Según la encuesta de diciembre de BofA Merrill Lynch
Los inversores globales ponen la vista en la renta variable estadounidense a la hora de prepararse para un 2012 marcado por una bajo crecimiento y una baja inflación, según la última encuesta de gestores de BofA Merrill Lynch, correspondiente al mes de diciembre y en la que participaron 255 expertos con más de 762.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
En total, más de dos tercios del panel predicen que el año próximo se caracterizará por un crecimiento e inflación por debajo de la tendencia, la cifra más alta desde octubre de 2010 y frente al 52% que tenía estas perspectivas en noviembre. Y, con este escenario por delante, los gestores muestran una clara preferencia por acciones de EEUU y mercados emergentes, a la vez que endurecen su negativa postura con respecto a la eurozona. Así, el 50% cree que las perspectivas sobre beneficios empresariales es más favorable en EEUU, desde el 47% de hace un mes, y un 72% cree que la eurozona es la región con perspectivas más desfavorables en este sentido. Por ello, también creen que el dólar se fortalecerá con respecto al euro en 2012.
Y es que las inversiones que se están haciendo de cara a final de año tienen como destino el gigante americano. Así, los asignadores de activos que habían llevado gran parte de su cartera a liquidez, movieron parte de la misma a a renta variable, ahora sobreponderada por el 8% de los expertos, frente al 5% de infraponderación de noviembre. Y sólo incrementaron sus posiciones bursátiles en EEUU.
“Con unas mejores perspectivas de crecimiento, la bolsa del país se ha convertido en un popular destino y refugio para los inversores”, comenta Michael Harnett, estrategia responsable de renta variable global en BofA Merrill Lynch Global Research. “Los inversores son más optimistas con respecto a renta variable pero siguen siendo muy defensivos, pues siguen reduciendo sus posiciones en Europa”, y favoreciendo en renta variable sectores como farmacia y bienes básicos, destaca Gary Baker, responsable de renta variable europea de la entidad. De hecho, los inversores reducen su exposición a sectores de crecimiento y cíclicos como tecnología, industriales y consumo discrecional.
División sobre el futuro de la eurozona
Sobre el futuro de la eurozona y la posibilidad de que salga intacta de la crisis, los inversores globales están divididos: casi la mitad del panel, el 48%, cree que ningún estado miembro saldrá del euro el año próximo o a medio plazo, pero el 24% espera que uno de los 17 estados miembros salga de la moneda única en la primera mitad del año. En total, el 45% espera la salida de algún estado en el futuro inmediato, con el 7% indeciso.
Y es que los indicadores de sentimiento son similares a los del credit crunch de principios de 2009. Los inversores creen que las condiciones de liquidez se han deteriorado de forma significativa el mes pasado hasta alcanzar su peor nivel desde abril de 2009 y el 13% califica las condiciones como “negativas” (frente al 4% de octubre que las calificaba de positivas y al 50% de principios de año).
En paralelo, las preocupaciones inflacionistas se han relajado a niveles no vistos desde 2009: la proporción del panel que creen que caerá es del 34%, y por primera vez desde marzo de 2009, el 6% del panel cree que la política monetaria debería ser más laxa.