Jean-Claude Trichet entra en escena

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European Parliament, Flickr, Creative Commons

Después de que Mario Draghi le relevase en el cargo, las apariciones públicas de Jean-Claude Trichet han sido más bien escasas. Una de las últimas tuvo lugar en una reunión de inversores institucionales auspiciada por NN Investment Partners en Noordwijk (Países Bajos) el pasado 6 de octubre. En este marco, el ex presidente del BCE ha mostrado su preocupación por los niveles actuales de inflación y la capacidad del BCE para cumplir con su cometido de vigilar la estabilidad de precios: "En Japón, EE.UU. y Europa, la inflación es extremadamente baja. Nos reclaman que la inflación abandone esos pequeñísimos niveles, que son anormales. Es algo que el BCE y el resto de bancos centrales no pueden resolver solos. Necesitan ayuda". Lo sorprendente es quien otrora defendiera la ortodoxia de la institución ahora se muestre favorable a los estímulos cuantitativos. Trichet declaró concretamente que “los bancos centrales de las economías avanzadas aciertan actuando como lo hacen. Pero el resto de socios se equivocan al no hacer lo que debieran". 

"Los poderes ejecutivos tienen mucha responsabilidad en todos los países. Los Parlamentos tienen responsabilidades en todos los países”, añadió. Su punto de vista es que empresas y sindicatos de los países con grandes superávits por cuenta corriente, como es el caso de Alemania o Países Bajos, tienen que ponerse de acuerdo sobre las subidas salariales que ayudarán a estimular la confianza del consumidor y el consumo privado, pues de lo contrario la inflación seguirá siendo inferior al nivel objetivo del BCE del 2%.

Trichet también aprovechó el encuentro para recordar los hitos que marcaron su mandato, entre 2003 y 2011. En concreto, afirmó que dos de las principales razones que desataron la dura crisis de la deuda soberana en 2011 y 2012 fueron la falta de reformas estructurales y la ausencia de un mercado único en la UE , especialmente de servicios, así como el insuficiente respeto del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que establece límites sobre los déficits públicos y niveles de deuda de los Estados miembros que utilizan la moneda común. En esta línea, declaró que "Europa carece de Presupuestos federales, pero sí tiene una moneda común con un marco fiscal. Tiene que respetarse", afirmó, insistiendo en que el PEC “no se respeta al completo".

En cambio, el experto en finanzas considera que sí se ha dado una solución a otros problemas presentas en la zona euro. Por ejemplo, subrayó la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad introducido en 2012, que ha actuado como un cortafuegos para la zona euro y la unión bancaria permitiendo así reducir la correlación entre la solvencia de los países y sus bancos. 

También destacó la implantación en 2011 del Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos (PDM), cuya función consiste en prevenir y corregir situaciones de riesgo, como déficits por cuenta corriente y endeudamiento exterior excesivos. "La unión bancaria es la segunda decisión más importante después de la propia moneda única", llegó a afirmar. "El PDM, que creamos desde cero, puede ser tan importante como el PEC. Llega muy lejos; transmite un mensaje rotundo no sólo a los Gobiernos, sino también a los agentes sociales", concluyó.