Una nueva firma internacional pone el foco en el mercado español de alternativos ilíquidos. Collyer Capital, una gestora de inversión alternativa basada en Singapur. El aterrizaje está liderado por Juan Figar como responsable de relaciones institucionales para España. Figar, cofundador y managing partner de la entidad, busca abrir al cliente español las puertas de un segmento de mercado, el del capital riesgo en el sudeste asiático. “Hemos detectado una clara oportunidad en el espacio de fondo de fondos de capital riesgo en el Sudeste Asiático, donde existen numerosos gestores locales de alta calidad, a quienes el inversor privado europeo no tiene acceso”, afirma a FundsPeople.
Su oferta comercial se canaliza a través de un fondo de fondos, una estructura propia de la industria de Singapur que replica los requisitos regulatorios de una sicav luxemburguesa, que aspiran a captar 100 millones de dólares. La firma lleva presente en el mercado español desde hace dos años, cuando firmó un acuerdo con Varianza Gestión, su inversor ancla (anchor investor). Esperan que España se convierta en su mercado principal y represente el 50% de su patrimonio bajo gestión, cuenta Eric Marchand, director de inversiones, quien ha estado de visita recientemente en España junto a Figar. El equipo de socios se completa con Mahir Hamid y Zaen Hamid.
Collyer Capital ejerce de puente para que los inversores privados extranjeros, principalmente europeos, se animen a invertir en el Sudeste Asiático. “El inversor europeo, salvo los nórdicos, ha tenido muy poca exposición histórica a Asia, y la desconoce. Y, si la ha tenido, es a China y Japón, principalmente”, reconocen Figar y Marchand. Están cerrando un inversor en Finlandia y tienen varias conversaciones abiertas en otros países de Europa, pero sus principales mercados para captación de capital son España, Francia, Suiza e Italia. “Estamos muy conectados en el engranaje local, hemos realizado varias coinversiones con instituciones asiáticas y también tenemos un wealth manager de Singapur como LP del fondo, pero nuestro gran valor como firma de inversión es para aquellos que quieren ganar exposición a ASEAN desde otras geografías”, añaden.
Private equity al estilo Collyer Capital
La estrategia de Collyer Capital se enfoca en el private equity, abarcando desde fases de early growth hasta buyout, con fondos de entre 100 y 500 millones de dólares estadounidenses. Esto les permite mantener una cartera diversificada con inversiones en 50 a 60 compañías de tamaño mediano, típicamente con ingresos entre 10 y 50 millones de dólares, y con el objetivo de que el 90% de ellas generen beneficios. Ninguna inversión superará el 3% del fondo y, en la mayoría de los casos, no superará el 2%. “No hacemos venture capital, salvo de manera muy táctica”, matiza Figar.
Si analizamos los datos de inversión en private equity, en específico, el retorno medio que ha dado este tipo de activo en ASEAN, en los últimos 20 años, es del 18,9%, superior a Europa y Estados Unidos. Sin embargo, las inversiones privadas son sólo un 2% de los activos versus el PIB de ASEAN.
Pero su fuerte es la siguiente derivada, ya que defienden que la estrategia de inversión más interesante es la que te permita acceder al tejido empresarial local. “Hay decenas de miles de pymes en nuestro mercado. En Collyer Capital somos capaces de encontrar a los mejores gestores, a los que apoyamos invirtiendo en su fondo o realizando coinversiones junto a ellos, y a los que conocemos bien y hemos seguido su trayectoria durante años”, afirman.
Como parte de su estrategia de liquidez, Collyer Capital participará en tres a cuatro inversiones secundarias al inicio de la vida del fondo, adquiriendo activos con descuento de portfolios en necesidad de venta. El objetivo es traspasar estas inversiones rápidamente para (a) reciclar capital o (b) devolverlo a los inversores. Dichas inversiones secundarias no superarán el 20% de la cartera, con un máximo de 20 millones de dólares. Además de diversificar por gestoras y compañías, la estrategia también incluye diversificación geográfica, lo que ayuda a mitigar el riesgo de cambio y reducir la volatilidad.
¿Por qué el sudeste asiático?
Para Marchand y Figar, la tesis de inversión del Sudeste Asiático (también conocido como ASEAN) es una de crecimiento. “Es una región cuya renta per cápita ha aumentado anualmente en un 5% (consistentemente durante los últimos 20 años), con una población joven y una clase media creciente (más de 150 millones de personas hoy), pero con todavía necesidades de desarrollo”, explican. Compuesto por Singapur, Malasia, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Tailandia, Camboya, Laos, Birmania y Brunei, la región tiene una población total de 650 millones de personas. “Como bloque económico es la quinta potencia mundial y las previsiones es que para 2030 será la cuarta”, destacan los directivos.
Según explican los directivos, el consumo doméstico es la clave, aunque no la única, de la gran salud económica en el Sudeste Asiático. “Es una sociedad cada vez más urbanizada y digitalizada, con la implicación que esto tiene en el sector terciario, cada vez más influyente en la economía. Se espera que entren más de 200 personas en la clase media para 2030, hasta un total de 350 millones de clase media (similar a la población total de Europa y Estados Unidos)”, explican.
Además, detectan que China ha dejado de ser el destino inversor por excelencia en Asia, debido a la inestabilidad surgida en los últimos años, principalmente por la guerra comercial con Estados Unidos, y por la inseguridad regulatoria causada por determinadas decisiones unilaterales de Xi Jinping. Esto ha beneficiado al Sudeste Asiático, donde se han relocalizado muchos recursos, sobre todo en la inversión, el comercio y el sector manufacturero.
Mercados privados en Asia
En cuanto al estado de salud del mercado privado asiático en particular, los directivos observan un gran enfoque hacia el crédito, dado el contexto actual de los tipos de interés. En ASEAN, se han lanzado multitud de fondos de crédito o fondos de deuda, dado lo poco profundos que han sido históricamente los mercados de capitales de deuda. “Hoy en día, es mucho más fácil obtener financiación a través de deuda que levantar una ronda pequeña de equity”, cuentan.
Así, su previsión es que los fondos tendrán dificultades para alcanzar los rendimientos netos del 18-20% que han logrado históricamente. “Los fondos cercanos al final de su vida útil que necesiten crear liquidez, tendrán problemas”, vaticinan. Y esto a su vez representa una oportunidad excepcional. “El mercado secundario está maduro para descuentos en empresas en gran parte saludables pero que estaban sobrevaloradas”, añaden.