Capítulo 2: El impacto del Covid-19 en el mercado de bienes inmobiliarios cotizados

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La clase de activo de los bienes inmobiliarios cotizados estuvo en el lado equivocado de las perspectivas de los inversores durante gran parte de 2020, por su rentabilidad muy inferior a la de las acciones globales. Sin embargo, a pesar de la aparente incertidumbre, se ha visto que los flujos de caja (mediante el cobro de alquileres) de muchos tipos de bienes inmobiliarios con contratos de alquiler de larga duración siguen siendo sólidos. Esto ha hecho que los flujos de ingresos de las acciones inmobiliarios globales, en su mayoría de gran calidad, parezcan infravalorados comparados con otras clases de activos importantes, como las acciones y los bonos en general (véase el gráfico).

Fuente: Índice FTSE EPRA/NAREIT Global Developed (fondos de inversión inmobiliaria global = REIT), índice MSCI World Index (acciones globales), Bloomberg GT10 Govt (bonos del Tesoro de EE. UU. a 10 años), Moody’s Bond Indices Corporate BAA (bonos investment grade de EE. UU.), a 30 de noviembre de 2020. 

Cuando hablamos del mercado y de la clase de activo, hay que tener en cuenta que estamos recurriendo a expresiones breves y útiles para designar conceptos generales. Un análisis más en profundidad de las partes que componen el todo resulta más adecuado. La clase de activo de los bienes inmobiliarios cotizados se compone de cientos de empresas con clientes de activos físicos de muchos tipos de inmuebles en todo el mundo. Cada una de estas variables tiene sus propias características de oferta y demanda, algunas de las cuales son mucho más favorables para los propietarios que otras.

Identificando ganadores y perdedores de la pandemia

Antes, durante y después de la pandemia, hay varias tendencias importantes a largo plazo que probablemente perdurarán y pueden servir para identificar sectores inmobiliarios y ubicaciones que probablemente generarán las mayores rentabilidades. Como ejemplos concretos, podemos citar la demografía, la digitalización, la sostenibilidad y la creciente adopción de estilos de vida cómodos. Es muy probable que la confluencia de estos factores siga beneficiando a las empresas inmobiliarias cotizadas propietarias de almacenes logísticos, torres de telecomunicaciones, centros de datos, viviendas adaptadas para los baby boomers y los millennials, así como varios tipos de bienes inmobiliarios de experiencias.

Sin embargo, es probable que, para los propietarios de locales comerciales físicos y edificios de oficinas básicos, que constituyen una parte importante del mercado cotizado inmobiliario, la competencia sea cada vez más feroz y que su capacidad de fijación de precios de alquileres disminuya. Antes de la pandemia, el mundo inmobiliario se dividía entre quienes tenían y los que no y, en cualquier caso, 2020 ha logrado separar aún más las perspectivas futuras de estos dos grupos.

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