Dicen que han sido muy cuidadosas en las comunicaciones del cambio de estructura y han seguido los procedimientos que dan derecho de separación.
Los fondos con objetivo de rentabilidad, la gran revelación de 2012, están atrayendo también gran interés en 2013, pues, en un entorno en el que las tires de la deuda pública encojen, pueden ofrecer retornos en línea con la cartera en la que invierten dejando de lado el coste de garantía. Y además, pueden incrementar el riesgo asumido para contrarrestar la situación al no tener que contar con un garante, aunque no todos lo hacen. Por eso las gestoras están siendo muy activas en su oferta. Entidades como Invercaixa Gestión, KutxaBank Gestión, Barclays Wealth Managers España, BanSabadell Inversión, BBVA AM o Bankia Fondos vienen lanzando productos de este tipo con frecuencia para canalizar la fuerte demanda.
Según los datos de la CNMV hasta marzo, muchos de estos productos eran en origen fondos garantizados que, a vencimiento, pasaron a ser de rentabilidad objetivo pero sin garantía. Y ahora el supervisor vigila esas transformaciones y estudia realizar cambios en los procesos y en lo que respecta a la dotación de información a los partícipes para evitar confusiones. Aunque reconoce que no ha detectado irregularidades, dice que en ocasiones la información puede inducir a error o ser abundante pero poco clara, según comentó Elvira Rodríguez, su presidenta, en el marco del I Foro Anual del Consejero.
Ante este panorama, entidades que en los últimos meses han acudido a esta fórmula, como InverCaixa Gestión, Ibercaja Gestión o KutxaBank Gestión (con la transformación de fondos como el Vital Rendimiento Garantizado II en productos sin garantía) lo han hecho para aprovechar las carcasas de antiguos fondos garantizados que vencían y no tener que crear otras nuevas. Y en un entorno en el que las decrecientes rentabilidades hacían más atractivo ofrecer fondos sin el coste de garantía. En estos casos, las gestoras defienden que han seguido los pasos habituales que establece la ley y que las comunicaciones han sido muy cuidadosas.
Los casos
Por ejemplo, desde 2011, InverCaixa no sigue una política de fondos garantizados activa y los vencimientos de fondos garantizados se renuevan en fondos objetivo, bien sea por transformación de los fondos garantizados en objetivo o por la absorción de los fondos garantizados vencidos en un fondo objetivo, según explican.
En la gestora matizan que han sido muy cuidadosos en informar en todas las renovaciones de que los nuevos fondos no tenían el aval de la entidad. “Por este motivo, somos también muy cuidadosos con los activos en cartera del nuevo fondo: en estos fondos objetivo, se constituye únicamente con deuda pública española”, explican. Esos cambios han afectado a carteras tanto fijas como variables: como ejemplo, el Foncaixa Garantía Eurobolsa se transformó recientemente en el Foncaixa Objetivo Bolsa España 2.
Desde Ibercaja Gestión, su director general Valero Penón explica que solo han tenido un caso, cuando en agosto del año pasado el fondo Ibercaja Gestión Garantizado 2 (garantizado de renta variable) modificó su política de inversiones al vencimiento de la garantía y pasó a ser fondo de gestión pasiva con un objetivo concreto de rentabilidad, pasando a denominarse Ibercaja Objetivo 2015. “En un contexto de mercados de renta fija tensionados, con una prima de riesgo y tipos de interés de la deuda pública más de 100 puntos básicos por encima de los actuales, aportaba más valor ofrecer al partícipe más conservador una rentabilidad fija a tres años muy atractiva entonces, por encima del 3%”.
Según Penón, la comunicación de la modificación de política de inversiones a la CNMV y a los partícipes se realizó por los procedimientos normales previstos para cualquier cambio de política en fondos, garantizados o no. “Los partícipes recibieron carta informativa del resultado de la garantía anterior y de la nueva política, lo que otorga derecho de separación o de reembolso sin comisiones durante el plazo de un mes”, explica.
Las que lo evitan
Con todo, las gestoras entienden que el cambio de estructura es importante, en la medida en que deja de estar garantizada la cartera y el partícipe pasa a asumir el riesgo de crédito, por lo que hace falta una buena comunicación. Para evitar confusiones al pasar de una estructura garantizada a otra que no lo es, José Antonio Pérez Roger, director general de Inversiones de Bansabadell Inversión, asegura que en su gestora no se hacen estos cambios y, ante las menores rentabilidades de los garantizados fijos, se ofrecen garantizados variables. “Cuando ha vencido la garantía la hemos renovado o transformado, pero nunca se ha convertido en un fondo sin garantía. Pasar al inversor de un fondo con garantía a otro sin ella es complejo”, dice.
En la gestora tratan los fondos con objetivo de rentabilidad como fondos de mayor riesgo, pues suelen nutrir sus carteras de deuda de alta rentabilidad y los destinan a inversores que entienden lo que significa estar en ese activo. Y por eso los comercializan de forma totalmente distinta y separada de los garantizados. Una forma muy diferente de entender estos productos a la de InverCaixa, donde se conciben más como extensión de los garantizados al mantener una cartera de deuda pública española pura.
Debido a estas diferentes percepciones de los fondos de gestión pasiva, la transformación de carcasas con garantía a otras que no lo son no ha sido una práctica generalizada: además de la gestora de Sabadell, entidades como Santander AM, Unigest, Bankia Fondos o Allianz Popular Asset Management niegan haberlo hecho. “Hasta ahora no hemos realizado ninguna renovación de fondos garantizados en fondos con objetivo de rentabilidad ni tampoco, según nuestro calendario de renovaciones, está previsto realizarla en los próximos meses”, dicen en esta última gestora.