Los gestores españoles confían que el rescate a Chipre no afecte al mercado

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loungerie, Flickr Creative Commons

Nueva vuelta de tuerca a la crisis europea. Tras la petición por parte de Chipre de ser rescatada por parte de la Unión Europea, el Parlamento chipriota vota hoy mismo las condiciones impuestas desde Bruselas para concederle la ayuda de 10.000 millones de euros que ha solicitado. Entre ellas, la quita de los depósitos (que finalmente pese a lo acordado en un primer momento, no afectará a los inversores de menos de 100.000 euros) o el aumento del impuesto de sociedades hasta el 12,5%.

Mientras tanto, los bancos de la isla europea permanecerán cerrados hasta el jueves, momento en el que se verá cómo reaccionan los chipriotas y los tenedores de depósitos en el país a este corralito impuesto a lo largo del fin de semana. Con este nuevo capítulo de la crisis europea, vuelven a resurgir los peores miedos en el Viejo Continente, que parecían haber sido ya superados, lo que se ha traducido de nuevo en un aumento en la prima de los periféricos (la española se ha ido a 355) y en bajadas de la Bolsa (el Ibex 35, por ejemplo, cerró la jornada del lunes con una caída del 1,29%).

“Aunque todos sabíamos que existía cierto ruido con el tema de Chipre y que el país iba a necesitar de algún tipo de ayuda por parte de los mecanismos de intervención europeos, creo que nadie esperaba un desenlace con el perfil de medidas que parece que finalmente será aprobado. Nadie daba excesiva importancia a un tema que, desde un punto de vista “cuantitativo”, no podía tener excesiva repercusión sobre las finanzas de la Eurozona, pese a que su rescate se cifraba en unos 18.000 millones de euros (equivalente al PIB del país que representa tan solo el 0,5% del PIB total del Euro)”, explica Francisco Esteban, gestor de Inversiones en Alpha Plus Gestora.

Esteban destaca cómo el volumen de activos de los bancos chipriotas supera en 5 veces el tamaño de su economía, “una desproporción que se debe en gran medida al aterrizaje del dinero procedente de Rusia y que los bancos han canalizado a inversiones fallidas del tipo de la deuda griega”. En su opinión, esto pone otra vez en duda la construcción del proyecto europeo y cómo se ha permitido la llegada de dinero de Rusia a Chipre. Así pues, dice, esto no es más que “una muestra más de una de las moralejas de esta crisis para los reguladores de cada país: “no se trata de regular más, si no de regular mejor””.
 

Confiando en un efecto limitado
Respecto a las consecuencias que la medida de Chipre pueda tener para España y Europa, los gestores españoles confían en que el efecto sea limitado. “Aspiro a que efectivamente se trate de medidas excepcionales aplicadas a una situación muy concreta y diferenciada de la del resto de países y que, por tanto, no vayan más allá de un cierto despertar de miedos y fantasmas del pasado en el cortísimo plazo. El problema es que la única forma de garantizar y hacer creer a los ciudadanos que nunca se van a traspasar determinadas barreas es, directamente, no traspasarlas”, dice Esteban.

Coincide también Álvaro Sanmartín, gestor de la sicav Alinea Global, quien considera que el caso chipriota “no es directamente extrapolable a otros casos”, pero sí ve significativa la insistencia del FMI (y de Alemania) por realizar un análisis completo de sostenibilidad del país antes de comprometer fondos. “Creo que esa insistencia, aparte de tener todo el sentido, sí sienta precedente y debe ser tenida en cuenta en posibles futuros rescates, incluido el español”, dice. “Por tanto, muy difícil que después de lo andado con el sistema financiero en España veamos algo parecido a lo de Chipre con los depósitos. Pero lo que no puede excluirse del todo es que un eventual futuro rescate viniera precedido de un análisis exhaustivo de la sostenibilidad (o no) de nuestra deuda pública”.

“En realidad y a estas alturas, lo que queda de la Europa soñada en Maastricht es un espejismo casi cómico. Por ello, desde el punto de vista de un gestor de fondos, el tema Chipre es simplemente una variable más de una ecuación ya de por sí imposible. Y por cierto, a nivel de curiosidad, siempre habíamos oído a los regulares reguladores decir que las intervenciones en bancos se hacían para evitar el contagio a la población y su economía, sin embargo, en este caso estamos interviniendo a las personas para que no contagien a los bancos, ¿no?”, dice Oscar Álvarez, gestor de Financial LAB.

Desde un punto de vista de mercados, tras los miedos vividos principalmente a lo largo de 2012, en las últimas semanas, parecía que la situación en Europa estaba encauzada. Como explica Esteban, las probabilidades que se asignaban a un desenlace sistémico derivado de este tema eran cercanas a cero, con lo que las primas de riesgo estaban en mínimos de los últimos meses y en clara tendencia a la baja, las bolsas y los niveles de confianza en zona de máximos y las volatilidades (barómetro del grado de aversión al riesgo), en mínimos de los últimos 10 años. Además, el impacto de las elecciones italianas se absorbió rápidamente sin que supusiera otra oleada de miedo.

“Un escenario idílico para que cualquier catalizador desde el punto de vista sistémico desemboque en una corrección cíclica de cierto calado. Alguien puede explicarme por qué las Tires de la Deuda Alemana (activo refugio) siguen instaladas en zona de mínimos pese al aparente clima de mejora que descuentan las bolsas? Algo nos estamos perdiendo desde el punto de vista macro y quizá, temas como el de Chipre, no sirvan más que para aportar luz y/o quitarnos la venda de los ojos”, se pregunta Esteban