John Surplice y Martin Walker explican en una entrevista cuáles han sido las razones que han convertido a este fondo en el segundo mejor de su categoría en 2013. "El éxito ha estado en comprar barato cuando en 2012 se hablaba de la ruptura del euro".
Hablar de John Surplice y Martin Walker es hacerlo de dos gestores muy conocidos en el mercado español. Son los responsables de uno de los fondos más conocidos y vendidos en el mercado español, el Invesco Pan European Equity, producto con en 2013 consiguieron posicionar como el segundo mejor de su categoría y que en los últimos diez años ha logrado ofrecer a sus partícipes una rentabilidad anualizada del 8,8%, batiendo en 3,1 puntos a la media del sector y en 2,3 puntos al MSCI Europe, índice de referencia.
En una entrevista concedida por ambos gestores en la sede de Invesco en Henley, ambos decidían compartir el que ellos consideran ha sido el secreto del éxito del fondo. “La fórmula ha estado en mantener la cabeza fría en periodos de fuerte tensión en los mercados y aprovechar las caídas para entrar en aquellos valores en los que creíamos, siempre con una visión de largo plazo”. El ejemplo más reciente fue lo sucedido en 2012, cuando los mercados se obsesionaron por la ruptura del euro. “Era una situación ridícula. No contemplábamos un escenario de ese tipo. Para nosotros fue fantástico, ya que nos dio la oportunidad de comprar muy barato”, aseguran.
De hecho, ambos reconocen que el buen comportamiento registrado por el fondo el último año se debe a las operaciones realizadas entonces. “Los fundamentales nos guían. Es el pilar sobre el que se cimenta nuestra estrategia y lo que explica la consistencia de la misma. El precio al que compras es clave. No pagamos por la especulación del crecimiento que pueda presentar una compañía. Aprovechamos la volatilidad y las correcciones del mercado para elevar el peso en aquellos valores que consideramos están siendo infravalorados por el mercado. Es posible que la volatilidad sirva para calibrar el riesgo a corto plazo, pero a largo plazo es un pobre medidor del riesgo: el mejor indicador es la valoración”, indican.
Según explican, en ocasiones el mercado te brinda buenas oportunidades de inversión, pero también te pone a prueba. “Si vendes una acción cuando ha caído un 10% sin que nada haya cambiado en la vida de la compañía es que no confías en ti mismo. En los últimos dos años, haber utilizado stop loss en tus posiciones de bancos europeos te habría generado pérdidas casi diarias. Por eso, esta estrategia no funciona. Tampoco en el sentido contrario. Vendemos si la acción ha llegado al precio objetivo o se presenta en el mercado una mejor oportunidad. Hay que saber mantener la calma en periodos de estrés del mercado. En los últimos tres años, la rotación de nuestra cartera ha sido muy baja, de apenas el 30%”.
Una posición comprada se mantiene, de media, cuatro años y medio en la cartera. Actualmente, cuentan con una cartera integrada por 70. Actualmente, la beta es de 1,2, lo cual refleja claramente su positiva visión sobre la evolución del mercado de renta variable europeo. “Los mercados han infravalorado el crecimiento de las economías periféricas, sobre todo en el caso de Italia y España. La compresión del riesgo ha sido muy rápida en los periféricos y sus economías se van a beneficiar de ello. El estado en el que se encuentran sus economías es mucho mejor que hace un año”, señalan.
Motivos para creer en bolsa europea
En términos generales, Surplice todavía ve mucho valor en Europa. “El PER ajustado cíclicamente está en torno a las 15-16 veces, el mismo nivel que en 2003. Alemania continúa moviéndose en niveles ligeramente por debajo de la media, mientras que España e Italia cotizan con un descuento que ciframos en el 42% y 62%, respectivamente”. Por sectores, el mayor descuento en términos de PER ajustado está en el sector financiero, que hoy cotiza a 10 veces cuando la media a largo plazo es de 21. También se mueven por debajo de la media histórica sectores como el de petróleo y gas o el de materiales básicos, justo lo contrario que el sector de bienes de consumo, que está a casi 22 veces frente a las 16 de la media.
Actualmente, el equipo sobrepondera industriales, financieras, energía y materiales y, por países, los mercados de la periferia, sobre los que ha ido elevando el peso de manera constante en los últimos tiempos. En cambio, infraponderan sectores defensivos y países como Alemania, Suiza, Francia o Dinamarca. La cartera está muy diversificada. Las diez primeras posiciones apenas ocupan el 25% de la cartera. La mayor apuesta es Novartis, con un peso del 3,33%. Destaca el hecho de que de los ocho valores con mayor ponderación en la cartera, siete correspondan a compañías británicas.
“En los últimos años la estrategia en Reino Unido había pasado por centrarse en empresas de mediana capitalización. Hoy, sin embargo, encontramos más oportunidades en compañías de gran capitalización, la mayoría vinculadas al ciclo económico, lo que ha hecho que valores como Rio Tinto, Royal Dutch Shell, HSBC o BP hayan ido ganando presencia”, asegura Walker. Ambos hacen una gestión activa del tracking error que hoy es del 4%, pero que en 2011 llegó a ser del 6,5% y en 2007 estuvo en el 2,5%. “Seguimos una estrategia muy flexible para generar nuestras ideas de inversión”, señalan.
En términos generales, el Invesco Pan European Equity es un fondo que invierte en compañías de gran y mediana capitalización. “Estamos completamente invertidos. Si compras algo, antes tienes que vender algo. Somos muy sensibles al precio y también valoramos el acceso al equipo directivo, ya que ellos nos proporcionan información muy interesante sobre la vida de la compañía que quizás a nosotros se nos pueda estar escapando. Nos interesa saber que los directivos están haciendo un buen uso del dinero, bien sea invirtiendo en capex o en programas de recompras de acciones. Lo más importante en nuestra estrategia es tratar de evitar caer en las trampas de valor, ya que a veces algo está barato por una buena razón”.
Separar el trigo de la paja es la labor que ambos gestores desempeñan desde Henley, localidad del condado de Oxfordshire de apenas 10.600 habitantes situada a unos 60 kilómetros al oeste de Londres desde donde Invesco dirige el destino de 93.000 millones de euros. “Es un lugar idóneo para aislarte del ruido y pensar en tu cartera”, explica Martin Walker. En su opinión, hay dos razones que, combinadas, hacen que los gestores se queden en Invesco: una es la cultura de la empresa, como demuestra el hecho de que de media permanezcan 10 años en la entidad (la media en la industria es de apenas tres). “Es un lugar fantástico para trabajar”, afirma. La otra es Henley, un lugar en el que resulta sencillo conciliar vida personal y profesional.