Luke Greenwood, gestor del fondo, ha estado de visita en España para revelar a sus clientes los secretos que le han permitido posicionar a este producto de renta fija europea de corta duración como uno de los más consistentes del mercado.
El Invesco Euro Short Term Bond es una de las joyas por descubrir dentro de la amplia gama de fondos que comercializa Invesco. Se trata de una estrategia con las calificaciones Blockbuster y Consistente Funds People que compite dentro del universo de renta fija europea de corta duración, un segmento de mercado en el que los gestores se tienen que pelear por hasta el último punto básico. Nada es gratis en esta categoría. Como codirector de renta fija con grado de inversión y gestor del fondo, Luke Greenwood sabe perfectamente todo lo que ha tenido que luchar para conseguir que el producto se haya posicionado en el primer cuartil por rentabilidad a tres y cinco años.
Greenwood pertenece al equipo de renta fija de Invesco, bajo cuya responsabilidad está el destino de 300.0000 millones de dólares, un tercio de los activos que atesora la entidad en su conjunto. Él gestiona desde la sede que la firma tiene en Londres, aunque buena parte del éxito que ha logrado con su estrategia lo atribuye a la colaboración que mantienen con los equipos desplegados en Atlanta y Hong Kong. “Desde Europa no decimos lo que hay que hacer, ni cómo es el mundo de la renta fija, sino que la visión la construimos teniendo en cuenta las aportaciones de nuestros compañeros de Estados Unidos y Asia. Nuestra ventaja es que disponemos de un equipo muy experimentado, formado por especialistas en cada uno de los segmentos del mercado de bonos”, explica.
Precisamente, uno de los secretos del éxito del Invesco Euro Short Term Bond Fund está en la capacidad que tiene el producto para salirse del mercado europeo e incorporar a la cartera oportunidades de inversión que detecten fuera de este universo. “Disponemos de un 30% de flexibilidad para diferenciarnos”, afirma. Greenwood se refiere a que tres de cada diez euros que gestiona el fondo pueden invertirlos en activos que no estén denominados en euros. Depende de las oportunidades que existan en el mercado en cada momento.
“A veces, el bono emitido en dólares o libras de una determinada compañía es más atractivo que el denominado en euros. Hoy, por ejemplo, tenemos el 6% en crédito en dólares, aunque todas las divisas están cubiertas a euros. La parte non core es la que históricamente nos ha añadido valor”, explica con un gráfico.
Además de esto, otro de los aspectos importantes de esa flexibilidad máxima del 30% de la que habla el gestor hace referencia a la duración de los bonos, los cuales pueden tener un vencimiento superior a los cinco años, e incluso a su calidad crediticia, pudiendo ser deuda de alto rendimiento. “Dentro del high yield, nos gustan especialmente las rising stars, es decir, bonos que están a un paso de entrar en grado de inversión, así como la deuda subordinada bancaria. Estos últimos no han tenido un buen comportamiento el año pasado. Pese a la mejor situación en la que se encuentra el sector, el dinero salió de esta clase de activo. El inversor es irracional y, mientras haya turistas (inversores que entran buscando mayor rentabilidad pero que en realidad no entienden el activo) habrá volatilidad”, señala Greenwood.
Sin embargo, la parte central de la estrategia sigue siendo la de mantener una fuerte sobreponderación en crédito con grado de inversión. De hecho, el rating medio de la cartera es de A-, con una duración de 1,7 años. “No estamos ante una fotografía tan bonita para el mercado de renta fija corporativa como la que teníamos años atrás, pero todavía podemos encontrar bolsas de valor muy interesantes. Mientras la inflación no presione, lo normal sería que las tires de la renta fija se moviesen dentro de una horquilla antes de saltar a un rango superior. Nuestra estrategia es más defensiva que las de la mayoría de nuestros competidores. Es un fondo conservador”, asevera.
Cuando Greenwood habla del carácter defensivo de la estrategia, no solo se refiere al posicionamiento actual, sino al modo en el que utiliza los instrumentos que tiene a su disposición. “El fondo puede utilizar derivados y CDS, pero en estos momentos no recurrimos a ellos aunque siguen disponibles para cubrir riesgos en periodos de estrés de los mercados. Lo que sí hacemos es echar mano de los futuros para gestionar la duración”.
Si por una cosa destaca el Invesco Euro Short Term Bond es por la ratio de información. “Este producto es muy eficiente. Haciendo el rolling a tres años desde su lanzamiento en mayo de 2011 se puede observar cómo hemos logrado batir al índice de referencia el 89% de las veces y a la media de nuestros competidores en el 100% en todas ocasiones. El fondo presume de una ratio de información de 1, algo que nos parece muy importante ya que es una medida que permite evaluar nuestra habilidad para generar de manera consistente excesos de rentabilidad ajustadas por el riesgo. No se trata de ser el primero en rentabilidad, sino en el hecho de ofrecer a tus clientes los mejores resultados ajustados al riesgo”, subraya.
A Greenwood no le gusta que un bono o un puñado de bonos determine la dirección que sigue el fondo. Existen en el mercado ejemplos de lo peligroso que puede resultar esta estrategia. “Partiendo del ciclo económico en el que nos encontramos, seguimos un proceso basado en la observación de la dirección que siguen los mercados y el análisis fundamental, reconociendo siempre que podemos predecir muchas cosas, pero no prevenir riesgos reputacionales como el que vimos con una compañía automovilística alemana. Por eso es importante asegurarte de que no concentras el riesgo. En el juego de la gestión de activos, no todo vale”, sentencia.