La Fed intenta una subida de tipos dovish: primeras reacciones de las gestoras internacionales

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La única alternativa. La Reserva Federal subió los tipos en 25 puntos básicos en su reunión de marzo y dio a entender que habría una más en el año. En su primera reunión desde que estallara la crisis de confianza en el sector bancario estadounidense y europeo, el banco central caminaba sobre la cuerda floja. Entre pivotar demasiado rápido o arriesgarse a romper algo grave en su lucha contra la inflación. Al final, la decisión fue unánime entre el Consejo de la Fed (el FOMC).

Y en opinión de las gestoras, la opción acertada. Y casi la única que podía tomar. “Aunque la crisis bancaria regional dio motivos para hacer una pausa, el sistema financiero se basa en la confianza. El cambio de rumbo podría crear la percepción de que los problemas del sistema bancario son más sistemáticos”, explica Michelle Cluever, estratega de cartera de Global X. Y coincide en esa opinión Eva Sun-Wai, gestora en el equipo de renta fija pública de M&G: “De este modo, han reconocido que se trata de una señal de que una política monetaria más restrictiva se está filtrando en la economía, pero que aún no han hecho lo suficiente para aplastar la inflación hasta el objetivo”.

Por qué sentó mal al mercado

También importante fue que Jerome Powell concedió al mercado la ilusión de que el fin de las subidas de tipos está cerca. “El discurso se ha centrado ahora en que puede ser apropiado cierto endurecimiento adicional de la política en lugar de subidas continuas", subraya Christian Scherrmann, economista de EE.UU. para DWS. Pero a juzgar por la primera reacción del mercado la jugada no le ha salido tan bien como hubiera deseado. Las bolsas estadounidenses cerraron la sesión con caídas del entorno del 1,6% y las bolsas europeas se mueven esta mañana en los números rojos.

“Aunque los mercados se sintieron alentados inicialmente por la incorporación por parte del presidente Powell de los riesgos a la baja en su evaluación de la política monetaria -incluidos sus intentos de tranquilizar a los depositantes-, ese optimismo se desvaneció cuando la secretaria del Tesoro, en sus comentarios ante el Senado, descartó casi simultáneamente la posibilidad de garantías de depósito integrales”, interpreta Daleep Singh, economista jefe global de PGIM Fixed Income, y Robert Tipp, jefe de bonos globales. Los bancos regionales estadounidense se tambalearon, por lo que las acciones cayeron y los diferenciales de crédito se ampliaron.

La crisis bancaria sí ha tenido efecto

“Ahora el principal riesgo es que esta subida resulte contraproducente, exacerbando aún más las preocupaciones sobre la inestabilidad financiera y alimentando las turbulencias del mercado”, reconoce Anna Stupnytska, macroeconomista global de Fidelity International. Y esa es otra explicación para las caídas: que la Fed no disipó del todo las preocupaciones con la economía. “A los inversores no les gustó el mensaje principal de la Fed de que la situación era incierta y que tensiones bancarias estaban provocando un endurecimiento de las condiciones crediticias”, explica John Plassard, de Mirabaud.

De hecho, Powell reconoció que habían considerado una pausa. Dejó claro que el banco central había reducido sus planes de endurecimiento como consecuencia de las quiebras. “Dijo que la crisis bancaria equivalía a una subida de tipos o posiblemente más. Sin embargo, también señaló los decepcionantes datos sobre la inflación que habían sustentado su tono agresivo antes de estos acontecimientos”, recuerda Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders. Ante el comentario de Powell de que la inflación es demasiado alta y el mercado laboral está tenso, Wade deduce que, de no haberse producido los acontecimientos en el sector bancario, la Reserva Federal habría subido los tipos 50 puntos básicos.

¿El final?

Y es que hay gestoras que incluso esperaban directamente una pausa en la cita de marzo. Es el caso de J.P. Morgan AM, que cree que no debieron subir los tipos y que el banco central ha hecho un endurecimiento más que suficiente para devolver gradualmente la inflación a su objetivo. “Las turbulencias del sistema bancario revelan la previsible vulnerabilidad de la economía, ya que los tipos de interés han pasado de niveles muy bajos durante casi 15 años a niveles muy elevados, y es probable que la situación siga empeorando. Las condiciones financieras se han endurecido significativamente y las normas de concesión de préstamos se endurecerán aún más, lo que contribuirá a una mayor ralentización del crecimiento económico”, argumenta Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de JP Morgan para España y Portugal.

Pero en realidad es ahora cuando empieza realmente el debate entre las gestoras internacionales. Es decir, hacia dónde va ahora la Fed. Según el último dot plot publicado el miércoles, los puntos sólo implican otra subida más. “Un giro de 180 grados respecto a la retórica de línea dura que precedió a las turbulencias bancarias, pero el FOMC sigue descartando recortes este año”, analiza Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments. Para 2024 se prevé una senda de relajación más plana que en diciembre: siguen viendo una senda de aterrizaje suave. En Generali Investments, sin embargo, son menos optimistas. De hecho, prevén recortes de tipos ya en el cuarto trimestre.

Sin embargo, otros aún creen que es pronto para ver esa pausa. Y será un camino muy difícil, como reconoce Luke Bartholomew, economista senior de abrdn. “Creemos que mantendrá su política de subidas de tipos en los próximos meses, pero a medida que aumenten las tensiones económicas le resultará cada vez más difícil mantener la política monetaria y la estabilidad financiera, que son dos ámbitos de actuación totalmente independientes”. Orla Garvey, gestora senior de renta fija de Federated Hermes, también cree que unos datos más sólidos obligarán al mercado a descartar algunos de estos recortes en la curva para 2023 y a aceptar que la Reserva Federal mantendrá la pausa durante más tiempo.