Los tres pilares sobre los que se apoyan las favorables expectativas de las bolsas

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Parece que 2013 será otro año difícil y marcado por los acontecimientos con el que tendrán que lidiar los inversores bursátiles. Los mercados se enfrentan a diversos riesgos con resultados opuestos, entre los que se encuentran el ‘abismo fiscal’, la crisis de deuda pública y económica en Europa y la escalada de tensión en Oriente Medio. “Aunque las perspectivas de crecimiento de los beneficios en la mayoría de los mercados de países desarrollados son ahora más moderadas, existen razones para pensar en una posible revisión al alza de la valoración de las bolsas, si bien eso depende de que se consigan avances frente a unos obstáculos formidables”.

Así lo cree Dominic Rossi, director mundial de Inversiones de Renta Variable de Fidelity Worldwide Investment, quien considera que probablemente los mercados de renta variable se moverán al son que marquen los acontecimientos y todo dependerá de la capacidad de los políticos y los bancos centrales para llegar a acuerdos y tomar las decisiones correctas en materia de política monetaria. “Lo que es seguro es que veremos una expansión importante y sincronizada de los balances de los bancos centrales a lo largo de 2013. Programas de relajación cuantitativa que hasta hace unos años se consideraban poco ortodoxos ahora se han convertido en una práctica generalizada”.

Pero lo importante, según el experto, es que la dinámica de los mercados de bonos sigue siendo la misma y los rendimientos reales de la deuda pública seguirán negativos durante los próximos doce meses. Esto podría favorecer a la renta variable. “Dado que los rendimientos de la deuda pública probablemente se mantengan bajos e inferiores a la inflación, los inversores seguirán buscando rentabilidades reales positivas en activos de mayor rendimiento y generadoras de rentas. En este sentido, las acciones de alta rentabilidad por dividendo conservan su atractivo por rentabilidad total”, afirma Rossi.

En su opinión, la renta variable con reparto de dividendo sigue siendo una estrategia atractiva a la vista de las rentabilidades por dividendo que ofrecen las acciones frente a la deuda pública. “En Europa y a excepción del sector financiero, los inversores pueden esperar unos dividendos del 3-4%. Los balances están saneados, los flujos de caja son sólidos y los porcentajes de beneficios destinados a dividendo son bajos, por lo que tienen margen para crecer. Creo que veremos crecimientos de los beneficios y los dividendos del 4-5% en 2013, especialmente en grandes empresas de calidad”, afirma.

La combinación de ambas previsiones debería generar una rentabilidades totales del 7-8%, lo que debería favorecer nuevas entradas de capitales en los fondos de renta variable de reparto. Por sectores, Rossi cree que la calidad será siendo una tendencia poderosa y los valores con altas rentabilidades sobre el capital invertido seguirán cotizando con prima. “Considero que algunos valores de salud, tecnología y consumo siguen siendo atractivos. Se pueden encontrar compañías de alta calidad con negocios sólidos que se benefician de catalizadores estructurales y que están devolviendo liquidez a sus accionistas a través del dividendo. Nestlé, Unilever o Sanofi son algunos ejemplos”.

Valoraciones y análisis por regiones

Para el director de Inversiones de Fidelity, el argumento que habla en favor de la renta variable descansa sobre tres pilares: unas valoraciones bursátiles en niveles históricamente razonables, con unos PER de 13-14 veces los beneficios de los últimos doce meses, una volatilidad que ha remitido (que ha sido la maldición de las bolsas desde 2008) y unas salidas de capitales que ha dejado el porcentaje de acciones en manos de inversores institucionales en mínimos de 30 años (la renta variable es ahora una clase de activo denostada y las probabilidades de que esta tendencia de un vuelco están aumentando).

Por regiones, el experto indica que EE. UU. es un mercado atractivo si se soluciona el problema del abismo fiscal. “La vivienda se está recuperando, que es un termómetro clave para el conjunto de la economía, y la confianza de los consumidores también está repuntando. En cuanto a la energía, el país podría convertirse en el mayor productos de gas y petróleo gracias a la explotación de sus reservas en depósitos de esquisto, lo que tendrá un efecto de abaratamiento generalizado sobre su economía”. Esto generaría oportunidades de inversión vinculadas al esquisto y en una amplia gama de sectores industriales, desde los productos químicos hasta la ingeniería.

Los mercados emergentes son atractivos desde un punto de vista relativo dadas sus mejores tasas de crecimiento y el hecho de que los capitales fluirán hacia inversiones en divisas con mayores rendimientos. “De hecho, preveo que la apreciación de las divisas será una tendencia cada vez más importante en el mundo emergente. La economía china está bien posicionada para rebotar en 2013: se ha controlado la inflación y el cambio de gobernantes se ha completado, lo que sugiere que la política monetaria puede ser expansiva. Además, los inversores parecen haber descontado tasas de crecimiento económico del 6-8%”. Una vez disipado el futuro político, existen oportunidades.