura eléctrica y aumentar la capacidad de generación renovable. Asimismo, el sector de utilities y data centers se mantiene en una fase de expansión acelerada. Schneider Electric ha proyectado un crecimiento orgánico de ingresos del 7-10% en 2025. Además, proyectan una mejora de margen operativo entre 50 y 80 puntos básicos, impulsado por el aumento de la demanda en centros de datos y redes eléctricas.
El auge de la inteligencia artificial (IA) y la digitalización fue una de las narrativas dominantes del mercado en los últimos años. Sin embargo, en 2025 se espera una moderación en el crecimiento del sector. Esto se debe en parte a la saturación del mercado y a la estabilización de la inversión en grandes proyectos de IA.
Según HSBC, la cotización de empresas vinculadas a IA ha perdido impulso. Ha habido una reducción en el múltiplo precio-beneficio desde 23x a 21x en los últimos meses. Esto refleja un ajuste en las expectativas de crecimiento y una mayor selectividad por parte de los inversores.

A pesar de esta moderación, las empresas tecnológicas siguen aumentando su gasto de capital, con una inversión esperada de 360.000 millones de dólares en 2025, según el informe HSBC Global Capex Monitor: Data is the New Oil, que hace hincapie que el reto radica en convertir este gasto en retornos sostenibles en un entorno más competitivo y regulado.