Las condiciones que finalmente se impongan y la necesidad de que sean los estados los que den el primer paso, sin retrasos, serán aspectos cruciales.
Los gestores de entidades internacionales se toman con menos euforia el plan de compra de deuda europea confirmado por el BCE que los nacionales. Sobre todo, por la condicionalidad política que ello supone y en algunos casos, por la falta de efectividad a largo plazo que tendrían estas medidas.
Uno de los más críticos es Azad Zangana, economista europeo de Schroders: “El BCE ha dado otro paso en la buena dirección, pero está lejos de eliminar los temores de los inversores. Ha encontrado el arma a través de la compra de bonos, pero le falta la munición para provocar un impacto duradero en los mercados”, asegura.
Así, aunque cree que las medidas provocarán alivio a corto plazo, aún falta asegurar la capacidad del BCE y la UE para salvar a Italia y España, negando que se hayan sentado las bases para unas subidas sostenibles de los mercados.“Y seguirá siendo así hasta que el BCE y Alemania se den cuenta de que una relajación monetaria al estilo de la Fed es la única herramienta efectiva”, apostilla.
El condicionamiento político es la principal barrera para Peter Hensman, estratega global de Newton, parte de BNY Mellon. “En los próximos meses será crucial ver si puede ser superada”, afirma. En esta línea, Joaquín González, responsable de renta fija de DWS Investments en España, considera que la pelota está en el campo político. "Lo que mitiga el BCE es el riesgo de liquidez y de refinanciación de los estados, pero no consigue que desaparezca el riesgo de solvencia de las economías en problemas a medio plazo".
Así, para poder validar su posición en los mercados, estas economías han de reconducir su déficit hacia los objetivos marcados y ver si las reformas estructurales permean y se traducen en crecimiento. "Si trascienden, el BCE apoyará pero si no es así cesarán las compras", afirma."La clave está en las condiciones que finalmente se impongan a los estados: si son las que ya se fijaron o si habrá otras adicionales", explica González.
Además, Velentijn van Nieuwenhuijzen, responsable de asignación de activos de ING Investment Management, recuerda que el fondo de rescate sólo se comprometerá en ayudar en el mercado primario si hay petición de por medio, y eso es sólo una “condición necesaria pero no suficiente para la intervención del BCE en el mercado secundario”.
Tejado alemán
Un riesgo político que no sólo está en el tejado de los países con problemas sino también de Alemania. En ING IM destacan así el riesgo de la próxima resolución de la Corte Constitucional alemana del próximo 12 de septiembre sobre la ratificación del ESM o fondo de rescate. El gestor añade a esta decisión la posición en contra de las ayudas anunciadas por el BCE del presidente del Bundesbank: “Weidmann sigue estando en contra, aunque Merkel apoya al BCE. El hecho de que siga oponiéndose retrasa y a veces crea confusión en las comunicaciones, aunque no es un impedimento para la toma de decisiones”, matiza.
Los expertos también indican los límites que supone la intención de esterilizar las compras de deuda. “Aunque no habrá limitaciones en las compras, hay un defecto de diseño: la insistencia en esterilizar las compras supone que el BCE sólo podrá comprar bonos mientras haya demanda para los bonos del tesoro”, explica Zangana.
Otro de los riesgos más comentados es que el anuncio retrase la petición de rescate por parte de países como España o Italia, cuyos tipos de renta fija pública se relajaron tras la conferencia de Draghi. En esta línea, desde Threadneedle lo consideran posible, aunque matizan que "los inversores querrán ver a largo plazo un progreso real en esos países para continuar comprando sus bonos”, explica Martin Harvey, gestor de renta fija de la entidad.
Para González, de DWS Investments, el retraso sería contraproducente porque el Gobierno español estaría dando señales de que está esperando que el BCE le haga el trabajo. "Cualquier duda, retraso o espera sería mal interpretado por los inversores", afirma.
Aspectos positivos
A pesar de las críticas, la valoración de las medidas es positiva en algunos aspectos. Para Harvey, es un hecho positivo que el BCE “se haya movido desde una postura defensiva hacia un compromiso para solucionar el problema de los altos diferenciales en el mercado de renta fija”. Algo que ayudará a revertir la huida de capital en los mercados periféricos.
Para González, la medida es positiva en el sentido de que el resto de políticas aplicadas han sido estériles, y parece que el mercado podría reaccionar positivamente. "Con el LTRO Draghi no consiguió romper el nudo gordiano entre el sistema financiero y el soberano y ahora ha buscado actuar sobre el soberano. Es una especie de LTRO aplicado a la deuda soberana", explica.
Desde ING IM, creen que el impacto será positivo en los activos de riesgo y destacan también la disminución de requisitos de los colaterales exigidos para la compra de bonos públicos, que ya no tendrán que tener un rating mínimo. “Eso asegura a los bancos de los países periféricos acceso a la liquidez, y es esa liquidez la que financia el sector privado, por lo que no hay que subestimar su importancia”, dice Nieuwenhuijzen.