El Ibex cayó el 3,2% y la prima escaló a 394 puntos básicos pero poco cambia: Italia no pedirá rescate, aplicará las políticas de Bruselas y seguirá el efecto Draghi.
Italia ha abierto la caja de Pandora del descontento ciudadano con las políticas impuestas por Bruselas y, por ende, de la vuelta de la volatilidad a los mercados. Pero, pese a las caídas en bolsa y el impulso de las primas de riesgo, analistas y gestores coinciden en que la señal es compradora, o al menos, de mantenimiento de posiciones, en la medida en que pocas cosas en el fondo han cambiado en Europa: Italia seguirá aplicando las políticas de Bruselas, aunque con otra sensibilidad, no habrá rescate y el efecto Draghi continuará.
Los resultados de los comicios, en los que la coalición del centro izquierda ha ganado en el Parlamento y la derecha de Berlusconi en el Senado, dejando atrás al partido que lidera la mano ejecutora de Bruselas, Mario Monti, dejan un mensaje muy claro. “Los ciudadanos rechazan unas políticas que se basan únicamente en ajustes y piden estímulos al crecimiento. Es un mensaje a una Europa deprimida”, dice Xavier Fábregas, director general de Caja Ingenieros Gestión. “En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el viento”, comenta José María Luna, responsable de estrategia de Profim EAFI, citando a Antonio Machado.
En resumen, los pocos resultados positivos logrados por las medidas de austeridad han dejado al país al borde de la ingobernabilidad y esa situación pone en duda la continuidad del programa de reformas estructurales. Algo que se ha traslado a los mercados: el Ibex cayó el 3,2% (cerrando por debajo de 8.000 puntos, en 7.980,7) y el FTSE MIB italiano se dejó el 5% mientras la prima de riesgo española escaló a 394 puntos básicos, con el bono a 10 años en el 5,39%, reduciendo diferencias con el italiano. Una tensa situación que podría continuar, máxime cuando los inversores huyen de la periferia para buscar refugio en el bono alemán y estadounidense (a diez años), que redujeron su rentabilidad hasta el 1,45% y 1,86% respectivamente.
Aunque analistas y gestores creen que Europa seguirá marcando la pauta –“la política se hace más desde Bruselas que desde los países”, dice Fábregas– y que lo más probable es que Italia seguirá aplicando las directrices europeas, consideran que el Gobierno resultante será más sensible al crecimiento económico, tal y como piden los votantes. Pero no hasta el punto de empujar al país al rescate o llevar a los mercados a anular el efecto Draghi, pues en ese pulso entre los comicios locales y las políticas del BCE, “Europa reafirmará su compromiso por el euro y por las compras de deuda si son necesarias”, dice Fábregas.
Volatilidad política…
“La incertidumbre creada por estos resultados generará volatilidad pero no creemos que Italia llegue a necesitar ayuda del BCE ni el temido rescate. El problema de Italia es de gobernabilidad y exceso de deuda pública pero no de déficit ni de endeudamiento privado y sus bancos están relativamente saneados”, analiza Pedro Sastre desde el departamento de estrategia de Banca March. “Al final, en unos meses volveremos a encontrarnos con un escenario al que estamos más o menos acostumbrados: cambios de gobiernos, o de coaliciones, ruido político y la lenta maquinaria económica italiana siguiendo su curso. Esto no es bueno para Europa, pero no es peor de lo que hemos tenido”.
Por eso, al margen de ese mensaje de descontento ciudadano en las urnas, gestores y analistas confían en que poco cambiará en el panorama político de una Italia dividida e ingobernable donde el primer ministro necesita mayoría en el Congreso y en el Senado y en la que muchas voces auguran nuevas elecciones. Es una de las tres opciones que contemplan desde Banca March. Las otras dos, la formación de una gran coalición liderada por Monti en línea con el escenario pre-electoral o un gobierno de acuerdos de Bersani, Monti y otros pequeños partidos para tener mayoría en el Senado (y sumar 20 a los 138 escaños que tienen entre los dos para lograr los 158 necesarios), llevarían a gobiernos poco estables.
… y volatilidad financiera
Nada nuevo en el fondo, aunque reconocen que esa situación creará episodios constantes de volatilidad financiera debido a la ausencia de un gobierno fuerte que ejecute las políticas europeas con agilidad. “La política podría marcar el pulso del devenir de los mercados en los próximos meses”, dice Luna. Episodios que pueden dar lugar a oportunidades de compra en los mercados periféricos para los gestores, si bien analistas y asesores son algo más cautos.
Entre los que optan por las compras, Fábregas cree que una prima disparada en España por encima de los 400 puntos básicos con la rentabilidad del bono español por encima del 5,5% daría la señal, así como un Ibex por debajo de los 8.000 puntos en renta variable. “Somos más positivos en España que en Italia por la estabilidad del Gobierno”. Ese riesgo a corto también sería una buena ocasión para Banca March, que cree que habría que aprovechar el tensionamiento de las tires para comprar títulos del Estado a plazos medios, de entre tres y cuatro años. “Si las tires del largo plazo se tensionan por encima del 6%, venderíamos parte de los bonos a corto para aumentar la duración”, dice Sastre. Cree que la OMT de Draghi será soporte para los bonos periféricos, aunque con volatilidad.
En renta variable apuesta por mantener posiciones y comprar si hay caídas adicionales para completar las carteras que tienen posiciones en liquidez, si bien advierte sobre el fuerte castigo que podría sufrir la banca europea en este entorno. En esta línea, Carlos Heras, consejero delegado de la EAFI Aspain 11, apuesta por mantener la calma y las posiciones en renta variable. El experto es más positivo con la renta variable (sobre todo, de EEUU y emergentes) que con la fija para 2013 pero también asegura que si las primas siguen tensionándose podría ser un buen momento para comprar deuda pública española.
Más cauto es Luna, que recomienda una posición bursátil de infraponderación en las carteras y sobre todo a través de fondos puros de bolsa y mixtos flexibles, que en las últimas semanas han reducido dicho peso. “Vigilaremos las tensiones para decidir si debemos aumentar posiciones o reducirlas, todo dependerá de la situación: si se descontrola y volvemos a vivir repuntes muy fuertes en las primas de riesgo sugeriríamos mucha cautela”, dice.