Manuel Arroyo, director de estrategia de J.P.Morgan AM para Iberia, afirma sobre la corrección de la semana pasada que "los mercados necesitaban tomarse un respiro" y muestra su convencimiento de que las bolsas conservarán su tendencia alcista.
“Lo que ha motivado las caídas de los mercados en los últimos días ha sido los datos macro decepcionantes y el temor a la retirada del QE en EE.UU. Esto nos ha causado sorpresa, porque ninguno de los dos son novedad, no ha habido ningún dato que por sí solo justifique un cambio de tendencia”. Con esta declaración de intenciones comenzaba Manuel Arroyo, estratega de J.P.Morgan AM para Iberia, el desayuno celebrado para repasar la estrategia que van a seguir en el último trimestre del año. Una estrategia, anticipamos, que va a seguir siendo fiel a los mensajes en los que vienen insistiendo desde J.P.Morgan AM a lo largo de este año.
“El problema es que se están estableciendo paralelismos con las caídas que se produjeron en los mercados tras la retirada del primer QE y del segundo, y no entendemos por qué, ya que la situación macro es muy distinta”, continúa Arroyo. En opinión del estratega, las últimas correcciones y el repunte de la volatilidad son sólo una sana corrección –“el mercado necesitaba tomarse un respiro”, indica-, ya que las bolsas estadounidenses llevaban dos años subiendo sin parar, sin experimentar ninguna corrección técnica superior al diez por ciento (algo que, indica, sólo ha ocurrido tres veces en los últimos 50 años). “Cualquier excusa ha sido buena para sacudir los mercados, pero no hay ninguna razón fundamental para las caídas”, insiste.
De hecho, el experto aporta hasta tres razones por las que en J.P.Morgan AM confían en la continuación de la tendencia alcista en las bolsas del mundo desarrollado, que prefieren frente a las emergentes. En primer lugar, Arroyo afirma que “los malos datos macro sufrirán un rebote técnico en las próximas semanas”, es decir, que esperan que las cifras empiecen a mejorar a partir de octubre. En segundo término, asegura que “la demanda global sigue siendo fuerte”. Y, en tercer lugar, explica que al seguir estando baja la inflación global las familias han podido recuperar algo de poder adquisitivo, lo que les ha permitido contribuir al crecimiento.
Arroyo también aprovechó su intervención para hacer hincapié en las divergencias geográficas por venir. Se refiere a que, mientras que EE.UU. presenta un crecimiento sólido, la eurozona se ha estancado y la economía nipona está acusando el efecto de la subida del IVA. Por ello, el escenario central que manejan es que el crecimiento global siga siendo débil, y el estratega anticipa que “la curva de tipos de la deuda estadounidense tenderá a aplanarse porque los tramos cortos van a subir y el dólar se va a fortalecer”. Aunque en general son positivos con la bolsa estadounidense, creen que puntualmente la renta variable europea y/o la nipona deberían comportarse mejor que el parqué americano.
¿Qué visión han expresado en J.P.Morgan AM en sus carteras?
Manuel Arroyo explica de una forma muy sencilla el posicionamiento estratégico de la firma para el último trimestre de 2014: largos en renta variable, cortos en materias primas, neutrales en mercados emergentes y en duración y largos también en el dólar. A continuación, aporta algunas explicaciones complementarias para explicar esta estrategia.
Dentro del universo de renta variable, el experto se centra primero en las buenas perspectivas que ofrece la bolsa norteamericana. Alega que el mercado laboral está en buena zona, que la caída de los precios del crudo ha contribuido a incrementar el poder adquisitivo de las familias, que el sector privado está viviendo un efecto riqueza y que, incluso aunque prevean que la Reserva Federal pueda empezar a subir los tipos oficiales de interés en junio del año que viene, estos permanecerán en niveles bajos mucho tiempo y además no se va a contraer el balance, sino que se reinvertirán los vencimientos y los cupones.
“No esperamos una subida agresiva de los tipos porque no hay suficiente inflación, está por debajo de su media histórica”, indica el experto, que de hecho manifiesta que el principal riesgo que ve en este entorno es que la Fed pudiera cometer un error de política monetaria, elevando los tipos demasiado pronto. Advierte de que una subida demasiado brusca podría tener efectos devastadores sobre la renta fija estadounidense; los expertos de la firma calculan que una subida hasta el 1% podría provocar pérdidas superiores al 10% en la deuda con vencimiento superior a los 10 años.
En términos generales Arroyo declara que en su firma son “bastante optimistas” con esta clase de activo. También avanza dos pronósticos. El primero, que prevén un crecimiento del PIB estadounidense del 3% en 2014. El segundo, que creen que la tasa natural de desempleo del país – su nivel es clave para condicionar el calendario de la subida de tipos- podría situarse entre el 5% y el 5,5%, y asimismo que se podría alcanzar este nivel en el segundo trimestre de 2015.
Europa ofrece un panorama más complejo. Arroyo opta por realizar distinciones entre países. Así, desde J.P.Morgan AM consideran que la economía alemana está en buena forma y podría crecer entre un 1% y un 1,5%. Muestran más preocupación por la deriva de Francia, que incluso podría sufrir el rechazo de Bruselas a su presupuesto, pero aún así creen que la economía gala podría sorprender y llegar a crecer un 1%. No obstante, la mejor nota se la lleva España, con una estimación de crecimiento del PIB del 2%. “España ha pasado de ser el peor de la clase a ser el mejor de la clase, y los datos macro así lo dicen”, subraya el experto, que añade: “Nos gustaría que la agenda reformista no se abandonase por el crecimiento, y creemos que el mercado también lo está reconociendo”.
En el campo europeo, el estratega considera que el mayor peligro es la deflación, con el matiz de que no es su principal escenario… “aunque está cerca, porque un 0,3% de inflación es un nivel suficiente para preocupar al BCE”. Al preguntarle directamente si consideran la posibilidad de que el BCE lleve a cabo un programa de compra de deuda soberana similar a los QE de la Fed, Arroyo mantiene una actitud reservada: “Un QE en Europa sería mucho más controvertido de aplicar que en EE.UU. y las tires ya están cerca de cero en muchos países. Para mí la pregunta no es tanto si lo aplicarán, sino qué impacto podrá tener porque apenas hay margen en la renta fija europea. No descartamos la posibilidad, pero hay que ver qué efectos tienen la publicación de la AQR, los TLTROs…”.