El segmento retail gana cuota de mercado en Europa. La colaboración entre gestores de fondos y distribuidores permitirá aprovechar al máximo esta tendencia.
Convertir a los ahorradores en inversores vuelve al epicentro de las estrategias de los gestores. El auge del segmento minorista, auspiciado por una pandemia que ha llevado el ahorro en depósitos y activos no gestionados a niveles máximos, impulsa nuevos planteamientos. Este auge hace que se prime la experiencia del cliente antes que el producto. Además, convierte el apoyo y el acompañamiento de las gestoras a los distribuidores y redes de asesores financieros en más necesarios que nunca.
El auge del segmento minorista, compuesto por inversores particulares y familias, se está confirmando como una de las tendencias más relevantes para la industria europea de la gestión de activos. Este cambio empuja a las sociedades gestoras y a los gestores de patrimonio a repensar sus productos y servicios para adaptarlos a las exigencias de una nueva clientela. Esta clientela es reflejo de los cambios demográficos de la sociedad.


La pandemia, como punto de inflexión
Thomas Tilley, economista sénior de EFAMA, sitúa en la pandemia del COVID-19 el punto de inflexión en la participación de los inversores minoristas en los mercados de capitales. "En 2020, el confinamiento y las restricciones impuestas favorecieron el ahorro. También incentivaron que las familias le prestasen más atención a la inversión", explica. "Después, la subida de la inflación y la lentitud de los bancos para aumentar la remuneración de las cuentas corrientes contribuyeron a esta tendencia". Fannie Wurtz, responsable de Distribution & Wealth Division, ETF & Passive Business Lines en Amundi, también ha observado una creciente participación de los clientes minoristas desde la pandemia. La experta identifica dos factores que respaldan este fenómeno: la mayor demanda de ETF y la generalización de las plataformas digitales, un canal cada vez más popular entre los jóvenes.
Por su simplicidad y su reducido coste, los ETF atraen a un número cada vez más amplio de inversores. Este éxito representa un importante motor de crecimiento para el sector. "La adopción generalizada de los ETF por parte de asesores financieros e inversores privados ha hecho que, en EE.UU., los activos invertidos en instrumentos indexados superen los de los fondos de gestión activa", subraya Simone Rosti, responsable de Vanguard para Italia y Sur de Europa. Además, Rosti añade que "lo mismo está pasando en Europa".
Mención aparte merecen los altos patrimonios (High Net Worth Individuals o HNWI), un tipo de cliente con unos requisitos de inversión más complejos. A este segmento se orientan las soluciones que ofrecen los mercados privados, las cuales ahora resultan más accesibles gracias al Reglamento ELTIF 2.0. Como subraya Luca Giorgi, responsable de iShares and Wealth en BlackRock Southern Europe, "la capacidad de explotar las oportunidades que ofrecen los mercados privados representa un desafío claro para el futuro del sector". Por su parte, Emanuele Bellingeri, Country Head Italy & Head of Wholesale Strategic Clients Development EMEA en UBS AM, considera fundamental proponer a estos clientes premium "estrategias ad hoc y personalizadas. En ellas, el componente de inversión alternativa se construya paso a paso".

Cuota de los minoristas, en ascenso
Como resultado, y como revela un reciente estudio de la Asociación Europea de Fondos de Inversión y Gestión de Activos (EFAMA), la cuota de mercado del segmento minorista en Europa ha crecido de forma constante en los últimos años. Esta cuota pasó del 26% en 2019 al 30,8% a finales de 2023. Este incremento se produce en un momento en que los activos bajo gestión en Europa alcanzaron el nivel récord de 33 billones de euros en 2024.
Pese a esta expansión del segmento retail, el entorno continúa dominado por los inversores institucionales. A finales de 2023, estos representaban el 69% del mercado, con una cuota que se está reduciendo gradualmente. Además, según la consultora McKinsey, los activos retail gestionados ascienden actualmente a nueve billones de euros en Europa.
Esto contrasta con los 18 billones que los ahorradores mantienen en depósitos y activos no gestionados. Este dato pone de relieve las enormes oportunidades que ofrece este segmento.