La inversión en activos alternativos ilíquidos se está ganando una cuota cada vez mayor en las carteras de los clientes de banca privada. Su capacidad de descorrelación con respecto a los activos tradicionales y las atractivas rentabilidades que ha ofrecido en unos años de tipos al 0%, unido a la democratización que han experimentado al calor de regulaciones favorables son algunas de las razones que justifican su demanda al alza, y también su oferta.
BBVA es una de las entidades que quiere acercar este universo a cada vez más clientes. De hecho, como afirmó Fernando Ruiz, director de banca privada en España de BBVA en una entrevista a FundsPeople publicada en el mes de marzo, la entidad incluso se plantea ofrecer la próxima estrategia que lancen en alternativos ilíquidos a partir de inversiones mínimas de 50.000 euros- lo habitual en el sector es establecer el ticket mínimo en los 100.000 euros aunque la Ley Crea y Crece permite reducirlo también hasta los 10.000 euros.
Arquitectura abierta, también en este área
Previsiblemente, esa nueva estrategia será un fondo de fondos multiestrategia de capital riesgo y se ofrecerá a clientes de banca privada. Sin embargo, sus planes van más allá que la oferta de producto propio a través de su propia gestora, BBVA AM. Si bien hasta ahora la comercialización de este tipo de vehículos la han reducido solo a producto interno, se plantean aplicar la arquitectura abierta marca de la casa también al universo de alternativos. Todo con el objetivo de seguir ofreciendo valor a sus clientes. Al fin y al cabo, tal como explicaba Ruiz, "nueve de cada diez euros del patrimonio de nuestros clientes está en productos de terceros".