Entramos en un escenario en el que la inflación está bajando y la política monetaria seguirá en terreno restrictivo, tanto en Estados Unidos como en Europa, pero donde el riesgo de asistir a una recesión económica a nivel global ha disminuido. “El crecimiento va a ser discreto, pero estará en terreno positivo. Hace unos meses, otorgábamos una probabilidad del 35% a un escenario de contracción de la actividad económica a corto plazo. Ahora, ese porcentaje ha bajado al 25%. Normalmente, la media está en torno al 15%. Por lo tanto, el riesgo sigue estando ahí, pero la probabilidad que le damos a que ocurra de aquí a seis meses es menor. El consumo, clave para la evolución del PIB, sigue tirando, apoyándose en el ahorro de las familias y un mercado laboral muy fuerte”, explica Lucía Gutiérrez-Mellado.
En el tradicional desayuno trimestral organizado con medios, la directora de Estrategia de J.P.Morgan AM para España y Portugal reconoce que la visión de la casa se ha vuelto más constructiva de lo que lo venía siendo en los últimos meses. En consecuencia, han realizado algunos cambios. “Ninguno brusco, porque no es el momento de dar volantazos”, matiza. Uno de ellos afecta a su posicionamiento en renta variable. “En el mercado de acciones estábamos ligeramente infraponderados frente a la renta fija y hemos ido cerrando esa diferencia comprando esta clase de activo”. Concretamente, han aumentado su peso en Japón y Reino Unido, mercado este último que encuentran especialmente atractivo por valoración. También les gusta especialmente la bolsa estadounidense.
“Hemos visto el mejor arranque anual del S&P 500 de los últimos 25 años. Aunque es cierto que esta buena evolución se explica por el positivo comportamiento de las MFAANG y que el mercado americano sigue estando por encima de su media histórica, si se excluyen las seis o siete compañías que más han tirado del índice, por valoración, Estados Unidos no está caro frente a su media histórica. Una de nuestras principales preocupaciones era que, en un entorno de menor crecimiento, las expectativas de los analistas con respecto a los beneficios empresariales eran muy optimistas. Y la realidad es que hemos visto una rebaja del 10% que, normalmente, es consistente con periodos de recesión. Una vez revisadas a la baja las proyecciones, hemos neutralizado esa posición infraponderada”, argumenta.
Pero, para Gutiérrez-Mellado, la gran oportunidad sigue estando en la renta fija y, más concretamente, en los tramos cortos de la curva. “La renta fija ha vuelto. Si bien es cierto que todavía podemos asistir a repuntes en las tires, tratar de acertar dónde estará el pico es imposible. Con una visión a medio-largo plazo, los niveles actuales son atractivos. Es un gran momento para invertir en el mercado de bonos. Estamos encontrando muy buenas oportunidades. En renta fija corporativa, por ejemplo, apostamos por crédito de alta calidad. En líneas generales, volvemos a tener preferencia por deuda americana frente a europea porque, en política monetaria, EE.UU. está más cerca que Europa de poner fin al ciclo de subidas de tipos, mientras que la tendencia inflacionista también es más positiva”.
Dependiendo del perfil del cliente, su recomendación es subir escalones en el nivel de riesgo de las carteras para aprovechar las oportunidades que actualmente ofrecen los mercados, sobre todo después de lo que vimos el año pasado, con una corrección al unísono tanto de la renta variable como de la renta fija. Ve sentido a que los inversores que estén en depósitos aumenten exposición a renta fija; los que estén en renta fija vuelvan apostar por los fondos multiactivo y, para los perfiles más arriesgados, reconstruir cartera en activos de renta variable. “Cuando analizas cómo se comportaron los mercados el año pasado hasta finales de septiembre y, desde esta fecha hasta ahora, es un espejo. Lo que peor evolución tuvo el año pasado es lo que mejor se comportó este año. Es algo que vuelve a reforzar el mensaje de lo importante que es estar bien diversificados”, concluye.
