FundsPeople entrevista en exclusiva a Joaquín Casasús, director de Productos y director general de la gestora de Abante Asesores, para conocer cuáles son las características de su inversión en activos alternativos de la entidad.
La estrategia de Abante Asesores se diferencia a la de sus competidores en que trabajan con el concepto de única compañía. Así lo manifiesta Joaquín Casasús, director general de la gestora de la entidad: “el orden de prioridades es primero el cliente, después la compañía, y después cada uno de los empleados”, explica. “El cliente no es de ninguno de los banqueros, sino que es cliente de Abante”.
A la hora de ofrecer servicios de inversión a sus clientes, la filosofía que aplican es “buscar buenas ideas y empaquetarlas en formato fondo de fondos”. Esta misma filosofía “la aplicamos al mundo de los mercados privados. Detectamos los buenos gestores de activos alternativos para ofrecerlos a los clientes de una manera sensata en cuanto al nivel de riesgo”.
Sin embargo, aunque para producto tradicional la fábrica es su gestora, en mercados privados se apalancan en terceros. “No tenemos capacidad para gestionar private equity, pero sí para seleccionar a los mejores en cada segmento de activos no líquidos”.
El volumen de negocio en mercados privados alcanza los 1.550 millones de euros a cierre de 2023, según la entidad, lo que supone un 23% más que en 2022. En su estrategia ha sido muy relevante la alianza con Mapfre para el desarrollo de vehículos de inversión iniciada en 2019. “Hemos encontrado un punto común en el desarrollo de vehículos alternativos, un mercado en el tamaño es una barrera de entrada; la unión nos hace más virtuosos”, señala. De hecho, la pata de private equity de Mapfre se gestiona desde Abante con el apoyo de AltamarCAM Partners en un fondo evergreen.
“No tenemos capacidad para gestionar private equity, pero sí para seleccionar a los mejores en cada segmento"
Dentro de esa estrategia, el primer vehículo que lanzaron fue en 2018 de la mano de AltamarCAM Partners; un fondo de fondos invertido en buy outs, secundarios, co-inversiones y venture capital, para “dar acceso a los clientes interesados en soluciones de fondo de armario”. Se lanzó con la marca Abante (Abante Private Equity), ya que “preferimos montar nuestro producto en lugar de vender producto de terceros”.
Con un perfil más conservador, llegaría la estrategia en infraestructuras de la mano de Macquarie y con Mapfre como inversor ancla del vehículo. Su último proyecto con la aseguradora ha sido el lanzamiento de un fondo para desarrollar plantas de biometano en España. “Con este vehículo hemos dado un paso más. Hasta ahora buscábamos buenos gestores y hacer accesibles sus estrategias a nuestros clientes. Este vehículo supone desarrollar un proyecto para la construcción de plantas de biometano desde cero”, explica.
“Nuestra propuesta en el mundo de alternativos es bastante flexible”, señala. Cuando vemos ideas que pueden ser interesantes y atractivas para un número relevantes de nuestros clientes, lo empaquetamos con nuestro nombre”, explica. En paralelo pueden invertir en otros vehículos relevantes para un número más reducido de clientes.
Como ejemplos de ello, el lanzamiento de un fondo de coinversiones de la mano de Neuberger Berman, siendo Abante la gestora, el acuerdo con Goldman Sachs para la distribución del primer Eltif de la firma americana, y el acuerdo con McWin para el fondo McWin Food Tech Fund I FCR.
“En el pasado hubo decepciones con estrategias de hedge funds que generaban promesas y defraudaron. No estamos en la misma situación en los mercados privados”
A su oferta de servicios en activos alternativos se une también la gestión de SCR. “Muchos de estos vehículos están permanentemente buscando ideas de inversión”, explica. Una oferta con la que ayudan a construir programas de inversión a medida. Sin embargo, reconoce que el seguimiento de las inversiones en mercados privados es complejo, especialmente en el momento que cuentas con distintos tipos de activos y vehículos. Por ello, “tenemos que construir los programas con un margen de seguridad y que cada cliente tenga una fotografía sensata de lo que tiene”, señala. “En el mundo institucional el proceso está más establecido, pero en el mundo de banca privada hay que educar al cliente”.
Evolución de los mercados privados
La inversión en activos ilíquidos “ha llegado para quedarse”, señala. El empujón de los tipos cero ha sido importante para inversores que no contaban con posiciones en mercados privados, permitiendo la familiarización y conocimiento de estas inversiones. Sin embargo, en el nuevo entorno de tipos positivos asistimos a un freno de la actividad corporativa y del fundraising en el que las valoraciones vuelven a tener importancia. “Después del boom de los últimos años estamos en un momento de parada saludable”, añade. “En el pasado hubo decepciones con estrategias de hedge funds que generaban promesas y defraudaron. No estamos en la misma situación en los mercados privados”.
En este proceso, “hemos asistido a una profesionalización de los perfiles en las entidades y equipos de inversión”. Al mismo tiempo, el mercado ha adquirido mayor profundidad. “Muchas empresas están cómodas teniendo como socios en el capital a inversores privados”, señala.
Regulación local
Casasús aboga por no perder la iniciativa española ante el marco regulatorio de Luxemburgo, “robusto y flexible”, ya que los vehículos locales “suponen una palanca para la creación de un ecosistema de emprendimiento”, explica. “No podemos poner en duda la fiscalidad de estos productos, teniendo en cuenta que invertir en start-ups supone un riesgo significativo”. Para Casasús, las ECR son un vehículo adecuado para fomentar la cultura de innovación y start-up en nuestro país.
Respecto a la bajada de los mínimos de inversión, Casasús respalda la iniciativa puesto que permite “una mayor flexibilidad para diseñar programas a medida. Me daría pena que el inversor más pequeño se perdiera la oportunidad. Dicho esto, no estamos hablando de un producto retail al que deba acceder cualquier inversor”.