La mayoría de expertos considera que se trata de un “caso aislado que denota la mala praxis del equipo gestor del banco”.
Las disputas familiares que han acabado con la expulsión de la dirección de Banco Espírito Santo (BES) de Ricardo Salgado -su actual presidente-, José Manuel Pinheiro y José Maria Ricciardi han puesto muy nerviosas a la Bolsa de Lisboa y a sus homólogas europeas. Sin embargo, en la industria de gestión española reina la calma con respecto a los últimos acontecimientos del principal banco portugués.
“A primera vista, es posible que el gobierno corporativo no haya funcionado todo lo correctamente que debiera. En cualquier caso”, señala José Caturla, consejero delegado de Aviva Gestión, “como en cualquier entidad con dificultades, es lógico que el equipo directivo que ha llevado a la entidad a una situación delicada sea sustituido, independientemente de si se trata de una familia o no”.
A juicio de Javier Galán, responsable de Gestión de Renta Variable Euro en Renta 4 Gestora, cuando se dan este tipo de aluviones de noticias negativas, “se hace indispensable cambiar el rumbo de la compañía y el equipo gestor del banco”. Para ello, “lo primero es restablecer la confianza de los inversores y cuantificar la exposición relativa que tienen accionistas y bonistas del banco”.
De momento, como recuerda Gonzalo Lardiés, gestor del Banco Madrid Ibérico Acciones, “parece que con los datos conocidos, la solvencia de BES no estaría en riesgo”. No obstante, advierte el gestor de Banco Madrid Gestión de Activos, “el impacto en su capital puede ser importante”. Además, “el rescate implícito por parte del Estado parece descartado”. Las tensiones más duras apuntan, sobre todo, hacia el resto de empresas que conforman el conglomerado familiar, donde “la situación financiera es mucho más delicada y el mercado descuenta en ellas algún tipo de reestructuración”.
Una vez los Espírito Santo queden al margen de la toma de decisiones del banco de forma definitiva, serán Vítor Bento, José Honório y Joao Moreira Rato quienes, bajo el amparo del Banco de Portugal, asuman la dirección de BES en calidad de presidente, vicepresidente y administrador financiero, respectivamente.
¿Se ve afectada la salud de la banca europea?
Xavier Carulla, gestor del Caja Ingenieros Iberian Equity, es rotundo: “No creemos que la imagen de la banca europea se vea perjudicada, puesto que se trata de un caso aislado que denota la mala praxis del equipo gestor”.
Si bien el caso protagonizado por BES durante la última semana no lastra la mejorada salud de la banca del Viejo Continente, “tampoco ayuda”, reconoce Galán, consciente de que, a finales de año, llegará el test de estrés del BCE a la banca europea, un examen que “debe ser exigente y verosímil”.
Para Lardiés, se trata de “problemas que el supervisor debería haber atajado tiempo atrás”. Sin embargo, considera necesario reconocer que “este mismo episodio en ejercicios anteriores hubiera podido tener un potencial efecto contagio mayor, con unas economías y unos mercados financieros periféricos en pleno proceso de estabilización”.
El consejero delegado de Aviva Gestión cree que la situación actual de BES “no debería poner en peligro ni el test de estrés ni la revisión de activos llevados a cabo por el BCE” a partir de otoño a los bancos de la UE, “salvo que aparezca nueva información perjudicial”, puntualiza.
Particularmente, subraya Carulla, “es probable que, al aflorar pérdidas no contempladas”, los nuevos máximos responsables de BES “se vean forzados a realizar una nueva ampliación de capital”.
Ninguna de estas cuatro gestoras españolas tiene actualmente posiciones en acciones de BES, tal y como confirman a Funds People. En general, su exposición a financieras europeas es reducida. Sólo la banca española y algunas aseguradoras europeas se salvarían de forma puntual. El resto de bancos, por ahora, siguen infraponderados.