Las razones de por qué no debería descartarse la posibilidad de invertir en oro

Oro
Bill David Brooks, Flickr, Creative Commons

La postura de cautela del equipo de Retorno Total de Newton, filial de BNY Mellon IM, se basa en su opinión de que las políticas de los bancos centrales tienen un efecto distorsionador en los precios de los activos financieros, de la 'inquietante' ausencia de volatilidad y del deterioro del trasfondo de liquidez. En opinión de Suzanne Hutchins, gestora en el equipo Real Return de Newton, los participantes en los mercados parecen profesar una actitud complaciente frente a los altos niveles de riesgo, e ignorar las valoraciones elevadas de activos, como la renta variable, los bonos high yield, la deuda pública, la propiedad inmobiliaria, e incluso el arte.

El equipo destaca la devaluación de las divisas fiduciarias –entre ellas el yen, el renminbi y el euro– como otra de las características de este mundo distorsionado. Por consiguiente, mantiene oro en cartera como un activo “real”, tanto directamente (mediante un ETC que refleja el precio del oro subyacente) como a través de las acciones de las mineras que lo extraen. Para el equipo Real Return, el oro representa una cobertura “cambiaria” adicional frente a la pérdida de valor del dinero fiduciario, afirma Hutchins. Las divisas pueden crearse (de hecho, es lo que están haciendo los bancos centrales), con lo que la oferta es infinita; en cambio, la cantidad de oro que puede extraerse es finita, explica.

Para el equipo, este sentimiento parece haberse visto confirmado en el referéndum celebrado el 30 de noviembre en Suiza sobre el cambio propuesto de las reglas que rigen la gestión de las reservas de oro por parte de su banco central. En el referéndum, la iniciativa “Salvemos nuestro oro” –dirigida a evitar que el Banco Nacional Suizo (BNS) acumule billones de euros con un valor decreciente– propuso que el BNS mantenga un 20% de sus reservas en oro, repatrie los lingotes que mantiene fuera de sus fronteras, y tenga prohibido vender oro. El BNS, que ocupa el séptimo lugar del mundo por reservas de oro, calificó a la iniciativa de innecesaria y dañina, y los votantes suizos rechazaron abrumadoramente la iniciativa.

De haber prosperado, afirmó el BNS, la entidad habría visto limitada su capacidad para velar por la estabilidad de precios y por el desarrollo de la economía suiza. Cabe destacar que el BNS está “imprimiendo” dinero de forma significativa, a fin de evitar que el franco suizo se aprecie más allá del nivel de 1,20 francos por euro y alejar el espectro de la deflación. Con independencia del resultado del referéndum y de su impacto sobre el precio del metal precioso (que cayó justo después de anunciarse), Newton considera prudente invertir en un activo “real” como el oro en una cartera dirigida a preservar el capital y a proporcionar una rentabilidad superior a la del efectivo.

Su expectativa es que el crecimiento económico acabará por decepcionar, y que el gasto y las obligaciones seguirán aumentando de forma insostenible. Para ilustrarlo, Hutchins menciona la contracción del 1,6% del PIB japonés en el tercer trimestre, que ha conmocionado a los partidarios de la “Abeconomía”. Con el aumento del coste de la vida debido a la devaluación del yen y al estancamiento de la renta real, resulta difícil ver de dónde provendrá la demanda de bienes en Japón. Otros dos desarrollos perjudiciales para el crecimiento son la ralentización de la economía china y las medidas de crisis que está adoptando el BCE para combatir la deflación.