Las gestoras siguen lanzando fondos para romper la concentración de flujos en Europa

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Juan Pedro Diez, Flickr Creative Commons

El número de fondos europeos bajó ligeramente en 2011 por segunda vez en diez años, y la industria cerró el año con solo 43 productos menos. La última vez que el número de fondos se contrajo en Europa fue en 2009, que terminó con 801 fondos menos. Según datos de Lipper Thomson Reuters, esto no apunta sin embargo a una racionalización de la industria, pues en 2010 hubo un incremento de 871 fondos de inversión, más de los que se redujeron un año antes, así que tampoco consideran que que vaya a ocurrir a partir de ahora.

Es más, según su último informe sobre tendencias en la industria, en los últimos años se ha producido un aumento neto anual en el aumento del número de fondos de en torno a 1.000 productos (neto de lanzamientos, cierres y fusiones). La razón: las gestoras no quieren quedarse atrás en captación de capital y buscan arrebatar algo de negocio a las entidades hacia las que fluye la mayor parte del capital, en un entorno en el que prima la concentración.

Según apunta Ed Moisson, responsable de análisis de fondos transfronterizos y de Reino Unido de la entidad, el timming es esencial a la hora de lanzar fondos. En este entorno de incertidumbre, los de renta fija han sido los que más dinero han captado en los últimos años, pero no se han librado de la concentración: el año pasado, entre los 2.546 fondos que captaron capital, casi el 50% de los flujos (83.400 millones de euros) se dirigieron al 5% de los fondos (145 productos en total). Un hecho que anima a las gestoras a lanzar nuevos productos para “asegurar que su rango de productos puede llegar a las demandas, diferentes y en evolución, de los inversores, y para capturar algo del dinero que fluye a los mejor vendidos”, dice el experto.

Con todo, observa diferentes dinámicas entre los diferentes segmentos: para los gestores domésticos, que venden en un solo mercado, la importancia de esos nuevos lanzamientos es clave, pues el dinero entra en los nuevos fondos. Para los grupos transfronterizos, que venden en más de un mercado, la tendencia es contraria, con los fondos de mayor track record dominando las ventas. “Estos grupos son a veces gestoras independientes sin redes de distribución que se ven obligadas a vender a terceros, como selectores, fondos de fondos, bancas privadas o asesores independencies, compradores que necesitan de una rentabilidad histórica para poder invertir”, dice el estudio.

Todo ello dibuja un panorama en el que el 44% de los fondos tienen menos de cinco años de historia, el 23% entre 5 y 10 años, y el 33% más de 10 años (donde se invierte el 51% del volumen total). En los fondos con más de cinco años de historia está el 75% del patrimonio invertido en fondos en el continente.

La importancia de la rentabilidad también es clave: así, la disposición de los inversores a salir de fondos que lo hacen peor que su índice, a veces en periodos cortos de tiempo, ha llevado a una ratio de reembolsos mayor que en EEUU, del 55% de media en los últimos tres años frente al 30% al otro lado del Atlántico.

No hay competición por precio

En cuanto a los costes, el informe concluye que han reducido los retornos en un 27,9% en los últimos diez años. Y es que, según Moisson, en la industria de fondos no prevalece la competición en función del precio, pues otros factores pesan más en la diferenciación de productos.

Aunque el experto no ve una modificación en esta tendencia, cree que los inversores podrían cambiar su actitud con respecto a los productos de retorno absoluto, donde los objetivos de inversión se expresan como liquidez más un porcentaje; sobre todo si los costes anuales se llevan por delante la mayoría de ese plus.