La tir del bono alemán a 10 años cerró el 25 de septiembre en el 0,54%, superando el nivel técnico del 0,50% por primera vez desde el 23 de mayo. El pasado viernes lo hizo en el 0,58%. ¿Hacia dónde se dirige el bund?
La tir del bono alemán a 10 años cerró el 25 de septiembre en el 0,54%, superando el nivel técnico del 0,50% por primera vez desde el 23 de mayo. La pasada semana lo hizo en el 0,58%. ¿Qué está pasando? ¿A qué es debido? Según explica Carlos Vallés, asesor financiero de DifBroker, lo que ha provocado que la rentabilidad del bono alemán a 10 años supere esta cota del 0,5% han sido las declaraciones de Mario Draghi en las que reconocía estar percibiendo “un repunte relativamente vigoroso de la inflación”. La tasa de inflación interanual de la eurozona se ha situado en septiembre en el 2,1%, lo que cumple con la previsión del BCE, que se fijó como objetivo niveles sostenidos cercanos al 2% en el medio plazo. Ante este escenario, el mercado descuenta una normalización de tipos de interés en Europa.
Sin embargo, no ha sido el único factor que habría empujado al alza la rentabilidad del bund. También estaría el reciente movimiento de los bonos del Tesoro estadounidense, que ya están por encima del 3,20%. “El desencadenante de esta situación no fueron solo unos datos de empleo mejores a los esperados, sino también la publicación del índice no manufacturero ISM, en máximos de 20 años. En un entorno de dominio de los halcones de la Fed, justo después de la esperada subida de tipos y la renovación del acuerdo con la NAFTA, la publicación de estas cifras provocó un significativo aumento en las tires de los treasuries. El efecto llamada sobre los mercados de bonos de otros gobiernos dio lugar a una mayor presión sobre los bunds para seguir subiendo”, destaca Guido Barthels.
Para este gestor de Ethenea, mientras los treasuries se mantengan por debajo del 3,25%, lo más probable es que los bunds no se vayan por encima del 0,6%. Sin embargo, en caso de que el primero se acerque a la marca del 3,5%, como sugieren algunas fuentes, en la entidad creen que podría tocar este año máximos en el 0,81%. “Las perspectivas para la rentabilidad del bono alemán han subido. Cómo de alto conseguirán llegar y cómo de rápido son preguntas difíciles de responder porque la decisión depende de algo más que de datos económicos. Si se basa únicamente en la economía, los rendimientos del bund deberían estar cotizando a más del 2%. Con una perspectiva de inflación por encima del 2%, la actividad económica alemana en sí misma justificaría rendimientos reales positivos”.
Esta visión coincide con la de J.P.Morgan AM, donde consideran que, si bien un movimiento ascendente significativo desde los niveles actuales depende de los datos de inflación, los modelos de valor razonable sugieren que la tir del bono alemán a 10 años debería ser sustancialmente más alta. “La mejora de las tires de los bonos alemanes podría continuar, aunque una ruptura significativa del rango reciente requerirá una clara evidencia de que la inflación tiende al alza”, apuntan. Tampoco ve al bund volviendo a bajar del 0,5% Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM y gestor del Vontobel Euro Corporate Bond Mid Yield, quien no cree que el final del Quantitative Easing (QE) del BCE vaya a tener un efecto importante sobre el bund.
“Esperamos que el nivel actual del bund se mantenga en los próximos meses, incluso después del final del programa de expansión cuantitativa porque la inflación subyacente de la eurozona todavía está por debajo de las previsiones del BCE (la última lectura es de un 0,9%, frente al 1,5% previsto). Por eso, es poco probable que Mario Draghi cambie la cronología para el explícito forward guidance de las subidas de tipos de interés en el corto plazo”, asegura. Además, hay que tener en cuenta, por un lado, que Alemania no es una isla sino una parte integral de la eurozona y, como tal, está sujeta a la actividad económica de la región, que se ha debilitado; y, por el otro, que el bund es un activo refugio, papel que podría volver a desempeñar ante la tensión política que se está viviendo en Reino Unido e Italia.
Eso no significa, sin embargo, que el final del QE no vaya a tener ningún impacto en el mercado de bonos. “El programa del BCE se lleva ejecutando desde hace más de tres años y ha proporcionado un apoyo sin precedentes al mercado de bonos europeo. En lo que va de año, estas compras de activos han absorbido esencialmente la totalidad de la emisión soberana neta en la eurozona. Con un descenso de las compras a partir de octubre de 30.000 millones al mes a 15.000 millones, antes de concluirlas a finales de año, desaparecerá un impulsor estructural clave del mercado. Si bien este proceso ha sido telegrafiado por el BCE y, por lo tanto, está descontado por los mercados, es favorable para unas mayores tires de la deuda pública en toda la región”, concluyen desde J.P.Morgan AM.