Luces y sombras: los gestores españoles reaccionan a los nuevos estímulos de Draghi y el BCE

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European Central Bank, Flickr, Creative Commons

Luces y sombras. La nueva batería de estímulos del BCE ha agradado en cierta parte de su estructuración a los gestores españoles, aunque no lo ha hecho por completo. De hecho, podría decirse incluso que los comentarios positivos y negativos se reparten por igual. Entre las medidas anunciadas por Mario Draghi, destacan la caída histórica del tipo de interés oficial al 0%, el recorte de la facilidad de depósito hasta el -0,40%, la ampliación del programa de compra de deuda hasta los 80.000 millones de euros mensuales o la introducción de la renta fija privada (no bancaria y con grado de inversión) como activo invertible.

A juicio de Francisco Sainz, director de Gestión de Imantia Capital, “lo más relevante del anuncio no es la bajada de la facilidad marginal de depósito, ya descontada por el mercado, sino la ampliación del ritmo de compras y, sobre todo, la inclusión de deuda corporativa a partir de junio”. El objetivo del BCE es, de nuevo, incentivar el crecimiento de crédito para impulsar la inflación a medio plazo en la zona euro.

Previamente al anuncio del BCE, Eduardo Roque, director de Inversiones de Mutuactivos, consideraba que algunas de las medidas que podrían impulsar el mercado serían la compra de bonos privados o la compra de acciones, ya fuera a través de ETF o de índices. Por ahora, sólo se llevará a cabo la primera. No obstante, Draghi ha dejado la puerta abierta a ampliar las medidas de ayer si la institución lo considera necesario.

Una de las opiniones más rotundas es la de Daniel Lacalle, director de Inversiones de Tressis Gestión. “El problema de la UE no es de falta de liquidez ni de crédito. Es de exceso de capacidad, demografía y falta de reformas que apoyen el crecimiento. Dado el exceso de liquidez generado, es como echar más agua a un cubo que ya desborda. La liquidez excesiva es de 704.000 millones de euros”. Cree que la región se encuentra ante una trampa de liquidez clásica. “En realidad”, justifica, “estamos siguiendo los pasos del Japón de los 90 paso a paso, zombificando la economía para sostener a Estados deficitarios y sectores de baja productividad, mientras se ignoran las reformas para crecer más. Draghi ha puesto la herramienta, pero el problema de Europa es otro. Volverá a repetir que hay que hacer reformas estructurales y volverán a hacer oídos sordos”, prevé Lacalle.

Para Cristina Martínez, gestora de fondos de renta fija en Ibercaja Gestión, “el BCE ha ido más allá de lo que el mercado esperaba, tanto cuantitativa como cualitativamente”. La primera reacción de los mercados tras la noticia fue un aumento del apetito por el riesgo en Europa que se vio reflejado en mejoras en las bolsas, en los bonos privados y en las primas de riesgo de los bonos de los países periféricos frente al núcleo duro. Más tarde, sin embargo, los inversores empezaron a cuestionar la falta de detalles del BCE sobre algunas de las nuevas medidas y la volatilidad se impuso otra vez.

Impacto en los bancos europeos

Los efectos que puedan generarse en los bancos europeos son una de las claves principales de esta actuación, sino la principal. “La oferta de crédito debería verse estimulada por la TLTRO, lo que beneficiaría a los bancos con mayor exposición al crédito al consumo y corporativo. Por eso pensamos que es una buena noticia para nuestros bancos domésticos”, defiende David Ardura, subdirector de Gestión de Gesconsult.

El nuevo programa de TLTRO permitirá a los bancos de la zona euro disponer de financiación por un importe de hasta el 30% de su masa de préstamos -excluidos los hipotecarios de vivienda concedidos a particulares- a un tipo del 0%, que puede llegar a ser negativo (del -0,4%, si se mantiene el actual tipo de depósito) si antes de finales de 2017 han aumentado su volumen de créditos. “Esta novedad (que los bancos cobren del BCE por pedirle dinero en lugar de pagárselo) es muy importante, no sólo desde el punto de vista del aumento de rentabilidad, sino también porque les asegura la disponibilidad de financiación abundante y, como mínimo, gratuita, para los próximos cuatro años, de tal forma que no tengan ningún problema de liquidez ante los futuros vencimientos de bonos. Ello debería redundar en una mayor concesión de préstamos por parte de la banca al sector privado, con sus consecuencias positivas para la economía, y a despejar las dudas sobre su salud financiera, que debería tener su reflejo en un aumento de las cotizaciones bursátiles del sector, ahora extremadamente deprimidas”, augura Josep Prats, gestor del fondo Abante European Quality en Abante Asesores.