La firma americana, mundialmente conocida por la comercialización de ETF y fondos indexados, donde tiene la mayor parte de su negocio, revela cuáles son los tres factores clave para tener éxito invirtiendo con fondos activos.
En una industria tan competitiva como la de gestión de activos, no es habitual que las gestoras den pistas sobre qué estrategias seguir para superar en rentabilidad los fondos que se comercializan. Sería algo así como tirar piedras contra su propio tejado. Sin embargo, a veces las gestoras hacen reflexiones interesantes, que van más allá de lo que es el core de su negocio. El último ejemplo ha sido Vanguard. Aunque es cierto que la firma estadounidense es mundialmente conocida por sus estrategias de gestión pasiva, al ser donde concentra la mayor parte de su patrimonio, la entidad ha publicado un artículo en su página web en el que reconoce que batir al mercado es posible si el inversor sabe elegir bien el gestor y la estrategia en la que confiar su dinero.
Esto Vanguard lo ha transmitido por boca de Dan Newhall, responsable de selección de gestores, división encargada de evaluar el comportamiento de los fondos de gestión activa que comercializa la entidad. Él es quien ha dado las pistas sobre cómo seleccionar correctamente a aquellos gestores que potencialmente serán capaces de generar a largo plazo una rentabilidad superior a la que ofrecen los índices y, por consiguiente, los productos de gestión pasiva que los replican. Y también sobre cómo los inversores pueden sacarle el máximo jugo a los fondos de gestión activa. Para Newhall, existen tres factores clave para que los inversores tengan éxito a largo plazo con un fondo de gestión activa. Se resumen en talento, coste y paciencia.
El primero, el talento, hace referencia a invertir en fondos gestionados por profesionales con una filosofía sensata y claramente articulada. Si lo que el inversor busca son buenos resultados, no se debe comenzar por filtrar por rentabilidades pasadas. “No malgastamos tiempo eligiendo a gestores en base al performance. Si tienes una empresa de clase mundial, con grandes profesionales –me refiero a gente brillante- y con procesos disciplinados que se siguen fielmente, entonces puedes ignorar el ruido como el que suponen las rentabilidades a un año. Los mejores gestores tienen un enfoque claramente definido que les da una ventaja frente al resto. Hay que buscar gestores con track records competitivos frente a sus índices y competidores en distintos entornos de mercado, no solo en fases alcistas o bajistas”, afirma el experto.
El segundo es minimizar el coste. Muchos inversores están dispuestos a pagar por los fondos que están en los primeros puestos por rentabilidad y muchos de ellos asumen que los mejores gestores entrañan comisiones más elevadas. Pero aquí está la paradoja: pagar una prima no te garantiza una mejor rentabilidad, sino todo lo contrario. “De todos los factores que contribuyen a generar la rentabilidad a largo plazo, el bajo coste es uno de los predictores más persistentes para que los fondos de gestión activa tengan éxito. Cuanto mayor sea el coste del producto, mayor será el obstáculo para superar en rendimiento. Clasificar fondos por el coste es un buen punto de partida a la hora de buscar un estrategia de gestión activa”, asegura Newhall.
El tercer factor es tener paciencia. “No basta con identificar los fondos activos de bajo coste que cuentan con características consistentes de rendimiento a largo plazo. El tercer elemento es usted. Como inversores, debemos tener paciencia con la gestión activa. Ningún gestor te va a dar todos los meses una rentabilidad por encima del índice. La clave para capitalizar esa rentabilidad superior es mantenerse con él durante los baches. Muchos inversores se desprenden de un fondo después de tres años consecutivos de malos resultados. Pero la paciencia es necesaria. De los 2.202 fondos de renta variable activos existentes a principios de 2001, 476 superaron a sus índices. Sin embargo, el 98% de los 468 fondos que superaron en rendimiento al mercado registraron rendimientos inferiores a los del índice en 4 de 15 años. Incluso los fondos de mayor éxito pueden experimentar periodos de tiempo muy prolongados de rentabilidades inferiores”.