Fondos cerrados, semilíquidos y evergreen: flexibilidad vs rentabilidad
Analizamos las ventajas e inconvenientes que ofrecen las distintas estructuras de fondos de mercados privados.
De manera tradicional, los fondos de capital privado han invertido a través de fondos cerrados, con un plazo fijo, de aproximadamente 10 años, para captar, invertir, realizar los exit oportunos y distribuir el capital a los LPs. No obstante, como respuesta a la necesidad de los inversores de una mayor flexibilidad en la asignación de activos, aumentó la demanda de soluciones semilíquidas, con una exposición a inversiones en mercados privados con buenos retornos, pero también con la capacidad de acceder a la liquidez cuando fuera necesario. Es así como nacieron los fondos semilíquidos, con un plazo definido, pero también con ventanas de liquidez periódicas para un mercado secundario gestionado. Y, finalmente, los fondos evergreen, con estructuras más abiertas y sin fecha de vencimiento.
Cada una de las opciones tienen ventajas, pero también inconvenientes, que analizamos a continuación.
En un contexto de mercado con mayor incertidumbre, la búsqueda de activos líquidos se ha convertido en el objetivo de muchos inversores. En efecto, la liquidez permite a los gestores de fondos comprar y vender activos rápidamente, para ajustar así la composición de la cartera con mayor facilidad.
En este sentido, Ignacio Resusta, especialista de inversiones en mercados privados de UBS AM, asegura que “esa flexibilidad facilita la diversificación entre diferentes clases de activos, sectores, geografías, añadas y estrategias de inversión”. Al distribuir las inversiones en una amplia gama de activos y también en diferentes añadas, los fondos pueden mitigar potencialmente el impacto de la volatilidad del mercado y los eventos inesperados.
Además, Resusta considera que los fondos abiertos tienen “la agilidad necesaria para aprovechar las ineficiencias del mercado y capitalizar las oportunidades a corto plazo a medida que van surgiendo”. Por tanto, pueden desplegar capital en activos infravalorados o clases de activos que ofrecen rentabilidades atractivas ajustadas al riesgo.
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Los fondos semilíquidos y evergreen suelen tener mandatos de inversión más flexibles y pueden invertir en una gama más amplia de activos, lo que permite una mayor diversificación de estrategias (lo que no necesariamente implica diversificación en número de activos subyacentes).
Según Cristina Moreno, directora de Business Development de Arcano Partners, “la estrategia de los vehículos no depende tanto de la liquidez que el inversor busque, sino de los retornos y clases de activos a los que se quiera tener acceso”. Es decir, hay fondos abiertos que invierten en casi todas las estrategias, pero lo que marca el componente de liquidez es la gestión del cash.
Actualmente, podemos ver en el mercado un incremento relevante de oferta de productos líquidos y semilíquidos, con fondos que complementan inversiones con perfil ilíquido (private equity y venture capital), con activos que generan rentas recurrentes (inmobiliario e infraestructuras) y activos que dotan de liquidez a esos vehículos (como estrategias de crédito líquido). Estos productos buscan exposición a mercados privados de la forma lo más diversificada posible, pero con un perfil de liquidez atractivo.
2/5Hemos hablado de mayor diversificación de clases de activos y de diversificación de estrategias de los fondos semilíquidos y evergreen, pero los fondos cerrados también tienen su contrapartida y pueden beneficiarse de la “diversificación temporal”, dado que el capital se despliega a lo largo de varios años, en lugar de hacerlo de una sola vez.
En este sentido, los fondos captados en años de recesión pueden aprovechar la oportunidad de adquirir activos a valores más bajos y realizar los exits en la fase de recuperación, cuando las valoraciones suben. En palabras de Tim Boole, responsable de Gestión de Producto de Schroders, “un enfoque de añada tiene la ventaja de mitigar el riesgo asociado a la sincronización con el mercado. No obstante, a pesar de nuestro optimismo sobre las perspectivas a medio y largo plazo de los activos privados, el corto plazo va a ser sin duda complicado para muchos inversores”.
3/5En cualquier caso, lo que aumenta la diversificación, independientemente del tipo de liquidez que ofrezcan, es el conjunto de la cartera.
Borja González, Associate Director de M&G Investments, considera que, “la deuda privada o los fondos ilíquidos nos permiten llegar a emisores e instrumentos que no están disponibles en activos líquidos o mercados públicos, lo que es un factor clave en la diversificación para mejorar el perfil rentabilidad / riesgo”. Además, para poder mejorar el perfil de liquidez de las estrategias ilíquidas, tenemos varias alternativas, como “los periodos de lock up, en los que el inversor no puede retirar su dinero durante un período de tiempo determinado, de manera que el gestor tiene más estabilidad para configurar la cartera y puede dar algo de liquidez cuando los activos en los que invierten ya están generando flujos de caja”, comenta Borja González. A éstos se unen los preavisos para realizar reembolsos o limitar la cuantía que pueda salir de una estrategia en cada ventana de liquidez. Otra alternativa es mezclar activos con poca liquidez con otros que sí cuenten con ella.
En definitiva, los fondos completamente cerrados, claramente, nos ofrecen la ventaja de darnos acceso a activos que de otra forma no podríamos tener en cartera. En estos casos se sacrifica la liquidez (aunque se pueden recibir flujos durante la vida del producto) a cambio de tener exposición a activos que generan rentabilidades elevadas y que actúan como diversificadores de cartera.
4/5Claramente, estos fondos más líquidos presentan muchas ventajas para el inversor, pero también cuentan con algunos aspectos negativos a tener en cuenta, siendo fundamental que los inversores tengan muy claro el tipo de vehículo en el que están invirtiendo, porque es importante recordar que estos fondos no son tan líquidos como un fondo o una acción de una compañía cotizada.
Los fondos abiertos “fully funded” (en los que el capital se desembolsa al 100% en el momento de realizar la inversión) permiten tener exposición inmediata a los activos privados, mitigar la curva J y tener gran visibilidad de la cartera. No obstante, Íñigo Repáraz, Executive Director de Relación con Inversores en AltamarCAM Partners, apunta que, “para poder garantizar la liquidez de una pequeña parte de los activos, tienen que mantenerse en efectivo y puede generar un retorno algo menor al de los fondos cerrados. En segundo lugar, están más expuestos al riesgo de mercado debido a las ventanas de suscripción y reembolso que tienen los fondos abiertos, que pueden generar fluctuaciones en su valoración”.
Tim Boole está de acuerdo en que, el hecho de no tener llamadas de capital detrae algo la rentabilidad. “Es cierto que estas soluciones no machean los flujos con las operaciones, lo que puede ser perjudicial en función del objetivo del LP que invierte en un fondo cerrado”. Si su intención es dejarlo aparcado en un monetario, el efecto sería el mismo. Además, la ventaja que tienen estos fondos que han ido creando la cartera durante varios años es que el inversor que entra el primer día tiene exposición a una cartera ya diversificada. En segundo lugar, tienen una línea estructural de efectivo para atender posibles reembolsos o atender las llamadas de capital de los fondos primarios que puedan tener en cartera. Por tanto, son carteras que nunca van a estar 100% invertidas”.
OPCIONES PARA DISTINTOS INVERSORES
En definitiva, nos encontramos diferentes fondos y soluciones en el mercado, opciones para diferentes tipos de inversor o diferentes objetivos. La flexibilidad y liquidez que ofrecen los fondos abiertos, con gran diversificación en su cartera, contrasta con una mayor exposición al riesgo de mercado y la posibilidad de bajar su retorno si lo comparamos con la rentabilidad de los fondos cerrados.
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