Los depositarios españoles han abrazado los vientos del cambio que traen las nuevas tecnologías, pero también insisten en la importancia de mantenerse fiel a su deber de gestionar el riesgo y proteger al cliente.
El mundo depositario no está exento de los cambios que traerá la inteligencia artificial generativa. De hecho, como quedó patente en la mesa redonda moderada por Francisco Béjar, director general de Iberclear, en el marco del IV Evento sobre El Futuro de la Depositaría que organiza anualmente FundsPeople, los principales actores del sector, BBVA, BNP Paribas Securities Services, CACEIS , Cecabank e Inversis, tienen en marcha proyectos internos y externos para preparar su negocio para la nueva era digital.
Y es que los depositarios españoles han abrazado los vientos de cambio. “Estamos en un periodo de transformación. Las nuevas tecnologías van a jugar un papel clave en nuestro sector, también ayudando a desarrollar nuevos productos y servicios para mejorar la eficiencia y escalabilidad”, vaticina Óscar Pino, director de depositaría de Inversis. Y coincide plenamente María Dolores Domínguez Haro, responsable del servicio de depositaría de BBVA: “La IA generativa es el gran cambio tecnológico que va a impulsar nuestra industria. Nos va a permitir ofrecer un servicio hiperpersonalizado y dar un salto cualitativo con la eficiencia”.
Innovación con foco en el riesgo
Y es que los depositarios entienden la innovación como uno de sus deberes como entidad. “La prioridad es seguir siendo fieles a nuestro ADN. Y eso implica ofrecer la misma calidad en el servicio en el mundo tradicional como en el digital”, sentencia Aurora Cuadros, directora corporativa de Securities Services de Cecabank.
Dicho lo anterior, los depositarios también insisten en la necesidad de adaptarse a las nuevas necesidades, pero sin perder el foco de lo que al final es su mandato: proteger al cliente. “Es importante equilibrar la innovación con la gestión del riesgo”, insiste Emma Urraca, ventas para España y Portugal de BNP Paribas Securities Services. “La inteligencia artificial va a mejorar la experiencia del cliente, eso sin duda, pero nuestra aproximación a su implementación parte con un tono de cautela. La prioridad es estar alineados con los estándares más altos”, afirma.
Tsunami regulatorio
Pero no solo la tecnología es el motor del cambio que prevén los depositarios. Sumado está “el tsunami regulatorio”, como lo define Cuadros. La lista es larga. “El cambio que trae T+1 es muy importante. Cada vez nos vamos comiendo más el tiempo de poscontratación, lo que va requiriendo ampliar los plazos de cutoff del trading o habilitad envíos adicionales por la noche”, recuerda. Es un punto en el que coincide Gómez. En Caceis han aumentado sus turnos de noche y ampliado los horarios de envíos de instrucciones para sus clientes. “Ayuda tener los procesos automatizados. A nosotros no nos asusta T+1 porque lo vemos como una vuelta de tuerca más para eficientar procesos”, cuenta Cristina Gómez, responsable de Soluciones de Negocio de Caceis. “Y no nos olvidemos de DORA. Hay que mejorar la operativa digital y tecnológica”, añade Pino.
Y es que a los depositarios también les influyen las megatendencias que se percibe en el resto de la industria. Urraca cita como ejemplo el crecimiento de los activos privados. “La última línea es que el desarrollo de esta nueva clase de activos supone más volumen de patrimonio que gestionar y, para el regulador, una mayor supervisión. Los equipos tenemos que seguir siendo capaces de dar un servicio eficiente”, defiende.
¿Y los planes de pensiones de empleo?
Cerrando la mesa de Béjar, el director general no quiso terminar sin tocar el tema de los planes de pensiones de empleo, que ya suscitó debate en el foro del año anterior. Pero como lamenta Domínguez Haro, la realidad es que ha habido pocos avances en este terreno. “Lo cierto es que el objetivo marcado por el gobierno se nos antoja demasiado optimista. De momento apenas ha llegado al 10% de la población”, reconoce.
Ante esto, la directiva tiene claras varias medidas que se podrían adoptar para impulsar a este vehículo: que se reactiven las aportaciones de los funcionarios, fomentar que otras entidades públicas creen sus propios PEP, que se permita la comercialización activa y, la clave, que haya incentivos fiscales.