Las rentabilidades que alcanzaron las letras del Tesoro español a corto plazo, de en torno al 7% hace meses, han bajado considerablemente. Las emisiones de deuda se pagan más caras que en el pasado y el inversor exige una rentabilidad mayor por el riesgo: las cifras siguen siendo altas: por ejemplo, en la última subasta del pasado 19 de enero, el Estado colocó 3.010 millones de euros con vencimiento en enero de 2022, con una rentabilidad del 5,4%, por debajo del 6,9% de la anterior subasta. Sin embargo, la tendencia en los últimos meses ha sido de mejoría y relajación de las exigencias por parte del inversor.
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