Los tres frentes abiertos que deja el verano a los inversores

Tres, plantas
ara@Shotley, Flickr, Creative Commons

Al ver la evolución de los mercados en el último mes, el estival agosto, se podría pensar que ha sido un periodo tranquilo ya que los principales índices mundiales apenas se han movido un 2%. Tampoco ha habido grandes movimientos en los mercados de renta fija ni en el de las materias primas. Pero esa foto finish no implica que no haya habido volatilidad en estos mismos mercados.

Tres son las causas que han estando detrás de ese nerviosismo que se ha visto en los mercados en los mercados de valores, mientras el resto del mundo asistía sobre todo a cómo se desarrollaba la retirada de tropas occidentales en Afghanistan.

Variante Delta

La percepción sobre el efecto que la variante Delta tenga en la economía ha cambiado mucho a lo largo de los últimos meses. Si hace unas semanas, se hablaba de un impacto moderado debido al aumento de la población vacunada, ahora se teme que ese impacto no sea tan leve como se esperaba.

"La narrativa macro sigue siendo la de una recuperación post-pandémica. Sin embargo, recientemente los mercados han reflejado su preocupación por el aumento del número de casos de COVID a medida que la variante Delta se convierte en la dominante y lo que esto podría significar para el ritmo de reapertura, el efecto sobre el suministro de bienes y mano de obra y las renovadas presiones sobre la prestación de asistencia sanitaria", afirma Chris Iggo, director de Inversiones Core de Axa IM.

De hecho, se está ya notando en algunos datos macro como el dato de Ifo publicado en Alemania que muestra un retroceso por segundo mes consecutivo o los últimos datos de PMI vistos en Europa. Por ejemplo, la actividad empresarial de la zona euro se situó en 59,5 puntos en agosto, su mínimo de dos meses.

Al fin y al cabo, la variante Delta ha demostrado ser más contagiosa que las anteriores. Lo que ha disparado la incidencia en muchos países, incluso con gran parte de su población vacunada y retrasado los planes de vuelta a la normalidad pre COVID, claves para que la recuperación económica siga al alza. De ahí que expertas como Esty Dwek, estratega global de Natixis IM, considere que “es probable que el crecimiento ya haya tocado techo en Estados Unidos y en China, lo que hace temer que una desaceleración provoque una venta de los mercados". 

No es la única que cree en ese punto de inflexión ya que, según la última encuesta de gestores publicada por Bank América, solo el 27% de los gestores ve ahora un repunte económico en los próximos doce meses, la cifra más baja desde abril de 2020, cuando en mundo luchaba contra la primera ola de la pandemia.

Regulación en China

Precisamente ha sido China quien ha protagonizado varios de los grandes titulares en el último mes. No solo porque sus datos económicos muestran esa desaceleración que tanto temen los inversores- los datos de producción industrial y de ventas minoristas defraudaron-, sino por la incertidumbre que han despertado las nuevas medidas regulatorias anunciadas por el Gobierno de Pekín en sectores clave como la tecnología o la educación.  Medidas que, en el caso de las tecnológicas, se tradujeron en unas fuertes caídas en bolsa, como explicábamos en este artículo.

Y, según avanzan los expertos, ese aumento de la regulación no ha acabado con el verano. "Es cierto que los riesgos de regulación aún no han tocado techo en el espacio de Internet y hay que estar atentos a aspectos tales como la legislación sobre seguridad de los datos, las investigaciones Relacionadas con la competencia, las prestaciones de empleo y la regulación de contenidos", afirma Catherine Yeung, directora de inversiones de Asia Pacífico de Fidelity. Y continúa: “Si bien las valoraciones se han vuelto muy atractivas en el caso de algunas empresas, también hay que tener en cuenta que la confianza de los inversores probablemente permanezca en niveles bajos de corto a medio plazo”.

Jackson Hole o el principio del tapering

La cita de Jackson Hole era el gran acontecimiento del verano. En él se esperaba que Jerome Powell diera las pistas necesarias que pusieran fecha al inicio del tapering. Y no defraudó. El presidente de la Reserva Federal  apoyó la idea de poner fin a las compras de activos este mismo año. “Al igual que la mayoría de los participantes, opino que si la economía evoluciona ampliamente como se anticipó, podría ser apropiado comenzar a reducir el ritmo de compra de activos este año”, afirmó.

No obstante, al tiempo que confirmaba lo que descontaba el mercado, dejaba también claro que este inicio de retirada de estímulos no implicaba una subida de tipos a corto plazo. "El momento y el ritmo de la próxima reducción en las compras de activos no tendrán la intención de transmitir una señal directa sobre el momento del despegue de los tipos de interés", aseguró en el discurso. Al fin y al cabo, sigue defendiendo que ese impulso visto en la inflación en los últimos meses es algo transitorio. Y eso implica que no debe modificar la hoja de ruta del banco central.