La economía global podría ser calificada como susceptible en el actual entorno de volatilidad. Cualquier imprevisto o cambio puede hacer que los mercados se tambaleen o, en su defecto, comiencen a estabilizarse. "Una de las lecciones aprendidas en estos últimos tres años es que la economía y los mercados pueden atravesar periodos donde una mejora potencial en la actividad y en el apetito por el riesgo es observada enérgicamente", señalan desde ING Investment Management.
En el informe global de estrategia que publica la entidad, la gestora reconoce que existen una serie actores que juegan un papel esencial en el lento y largo camino hacia la recuperación y que son los que pueden marcar la diferencia. "Estamos en un momento en el que nuestra confianza crece por el rol activo de los bancos centrales. Tiene que haber voluntad por su parte para alcanzar el equilibrio deseado en la economía", apunta ING IM.
En este escenario, la asignación de activos de sus fondos se tiene que adaptar a los constantes cambios que surgen día a día. "Tenemos que ser dinámicos y lidiar con las sorpresas de los mercados", subrayan. La temporada estival ha dejado en una buena posición a los activos de mayor riesgo por lo que desde ING IM han aumentado sus posiciones en renta variable.
Donde han reducido posiciones es en los bonos estadounidenses, en parte por las recientes dinámicas ligadas a la inflación. Según la gestora, tampoco es el momento de las materias primas por las continuas decepciones en torno al crecimiento en China. El sector inmobiliario sigue siendo uno de los objetivos preferidos de la gestora. "Japón es el enclave idóneo gracias a sus valoraciones atractivas y a su política doméstica", apostilla ING IM.