¿Qué aporta la inversión en Infraestructuras en la cartera de un cliente de Banca Privada?
Entrevista a Pierre Sáenz Lafourcade, Socio, Infraestructuras Sostenibles
En los últimos años, las infraestructuras se han convertido en uno de los activos que está experimentando uno de los crecimientos más significativos dentro de las carteras de los inversores, y muy especialmente, en las carteras de los clientes de Banca Privada.
De hecho, en la última década, los fondos de infraestructuras han proporcionado en términos totales rendimientos similares a la renta variable y a la renta fija, pero con un perfil de riesgo mucho más reducido.
Este binomio rentabilidad riesgo es lo que hace especialmente atractivas a las infraestructuras y la razón fundamental por la que ha incrementado notablemente su peso dentro de la parte de activos privados.
Los clientes de Banca Privada se sienten muy cómodos invirtiendo en infraestructuras, ya que es un producto que entienden muy bien y que es muy tangible, al cubrir necesidades básicas de la sociedad como son: la generación eléctrica, las telecomunicaciones, el suministro de agua o el transporte.
Si le añadimos además a todo esto, el componente de la sostenibilidad y la capacidad que tienen los fondos de infraestructuras para realizar distribuciones periódicas anuales en formato “yield”, estamos ante una clase de activo muy atractiva para este perfil de inversores.
De la misma manera que la diversificación es clave cuando hablamos de los activos líquidos para la construcción de una cartera óptima, dentro de los activos privados hay un consenso sobre que también es importante introducir activos con distintos niveles de riesgo/retorno y a poder ser que estén descorrelacionados al máximo entre ellos.
Y aquí es donde entra la inversión en fondos de infraestructuras, que confieren a los clientes de Banca Privada unos atributos muy diferenciales y atractivos en la parte de menor riesgo de la matriz.
- Protección de la cartera por su carácter defensivo
- Descorrelación de los mercados financieros
- Gran estabilidad y predictibilidad de los retornos
- Protección natural ante la inflación y ante las subidas de tipos de interés.
- Ganar exposición a megatendencias como pueden ser las infraestructuras digitales o la transición energética
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