La gestión activa de renta variable funcionó mejor que la de renta fija en 2020

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wolfpix, Flickr, Creative Commons

La alta volatilidad y la amplia dispersión que se vieron en los mercados en un año marcado por la pandemia como fue 2020 era un buen caldo de cultivo como para que los gestores de fondos activos demostraran que eran capaces de superar a sus índices de referencia. Y así lo hicieron según el barómetro Active-Passive Navigator que acaba de publicar Lyxor ETF Research.

En dicho informe se analiza  la rentabilidad de 13.000 fondos activos domiciliados en la UE (que representan 2,3 billones de euros en activos) en relación con sus índices de referencia asociados. Y la conclusión es clara: la mayoría de los gestores activos superaron a sus índices de referencia en la mayoría de las categorías, al menos en las que se refieren a renta variable.

El mayor ratio de éxito se quedó en los fondos de renta variable large cap de Europa con un estilo value ya que la cifra fue del 91%. El mejor porcentaje estuvo, como viene siendo habitual, en las estrategias del mercado estadounidense ya que en las categorías de US Large Cap Blend y Large cap US Growth la cifra fue de apenas el 26 y 16% respectivamente. El dato en los fondos de renta variable española que lograron hacerlo mejor que su índice fue de apenas el 46%.

 "En un contexto mundial sin precedentes que supuso un reto extraordinario para los gestores activos, es justo decir que, en general, en 2020 muchos gestores de renta variable activa cumplieron con su tradicional objetivo de proteger las carteras frente a las fuertes turbulencias del mercado”, afirma Vincent Denoiseux, responsable de ETF Research and Solutions at Lyxor Asset Management.

Sin embargo la fotografía en plazos más largos no es tan positiva. Como recuerda Denoiseux, cuando se analiza la rentabilidad añadida más allá de 2020 se ve que, por ejemplo, solo el 12% de los fondos activos Word large caps lo hicieron mejor que sus índices en 2019 y 2020.

En renta fija, más complicado

Tampoco es tan positiva la foto que deja la comparativa de los fondos de renta fija. Las medidas anunciadas por los bancos centrales y gobiernos para hacer frente a la crisis económica provocada por el Covid-19 impactaron muy positivamente en los mercados de renta fija sin generar tantas dispersiones como se vieron en los de renta variable, lo que restó valor a los gestores activos.

En concreto, las mejores cifras se vieron en los fondos de renta fija emergente en divisa fuerte, con un ratio de éxito del 69%. Mientras, los fondos ligados a la inflación en Europa tuvieron el peor resultado: solo el 7% consiguieron hacerlo mejor que sus índices de referencia. “Los gestores de bonos emergentes son los que más rentabilidad arañaron a los índices. Se beneficiaron de un buen market timing y también un buen stock picking ya que se media lo hicieron un 2% mejor que sus índices de referencia”, apunta Jean-Baptiste Berthon, Senior Cross-Asset Strategist en Lyxor AM.

Lo previsible es que esta dificultad por conseguir rendimientos mejores que los índices de referencia se extienda también en 2021. Berthon explica por qué: “Los gestores tendrán que luchar por tener portfolios más protegidos y diversificados pero tendrán menos herramientas para conseguirlo”. Por no mencionar que además, se enfrentan a riesgos que pueden cambiar la perspectiva de rentabilidades en muy poco tiempo.

El alpha de la ASG

Donde sí hubo pleno fue en el universo de fondos ASG. Este tipo de estrategias no solo consiguieron captar la mayor parte de las suscripciones en 2020. Además contaron con el apoyo de sus buenas rentabilidades en las estrategias de inversión más comunes. De hecho, los fondos ASG superaron a sus homólogos no ASG a lo largo del año pasado. Su exceso de rentabilidad fue del 1,4% de media frente a la media de sus respectivos homólogos.